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La COVID-19 también es un virus de la desigualdad: pone contra las cuerdas la salud y la economía de los más precarios

Imagen de archivo de empleadas domésticas en España, un colectivo muy vulnerable dado el alto número de trabajadoras migrantes sin papeles.

Laura Olías

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La COVID-19 “sí entiende de desigualdades”, advierte un nuevo estudio de la ONG Oxfam Intermón. Se cuela más en los hogares y barrios más humildes, como demuestran los datos de incidencia del virus en ciudades como Madrid y Barcelona, y además ha empeorado sobre todo las economías de los que menos tienen, los más precarios. La organización recuerda que la pérdida de empleo derivada de la pandemia se concentró sobre todo en los trabajadores temporales, que no han podido acceder por tanto a la medida estrella de protección de rentas de esta crisis: los ERTE. Oxfam estima en su informe un aumento de la pobreza en España el pasado año hasta máximos en la última década, el 22,95%. Supone que 10,9 millones de personas estarían en riesgo de pobreza relativa, aunque el cálculo no tiene en cuenta el despliegue del Ingreso Mínimo Vital (IMV).

El estudio que presenta este lunes la organización, a propósito de la celebración del Foro de Davos, se titula Superar la pandemia y reducir la desigualdad. Cómo hacer frente a la crisis sin repetir errores, y entre sus autores destacan los economistas José Moisés Martín (RED2RED) e Íñigo Macías Aymar (Oxfam Intermón). Ambos se atreven a calcular un importante aumento de la pobreza, sobre todo de la pobreza severa, y de la desigualdad en España en 2020 ligada a la irrupción del coronavirus en España, que pronto hará un año que limita nuestras vidas y que se ha cobrado más de 55.000 muertes en el país.

A raíz de la previsión de una caída del PIB del 11,4% en 2020 y de un incremento del desempleo hasta alcanzar el 16,9%, los expertos estiman que “esta crisis incrementaría la pobreza relativa (personas con ingresos inferiores al 60% de la renta mediana anual, estimada en unos 24 euros al día, 8.739 euros anuales) desde el 20,7% hasta el 22,95% del total de la población”, recoge el informe. “Esto implica un millón de personas más por debajo de la línea de pobreza, hasta alcanzar 10,9 millones de personas en situación de pobreza relativa durante este año 2020”, prosigue. El estudio recuerda que el dato es el mayor de la última década, seguido del 22,3% de 2016.

La estimación de José Moisés Martín e Íñigo Macías advierte de que este 2020 sobre todo se habría incrementado la pobreza severa, aquella que enfrentan personas con ingresos inferiores al 40% de la renta mediana. Es decir, con menos de 5.826 euros al año. Sitúan la tasa de pobreza severa en el 10,86% en 2020 desde el 9,2% precovid, “con casi 790.000 personas adicionales por debajo de la línea de pobreza severa, elevando hasta los 5,1 millones el total de personas viviendo con menos de 16 euros al día”.

La crisis ataca más al bolsillo de los que menos tienen

El estudio recoge que la crisis derivada de la pandemia ha supuesto un impacto de caídas de renta generalizado, pero ni mucho menos con la misma intensidad. El informe apunta que los descensos se concentran en los grupos más vulnerables de la población, a la que separa en deciles de renta (como si se pusiera en una fila a todas las personas, ordenadas de menor a mayor renta, y se dividieran en diez grupos iguales).

“Los deciles más pobres concentran la mayor caída de ingresos, fundamentalmente por la destrucción de empleo, que se concentra en estos sectores, mientras que los sectores de clase media y clase alta experimentan una caída en sus ingresos sustancialmente menor”. Hay que recordar que la destrucción de puestos de trabajo se concentró sobre todo en los trabajadores temporales y que hay grupos de población en situación muy vulnerable, como las personas migrantes en situación irregular, que se han quedado sin empleo y sin acceso a ningún tipo de ayudas. “En términos relativos, el decil más pobre podría llegar a perder, proporcionalmente, hasta siete veces la renta que pierde el decil de renta más alto”, indica el estudio.

