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Estrasburgo rechaza investigar la devolución del joven senegalés que abrazó a la voluntaria de Cruz Roja en Ceuta

Luna, una voluntaria de Cruz Roja, consuela a Abdou, un joven senegalés llegado a nado a la playa del Tarajal, en Ceuta, en 2021.

Gabriela Sánchez

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Hace dos años, un joven senegalés, Abdou, cayó exhausto en la orilla de la playa del Tarajal después de nadar desde Marruecos durante 20 minutos. Una voluntaria de Cruz Roja, Luna, empezó a atenderle en suelo español mientras, agotado, tosía y expulsaba parte del agua tragada durante el trayecto. Tiempo después, ya con ropa seca, el hombre rompió a llorar y abrazó a la chica en busca de consuelo, preocupado por un hermano del que desconocía su paradero. La imagen, que despertó ataques machistas y racistas de la extrema derecha, se convirtió en símbolo de la crisis migratoria de Ceuta de 2021 y empujó, bajo el lema de “Gracias Luna”, las reacciones de solidaridad de miembros del Gobierno. Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior del mismo Ejecutivo devolvía en caliente a casi todas las personas que pisaban suelo español, incluido Abdou. 

El senegalés, apoyado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), denunció el año pasado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) su devolución en caliente a Marruecos, pero la Corte ha rechazado investigar el caso, según ha confirmado la ONG demandante a elDiario.es. Junto a la demanda, la organización había presentado las imágenes que recogen el retorno completo del joven desde la ciudad autónoma al lado marroquí de la frontera, realizado a plena luz del día y frente a la prensa nacional e internacional. Pero no fue suficiente.

Estrasburgo ha inadmitido la demanda apelando a la sentencia del caso N.T. y N.D., con la que la Gran Sala cambió de criterio en 2020 y avaló la devolución en caliente de dos jóvenes migrantes, practicada por la Guardia Civil en Melilla en 2014. Mientras el Tribunal reconoció entonces la falta de un estudio individualizado de cada caso, como exige la legislación comunitaria antes de retornar a cualquier persona, la Corte avaló las devoluciones bajo la premisa de que estas personas podrían haber pedido asilo por vías de acceso legal a España. 

Aunque en la legislación existen determinados mecanismos para pedir protección internacional desde los países de origen y tránsito, en la práctica no existen vías legales de entrada a España para quienes huyen de países africanos, por lo que estas personas se ven forzadas a migrar de forma irregular, según han constatado diversos organismos, como el Consejo de Europa o el Defensor del Pueblo. 

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado lamenta la decisión del tribunal europeo y recuerda que la sentencia de la Gran Sala se refiere al caso particular N.D. y N.T., por lo que solicita que siga estudiando casos de devoluciones en caliente desde Ceuta y Melilla. “Ya avisamos de que esta sentencia era muy decepcionante y suponía un retroceso en la defensa de los derechos humanos. Aquí tenemos un ejemplo”, sostiene Elena Muñoz, responsable jurídica de CEAR, en declaraciones recogidas por elDiario.es. 

Abdou, desesperado

Tras su entrada en suelo español y su posterior devolución, Abdou, de 27 años, continúa malviviendo en Casablanca, detalla CEAR. La ONG ha comunicado recientemente al joven senegalés la respuesta de Estrasburgo de rechazar el estudio de su caso. “Estaba esperando conocer la decisión para ver si había alguna posibilidad de llegar a Europa [de forma regular]. En Marruecos la situación es bastante complicada, mucha precariedad, y el hecho de que se le haya cerrado esta puerta le ha hundido”, explica Muñoz, quien ha hablado con el joven durante la última semana. “Está desolado y va a intentar otros medios menos seguros para intentar llegar a Europa. Es preocupante que le pueda suceder algo”. 

