'Guillermo Tell', abucheado por representar una violación demasiado realista
El debut londinense de Guillermo Tell, un clásico de Rossini de 1829, adaptado por el director italiano de ópera Damiano Michieletto, fue recibido con abucheos. Fue la reacción del público del Covent Garden al contemplar el tercer acto de la obra, donde tenía lugar una violación (simulada, por supuesto) a una mujer por parte de un grupo de soldados. “La producción pretende que sea un escena incómoda”, aseguraba en un comunicado el director del teatro, Kasper Holten.
La polémica ha sido alimentada por una cantante de ópera londinense, Catharine Rogers, que se encontraba en el ensayo general antes del estreno. “El viernes [por la tarde del 26 de junio] me encontraba en un dilema -relataba Rogers en el blog Opera Div- Nunca pensé que yo fuera capaz de reaccionar de una forma así de violenta a una actuación en la ópera, pero allí estaba yo, sollozando (en silencio, afortunadamente) y removiéndome e incapaz de quitar la vista de la escena del Acto 3 de la obra Guillermo Tell, de Rossini, en el Royal Opera House”.
La experiencia relatada por Catharine continúa: “Estoy bajo muchísimo estrés ahora mismo y me siento muy vulnerable. Como nunca he sido víctima de la violencia sexual, no sabía que me pudiera sentir tan mal por algo que ocurre solo en el escenario. Cuando hablé al día siguiente con mi compañera de piso, rompí a llorar (he derramado más lágrimas en las últimas cuatro horas que nunca antes)”.
La polémica ya acompañaba a la obra en el último ensayo general. “Ha sido la primera vez que he oído abucheos y gritos durante un ensayo general”, decía la actriz. Cuando el pasado lunes la obra se estrenó de todos modos, los temores de Rogers se confirmaron. El público asistente no esperó al final para mostrar su desaprobación.
Es Rossini pero no es Rossini. La obra original del director italiano cuenta la historia de un patriota suizo que pretende disparar con un arco a una manzana colocada previamente sobre la cabeza de su hijo. La adaptación de Michieletto está ambientada en la crisis de los Balcanes de 1990. El tenor estadounidense John Osborn, protagonista de la ópera, sugirió que “quizá la escena fue un poco más larga de lo que debía, pero pasó y creo que es un elemento que la gente puede utilizar para hacerse a la idea de lo terrible que fue la ocupación de ciudades durante la guerra de los Balcanes por parte de estos soldados”.
La Royal Opera House pide perdón
Prácticamente la totalidad de la prensa inglesa se hace eco del suceso del lunes. Uno de los críticos con más prestigio del Reino Unido, George Hall, escribió en la publicación especializada The Stage (El escenario) que fue una “noche terrible” en la que una “violación en grupo gratuita” provocó “el abucheo más largo y sostenido que se recuerda” en la Royal Opera House.
La Royal Opera House ya ha pedido perdón de la mano de su director, Kasper Holten. “Pido perdón si algunas personas se han sentido angustiadas”, dijo en un comunicado el danés. “La escena pone de manifiesto la realidad brutal de las mujeres que son violadas durante las guerras y el hecho trágico de la violencia sexual”.
Katie Russell, de la ONG Rapecrisis dijo que ese tipo de escenas “pueden ser embarazosas para las víctimas de la violencia sexual”, añadiendo que “los productores necesitan contar con un cierto respeto hacia los supervivientes y no usarles con fines morbosos o de entretenimiento”.
Polémica por los animales
No hay que ir hasta el Reino Unido para comprobar cómo una representación artística, ya sea ópera o una función teatral, causa polémica. El último precedente data del pasado mes de junio, cuando una obra del dramaturgo argentino Rodrigo García titulada Arrojad mis cenizas sobre Mickey fue recortada en el Teatro Valle-Inclán de Madrid por violar la ley.
La escena final de la obra presentaba a cuatro ranas saltando sobre barro blanco. Durante el espectáculo, además, aparecían cuatro hámsters nadando en una pecera. El Área de Protección Animal de la Comunidad de Madrid, amparándose en la Ley de Protección de Animales, consideró ambas escenas como maltrato animal y advirtió tanto al dramaturgo como al teatro que, si seguían adelante, podrían enfrentarse a sanciones de 600 hasta 100.000 euros.
De nada sirvió que Arrojad mis cenizas sobre Mickey pasara, antes, íntegra por Barcelona, Gijón, Toulouse, Burdeos o Montpellier, entre otras ciudades europeas. Rodrigo García consideró que su obra había sido censurada y “mutilada” y que el “público” había sido “estafado”. Durante una performance de su obra, ya sin animales de por medio, proyectó el mensaje “Estoy hasta el culo de vuestra moral”.
Pero no es la primera vez que le pasa. El pasado 12 de junio se estrenó en el Teatro Pradillo de Madrid. Accidens. Matar para comer, y también escrita por el argentino Rodrigo García, que sí había sido censurada en Barcelona, Italia o Francia años atrás. La representación está acusada de maltrato animal por cocinar a un bogavante en directo, pero de momento la obra sigue en marcha.