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Apaiziartza: los problemas de la autogestión

Paola Fernández

Lezo —

Es lunes y los miembros del Grupo de Consumo de Apaiziartza realizan el reparto de alimentos a las 75 familias que son parte del mismo. El reparto se realiza junto al Ayuntamiento de Pasaia, pero la huerta está situada en Gaintxurizketa (Gipuzkoa). Una zona rural que pertenece al municipio de Lezo y en la que están ubicados multitud de caseríos, además de un pequeño polígono. Hace dos años ya que varias personas ocuparon parte del caserío Apaiziartza, propiedad de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y que organizaron su uso y mantenimiento de forma autogestionada, con el principal objetivo de trabajar las tierras colindantes y así garantizar su soberanía alimentaria.

Asimismo, con la motivación de buscar una ocupación, pretendían satisfacer la necesidad de vivienda creando una alternativa basada en la agricultura ecológica y cercana. La mayoría de las familias que participan en esta iniciativa se encontraban en situación de paro y empezaron a andar teniendo como modelo otros grupos de consumo que se habían creado en la zona. En este entorno se han creado tres grupos de consumo, Mixintxola, Larreka baratza y Xumaurrakin, y entre todos producen verduras y hortalizas para 75 familias. Además, querían habitar y dar vida a una parte del caserío que se hallaba en desuso como vivienda, ofreciendo una opción a la gente que quisiera dar salida a la actual situación de gravedad de la vivienda.

Durante estos años no habían tenido ningún problema con los vecinos. Josetxo, uno de sus miembros cuenta cómo incluso les prestaban material para trabajar la tierra. Sin embargo, hace unos meses empezaron a tener problemas con un nuevo vecino. Apaiziartza que hace muchos años era un hospicio, está dividido hoy en tres viviendas, una de ellas es la que está ocupada y pertenece a la Diputación. Las otras dos partes están habitadas por vecinos, uno de los cuales fue quien empezó con el acoso contra su proyecto. De hecho, Josetxo asegura que esta primavera se encuentran al límite con la cosecha, ya que casi no pueden responder a las necesidades del grupo de consumo. Ahora tendrían que tener muchísima más variedad y cantidad de verduras y hortalizas, por ejemplo de guisantes “nos han echado a perder tres cosechas” afirma. Tras estas agresiones trasladaron parte de la huerta a Rekalde, pero la última agresión ha sido allí, “han arrancado la última cosecha, donde teníamos plantados dos tandas de cogollos y lechugas y también la cebolla para todo el año, la cortaron y arrancaron” denuncian.

En los Juzgados de San Sebastián han llegado a poner hasta cinco denuncias por amenazas y agresiones. Los miembros de este colectivo no entienden el porqué de estas agresiones, ya que aseguran que no están cultivando en sus tierras “para nada”. Sin embargo, creen que esta persona podría tener “intereses especulativos”. En concreto el pasado 19 de Mayo, se celebró el primero de los juicios de estas denuncias, con motivo de los ataques y las amenazas sufridas por un miembro del proyecto. Hace unos meses que los miembros del Grupo de Consumo de Apaiziartza comenzaron a rehabilitar una parte del caserío para que una familia con una niña pequeña fuera a vivir allí, ya que se no tenían un lugar donde vivir. Pero finalmente la familia decidió no trasladarse “por el miedo a ser atacados”, ya que el último altercado supuso que les rompieran las ventanas del caserío y destrozaran todo el mobiliario.

Apoyo del Ayuntamiento de Lezo

Tras estos sucesos, el Ayuntamiento de Lezo se puso en contacto con ambas partes para solucionar el conflicto. Así, convocó una reunión con las dos partes y con sus respectivos abogados para llegar a un acuerdo de convivencia, pero “ellos no aceptaron ese acuerdo de convivencia” señala Josetxo. A su juicio, “está claro que ellos no quieren cejar en su escalada de presión y nosotros no queremos caer en esa confrontación a la que nos quieren someter”. Por ello, finalmente este colectivo, para conseguir más apoyos, presentó en el Ayuntamiento la moción ‘No a los ataques al proyecto colectivo y ciudadano de las huertas de Apaiziartza’, que se votó punto por punto y se aprobaron todos. En la misma se pedía a los grupos municipales que condenaran estas agresiones, que se impulsen iniciativas como las de este Grupo de Consumo, que el Ayuntamiento se presente como acusación particular, sobre todo en los casos de insultos sexistas, y que se dé cuenta de estas decisiones a los ciudadanos y a la Diputación.

Otro de los motivos que alude este Grupo de Consumo para ocupar el caserío Apaiziartza es su oposición a “los proyectos destructivos del TAV que están proyectados en Gaintxurizketa, a la gran plataforma logística de 200 hectáreas que se asentaría sobre terrenos rurales y de gran valor agroecológico”. Sus miembros apuntan que se han expropiado tierras a otros baserritarras de la zona con este propósito. Desde Euskal Trenbide Sarea confirman que el proyecto inicial de la ‘Y vasca’ contiene un tramo que pasa por Gaintxurizketa, pero en estos momentos se encuentra en situación de ‘Trazado informativo’ de mano de la Dirección General de Ferrocarriles, que depende del Ministerio de Fomento. Sin embargo, niegan que se hayan producido expropiaciones en la zona, “porque eso no se lleva a cabo hasta que no se comience la obra”.

Fondo de Suelo Agrario

Una de las soluciones que ha propuesto la Diputación Foral de Gipuzkoa es la integración de la parcela de Apaiziartza en su Fondo de Suelo Agrario. Tras hablar con los miembros del Grupo de Consumo se llegó a un acuerdo por el que se integrará el caserío y todos los terrenos que lo rodean en este Fondo. Apaiziartza tiene en su entorno una parcela de 35.200 metros cuadrados. A ellos hay que sumar otras parcelas y terrenos que la Diputación posee en el entorno, con lo que la superficie total asciende a 243.000 metros cuadrados.

Aunque una parte de estos terrenos tienen calificación de uso industrial, el Ayuntamiento de Lezo ha mostrado su conformidad con el uso agropecuario que propone el ente foral. Una vez que concluya el proceso de integración en el Fondo de Suelo Agrario, se llevará a cabo el correspondiente concurso público para adjudicar las tierras entre los solicitantes. De este modo, explican que “los actuales usuarios de estos terrenos podrán optar a la explotación de estas tierras participando en los correspondientes procesos competitivos”.

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