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Los trabajadores de la cafetería de un organismo del Ministerio de Ciencia llevan sin cobrar desde junio

Sede del INIA en Madrid.

Laura Olías

“Estamos en tierra de nadie y, de verdad, con mucho estrés, sin dormir por la noche, hay gente con muchos problemas económicos”. Los trabajadores de la cafetería y comedor del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), dependiente del Ministerio de Ciencia, llevan sin cobrar desde junio. La empresa adjudicataria del servicio es Alimentación y Hostelería Madrileña (Alhoma), que según varias fuentes consultadas está incumpliendo con el pago al día de los salarios desde –al menos– el verano del año pasado. “Lo que no entendemos es por qué el INIA prorrogó el contrato con la empresa en esta situación”, denuncian en el personal.

Los empleados de la cafetería siguen yendo cada día a trabajar, pero desde junio hasta hoy no han visto un céntimo. “Bueno sí, vemos el dinero de la caja que ingresamos de lo que consume la gente, pero eso se lo lleva la empresa”. eldiario.es ha hablado con varios miembros de la plantilla de la cafetería, compuesta por ocho trabajadores, pero piden que se guarde su anonimato por temor a represalias.

La gran mayoría de los empleados acumula más de diez años en su puesto de trabajo. Ellos han permanecido cada día atendiendo en la cafetería y comedor que utilizan los trabajadores del centro de investigación, mientras las adjudicatarias han ido cambiando. Hasta que llegó Alimentación y Hostelería Madrileña y les ha conducido a una situación límite.

En el personal del comedor aseguran que la compañía está tramitando el concurso de acreedores. “Tampoco está al día con los proveedores, tiene unas deudas tremendas”. Este medio ha intentado ponerse en contacto con la compañía y con su administradora única, Isabel Leo Arellano, sin éxito. “No cogen el teléfono a nadie, si es que deben dinero a mucha gente”, dicen en la cafetería.

Alimentación y Hostelería Madrileña se hizo con la explotación de la cafetería del organismo público –frente a otra empresa competidora– en abril de 2016, por un periodo de dos años, lo que en principio solo habría extendido su gestión hasta 2018. Las cuentas de 2016 de la compañía, las últimas publicadas, sitúan a la empresa no muy lejos de caen en pérdidas, con un beneficio de solo 8.772,06 euros. Ese año, la compañía aumentó un 44% su plantilla, de los 163 a los 235 empleados, pero apenas aumentó su gasto en personal (un 4,7%), según estas mismas cuentas.

Una prórroga pese a los impagos a la plantilla

A día de hoy, Alimentación y Hostelería Madrileña continúa al frente de las comidas en el centro, debido a que el INIA prorrogó su contrato. Es algo que los trabajadores aseguran no poder entender, dado que los problemas en el pago de sus salarios comenzaron casi desde el principio, aunque se han ido agravando cada vez más.

“Desde el mes dos hemos tenido problemas con ellos. El año pasado, en verano, ya nos debían tres meses. Los sindicatos pusieron carteles y todo con que nos tenía que pagar. Desde entonces, nos ha estado pagando con retrasos. Como no puedes denunciar hasta que no pasan tres meses, ella nos iba pagando un mes sí y dos no. Un mes sí, dos no. Así hemos estado y desde junio no nos paga nada”, cuenta una persona de la plantilla.

En CCOO y UGT también confirman que los problemas de pago vienen de lejos. “Desde hace como dos años aproximadamente” y aseguran que el servicio se le prorrogó este año a la compañía de catering. “No entendemos por qué se hizo esa prórroga. La quiebra de una empresa y los impagos se pueden dar en cualquier sitio, esto es así, pero hay que analizar cómo se ha llegado a este punto”, destacan en CCOO.

Fuentes del INIA afirman que “el citado contrato se prorrogó toda vez que hasta la fecha no se había producido ningún incumplimiento en lo que se refiere a la estricta prestación del servicio contratado”. Este medio ha preguntado por la prórroga y los problemas en el pago al personal, pero en el organismo público no han respondido en el momento de cierre de este artículo.

“En referencia a la situación de los trabajadores, este organismo está adoptando todas las medidas que nos permite la vigente legislación con el fin de evitar que no se les cause más perjuicios de los ya sufridos”, añaden en el instituto de investigación.

“No podemos irnos, nos quedaríamos sin paro”

El INIA ha iniciado el procedimiento de resolución del contrato con la empresa, explican desde el organismo público, y volvió a licitar la explotación de la cafetería a finales de septiembre “con el fin de que la empresa entrante se subrogara en los contratos de los trabajadores, si bien, no se recibió oferta alguna por lo que quedó desierta”.

Sin ninguna empresa que haya optado a prestar el servicio, y con Alimentación y Hostelería Madrileña camino del concurso de acreedores, el personal teme quedarse en la calle: “Si esto cierra, no nos salva nadie. Cerrarán la cafetería cuatro meses, entrará una empresa nueva y tú te quedas con dos palmos de narices en la calle”. Los trabajadores, que han denunciado ante los tribunales a través de CCOO y UGT, piden al INIA que intervenga para evitar esta situación y que, cuando logre que una nueva empresa esté interesada, subrogue al personal.

Los centros del INIA se sitúan en la carretera de La Coruña, en el kilómetro 7,5, por lo que no hay muchos más lugares en los que sus trabajadores puedan comer o tomar algo. “Como es un centro que está aislado, la cafetería se necesita. Sobre todo los trabajadores que tienen tardes, necesitan el comedor”, explican desde la representación sindical de los trabajadores públicos.

Mientras se busca una solución, el personal del comedor acude cada día a sus puestos sin recibir nada a cambio: “No podemos irnos, nos quedaríamos sin paro”. Juan Rubiño, laboralista de la cooperativa Red Jurídica, explica que de manera general “para que el incumplimiento de pago te permita romper el contrato, la jurisprudencia ha establecido un plazo de tres meses”. A partir de entonces, el trabajador puede denunciar y debe esperar a que se resuelva el juicio para que el juez permita dar por extinguido el contrato. “Si te vas antes, se considera abandono voluntario y pierdes el derecho a desempleo”, recuerda Rubiño.

En la cafetería están agotados de esperar. Según aseguran, hay gente a la que ya han echado de casa por no pagar, que afronta deudas con familiares y otras personas con muchos problemas para pagar las hipotecas. “Ya son cinco meses. No sabemos cuándo se va a resolver esto y el banco sigue pasando las facturas. Pedimos al INIA que no se olvide de nosotros”.

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