Hace casi dos años, CEAR localizó a Abdou en un hostal de Casablanca tras la intervención de la corresponsal de RTVE en Marruecos y su equipo, que lograron entrevistar al joven semanas después de la crisis migratoria de Ceuta. El senegalés estaba en una “situación de salud bastante terrible”. Según explicó la secretaria general de la ONG, Estrella Galán, Abdou “necesitaba una atención médica que no había recibido en su momento [antes de ser devuelto, a pesar de haber entrado a Ceuta]”. 

“No tuvo acceso a asistencia legal, ni médica, ni a intérprete que pudiese entender en su idioma, como marca todo el marco internacional y estatal para que se produzca ese rechazo en frontera”, explicó. Ninguna autoridad preguntó a Abdou, ni a tantos otros, por las razones que le habían empujado a cruzar el espigón fronterizo a nado, solo la voluntaria de Cruz Roja pudo ofrecerle agua, comida, ropa seca y un abrazo para, tiempo después de permanecer en la playa ceutí, ser retornado a Marruecos de manera automática, en un operativo compartido por la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Y esa falta de procedimiento individualizado incumple la normativa europea, recuerda la ONG que apoyaba a Abdou en el proceso. 

La devolución

Según el testimonio de Abdou, recogido por CEAR y enviado a Estrasburgo, el joven salió de Casablanca el 16 de mayo de 2021 hacia Tánger “después de escuchar que iban a abrir la frontera hispano-marroquí” por parte de las autoridades alauíes. Dos días más tarde, el 18 de mayo, nadó “unos 15 o 20 minutos” para llegar a Ceuta. El joven pisó la playa ceutí “a las ocho de la mañana y hasta las cinco de la tarde estuvo tirado en la playa”, explicó la ONG. “Estuvo nueve horas en suelo español”. 

Transcurrido ese tiempo en Ceuta, el senegalés “fue devuelto sin mediar procedimiento, identificación individual, sin asistencia letrada, sin asistencia de intérprete y sin ningún tipo de información por parte de las autoridades españolas”. La organización defiendió ante Estrasburgo que esta actuación viola el protocolo 4 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, en lo que se refiere a la prohibición de toda expulsión colectiva. También apuntaba al incumplimiento del artículo 13 del Convenio Europeo para los Derechos Humanos, que garantiza la posibilidad de que cualquier persona forzada a retornar a su país pueda recurrir la decisión de manera efectiva. 

“La devolución inmediata de los extranjeros en Ceuta el 18 de mayo de 2021”, entre ellos Abdou, “se realizó sin procedimiento de identificación, que permita el análisis individualizado de la situación de cada uno, donde las personas extranjeras puedan exponer sus argumentos y la ausencia de resolución de expulsión que pudiera garantizar el acceso a un recurso efectivo”, expone por escrito la abogada de Abdou ante el tribunal. En una entrevista en RTVE.es, Luna, la voluntaria de Cruz Roja, reconoció sentirse culpable por no haber podido evitar su devolución y, según decía, no había tenido tiempo para conocer su situación particular y las razones que le empujaron a migrar.

El Gobierno de Mariano Rajoy intentó regular las devoluciones en caliente en 2014 mediante la Ley de Seguridad Ciudadana, a través de una nueva figura llamada “rechazo en frontera”, que no da carta blanca a este tipo de retornos inmediatos pues exige garantizar el cumplimiento de la legislación en materia de derechos humanos. A pesar de las promesas para acabar con las devoluciones en caliente por parte del PSOE, el actual Ministerio del Interior ha defendido y mantenido este tipo de actuaciones en las fronteras de Ceuta y Melilla. 

Interior sostiene que este tipo de devoluciones están amparadas por la sentencia de 2020 del Tribunal del Europeo de Derechos Humanos, que tras haber condenado a España en primera instancia por uno de estos casos documentados de retornos inmediatos la exculpó finalmente en la Gran Sala. Sin embargo, organismos internacionales continúan condenando la aplicación de los retornos sin procedimiento dado que, entre los migrantes retornados, puede haber personas que necesitan pedir protección.

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