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Fracasa la política de vivienda del Gobierno de coalición en Alemania

El ministro alemán de Interior, Patria y Edificación, Horst Seehofer.

Aldo Mas

Berlín —

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La gran coalición alemana que forman conservadores y socialdemócratas en el Gobierno que dirige la canciller Angela Merkel dejó a principios de la legislatura la política de vivienda y edificación en manos de Horst Seehofer. Este político conservador de 71 años salido de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) logró aglutinar en las negociaciones para formar la 'große Koalition' que siguieron a las elecciones generales de 2017 tres ministerios: Interior, Patria y Edificación. Por su rendimiento en la última de esas áreas – de la que depende la disponibilidad de la vivienda en Alemania – puede apreciarse que, como dice el dicho, “el que mucho abarca poco aprieta”.

Se supone que con Seehofer de ministro en la gran coalición para las cuestiones de vivienda, el Ejecutivo germano iba a poder reivindicar en esta legislatura la construcción de 1,5 millones de viviendas. Pero en vista del número de viviendas construidas en los últimos tres años, “la política de vivienda de la gran coalición ha fracasado”, según se leía recientemente en el diario económico Handelsblatt.

Los datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis, por sus siglas alemanas), son claros. Para llegar a los 1,5 millones de viviendas en esta legislatura, cada año tendrían que haberse levantado 375.000 viviendas.

En 2018 se construyeron 287.000. En 2019, fueron 293.000. El año pasado se alcanzaron las 300.000 pese a la pandemia. En el mejor de los casos, según dice a ElDiario.es Volker Eichener, profesor de política social en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf y experto en política de vivienda, en este ejercicio podrían construirse unas 330.000 viviendas.

“En total se podrían construir en esta legislatura unas 1,2 millones de viviendas, pero hay que tener en cuenta que el objetivo de 1,5 millones de viviendas ya era modesto”, subraya Eicherner.

No obstante, en un contexto de frenazo económico como el actual, las 300.000 viviendas levantadas en 2020 eran esta semana motivo de orgullo para Seehofer, a quien se escuchaba contento por su trabajo como responsable de vivienda. “Estoy de verdad contento con el balance”, decía Seehofer esta semana a cuenta de los dos años exactos transcurridos desde que Alemania organizara una “Cumbre para la Vivienda” en la que se implicó también la canciller Angela Merkel.

Seehofer, al que el Handelsblatt veía “auto-elogiándose” esta semana, decía incluso estos días que la política de vivienda era “la cuestión social de nuestro tiempo”. Sin embargo, los hay que piensan que resulta cuestionable la respuesta que ha dado la “gran coalición” a esa “cuestión social”. Porque, entre otras cosas, con este gobierno el país sigue sin construir lo suficiente para satisfacer la demanda de vivienda.

Se necesitan 400.000 viviendas al año

Esta situación es la principal responsable, por un lado, de los aumentos en los precios del alquiler y de la vivienda en propiedad y, por otro, de que haya Länder que busquen soluciones como la “ley de tope al alquiler” de Berlín, una medida todavía pendiente de si el Tribunal Constitucional la ve o no conforme con la llamada aquí Ley Fundamental.

Según el Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW, por sus siglas alemanas), en Alemania tendrían que construirse al año entre 350.000 y 400.000 viviendas. Las 300.000 viviendas de 2020, pese a llegar en mitad de la pandemia y ser un registro que no se veía en el país desde hace 20 años, resulta muy criticable, tal y como demuestra el análisis de la situación que hacen en partidos como Los Verdes, formación de la oposición.

“El balance de lo que ha hecho el gobierno es deprimente: los alquileres están por las nubes, las viviendas sociales están menguando, apenas hay vivienda asequible para familias en aglomeraciones urbanas, además de que hay núcleos urbanos más vacíos y desolados”, según ha analizado Katrin Göring-Eckardt, co-líder del Grupo Parlamentario de Los Verdes en el Bundestag. Desde este partido y otros de la oposición se ha calificado a Seehofer de ministro “a tiempo parcial” para la Vivienda.

La política de vivienda de Merkel, “una gran zona de obras”

Pese a la autocomplaciencia mostrada por los responsables del Gobierno alemán esta semana, cuando se cumplían dos años de la Cumbre de la Vivienda y de la “ofensiva” que entonces decían lanzar Merkel, Seehofer y compañía, lo cierto es que no han defendido el balance del Ejecutivo ni en la prensa más afín. En el mejor de los casos, el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung consideraba en titulares la política de Seehofer una “gran zona de obras en sí misma”.

Poco le queda a Seehofer para enmendar los números de su “ofensiva” por la vivienda. A la legislatura apenas le queda medio año. Pocos creen – Seehofer es uno de ellos – que entre 2017 y 2021 se acaben logrando los 1,5 millones de vivienda que querían levantar conservadores y socialdemócratas.

Eichener, el experto en política de vivienda de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf, lamenta que Seehofer y compañía no se hayan dotado de instrumentos para atajar la situación actual de 'emergencia habitacional' que vive Alemania. “En la Cumbre por la Vivienda hubo el anuncio de que debían construirse 1,5 millones de viviendas, pero no se tomaron medidas. No se mejoraron las condiciones para la construcción de viviendas, los costes para la construcción de viviendas no se bajaron porque los costes asociados a las normativas están subiendo”, señala Eicherner.

Alemania ya salió de una emergencia habitacional como la actual

“Además, no hubo una verdadera ofensiva para poner suelo a disposición de la construcción de viviendas, y el estado podría ayudar a los municipios en esta tarea, con ayudas a la liberación de suelo para vivienda social, por ejemplo”, añade. Él entiende que los esfuerzos del Gobierno de Merkel en política vivienda constituyen una “política simbólica” en lugar de una política destinada a resolver problemas.

Alemania, sin embargo, sí ha tenido capacidad en el pasado para salir de una situación de “emergencia habitacional” como la que vive ahora. “En 1995 y 1996 se construyeron por encima de 600.000 viviendas al año. Eran tiempos de una 'emergencia habitacional' que empezó a gestarse a finales de los 80. Pero entonces se tomaron medidas de verdad y se dobló el número de viviendas construidas al año”, recuerda Eicherner.

También es cierto que la Alemania del conservador Helmut Kohl y del socialdemócrata Gerhard Schröder – los cancilleres con los que se superó aquella 'emergencia habitacional' – era bien distinta a la de Merkel. “Ahora en política no se hace carrera siendo un experto en política de vivienda”, según Eichener, habitual 'profesor' de política de vivienda para representantes políticos germanos.

“Para Seehofer, la Vivienda es el tema político menos importante de su ministerio. Además, antes teníamos en Alemania, en cada estado federado, un ministro para la vivienda que tenía o no éxito en función del número de viviendas construidas bajo su mandato. Ahora la vivienda en los los estados federados recae en manos de responsables de Economía o de Transportes. Y su éxito se valora en función de otras cosas”, explica este profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf.

En esta lógica, a Seehofer también se le recordará – o se dejará de hacerlo – por sus tareas como ministro del Interior antes que como “ministro de Vivienda a tiempo parcial”.

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