En consecuencia, los investigadores apuntan que “España se enfrenta en 2020 a un notable incremento de su desigualdad”, medido a través del índice de Gini, con un salto hasta “el 34,15 desde el actual 33”. El estudio recoge que “el índice de desigualdad esperado significaría un retroceso de varios años, hasta hacerse equivalente a la desigualdad de renta de 2016” y advierte de que se trataría “del mayor incremento de la desigualdad en un único año en toda la década, por encima de los alcanzados en los años de la crisis de 2008-2014”.

Oxfam señala que los más ricos han logrado incluso mejorar su situación en este escenario. La organización recuerda que la lista mundial anual de milmillonarios de Forbes de 2020 se publicó el 18 de marzo de 2020. “Entonces había 24 milmillonarios españoles en la lista, con una riqueza total conjunta de 97.100 millones de dólares”, recoge el informe. “Nueve meses después, a 31 de diciembre de 2020, el número de milmillonarios españoles era de 26 y su riqueza aumentaba en 33.900 millones de dólares hasta alcanzar los 131.000 millones de dólares”.

También hay un mayor impacto en la salud

La pandemia no solo agrava la desigualdad y la pobreza, sino que gana terreno gracias a estas, que eran muy elevadas en España en el contexto europeo. El informe recuerda que el virus se expande más en los hogares y barrios más humildes de ciudades como Madrid y Barcelona, por varios motivos. Este virus, cuya infección depende en gran medida de la posibilidad de aislarse o mantener las distancias físicas, afecta más a personas que viven hacinadas en sus viviendas, que no pueden acceder al teletrabajo (algo común en trabajos poco cualificados, del sector servicios y más precarios) y que se exponen más a las multitudes, por ejemplo, en el transporte público.

“Los niveles de hacinamiento y las condiciones de habitabilidad de las viviendas están directamente relacionados con la renta. De este modo, el 49% de las personas que viven en viviendas superpobladas se encuentran en el 20% más pobre de la población”, recoge el estudio.

El tipo de trabajo que desempeñan algunos trabajadores (y sobre todo trabajadoras) de bajos salarios también les exponen más al virus, como se ha evidenciado en la cuarta entrega del estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad. Destacaba varios colectivos con una prevalencia mayor que la media nacional (9,9%), como las mujeres que cuidan a personas dependientes en el domicilio (16,3%). También era más elevado el dato de las personas de nacionalidad no española (el 13,1%).

No repetir errores de crisis pasadas

La ONG propone varias medidas para evitar este aumento de la pobreza y la desigualdad en España, que considera que ya ha sufrido un importante freno gracias a la medida laboral estrella de la pandemia: los ERTE. Los investigadores advierten de que los expedientes han logrado contener muchos puestos de trabajo y que, sin ellos, cientos de miles de personas habrían visto caer sus ingresos por debajo del umbral de la pobreza.

Oxfam Intermón llama a implementar “políticas de empleo alternativas para sustituir a los ERTES, que incluyan una mejora del modelo productivo, apoyo a las empresas que garanticen empleo digno”. El objetivo: evitar que los ERTE acaben en despidos por un tejido empresarial que no resista tantos meses de crisis. Además, la ONG considera fundamental implementar “medidas que regulen la temporalidad, parcialidad, subcontratación o falsos autónomos”, para evitar estos males del mercado de trabajo. El primero de ello, responsable de la mayoría de la destrucción de empleo ante situaciones de incertidumbre y crisis como la actual.

La organización reclama también que se “protejan a los colectivos más vulnerables como trabajadoras domésticas y migrantes”, mediante regularización administrativa de personas en situación irregular, así como ampliar la cobertura del Ingreso Mínimo Vital (IMV), “agilizando trámites y requisitos y con especial foco en la reducción de la pobreza infantil”.

Según los cálculos de la ONG, la implementación completa del IMV en 2020, que habría supuesto la inversión de 3.000 millones de euros, “habría reducido en 0,5 puntos el índice de Gini, salvando de la pobreza a 277.000 personas, y reduciendo la pobreza severa en 230.000 personas”. Sin embargo, el IMV no ha llegado a los 250.000 hogares estimados, sino que alcanzó a 160.000 en el mes de diciembre.

Para poder financiar una amplia protección social, hacen falta fondos. Además del apoyo del Plan Europeo para la Recuperación, Oxfam emplaza al Gobierno a acometer “una reforma fiscal que recaude de forma más progresiva y que luche contra la evasión y la elusión fiscales”.

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