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Aumentan los cementerios con espacios para el duelo perinatal: “Quienes salen del hospital con los brazos vacíos lo merecen”

Una madre y su bebé en la inauguración del Jardín de las Estrellas del cementerio de Bilbao, dedicado a todos aquellos bebés que fallecieron durante el embarazo, parto o poco después de nacer

Maialen Ferreira

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María González perdió a su primera hija a los nueve meses de embarazo. En su caso, pudo despedirse de su bebé, que fue enterrado en el panteón familiar. Años después, y al ser consciente del tabú que supone el duelo perinatal, que muchas familias sufren sin poder despedirse de sus hijos debido a que no tienen opción de recuperar los cuerpos, se unió a otras familias para crear 'Esku Hutsik' ('Manos vacías'), la primera y única asociación de duelo gestacional, perinatal y neonatal de Euskadi y Navarra. Gracias a su trabajo, en el que participan más de 100 familias asociadas, han conseguido abrir memoriales en los cementerios de Bilbao, Hernani y en el cementerio de El Salvador, en Vitoria, el último en ser inaugurado. Además, están trabajando con los ayuntamientos de Durango, Zumarraga y Donostia para crear espacios. “La idea es que las familias que lo necesiten tengan un espacio para recordar a sus hijos y darles visibilidad, sobre todo para aquellos que no han podido ser enterrados”, explica a este periódico González, quien hoy en día es la presidenta de la asociación.

Se trata de una práctica que está abriéndose camino en distintos puntos del país y que es muy común en lugares como Cataluña, donde cementerios de Barcelona, Ripoll, Rubí o San Cugat, entre otros, ya cuentan con pequeños espacios destinados a la memoria de bebés fallecidos. “No pedimos grandes espacios, nos conformamos con que haya un árbol o un banco y pueden estar en lugares que no sean cementerios. Por ejemplo, hay otras ciudades en las que hay memoriales en parques o fuentes. La cuestión es crear algo en honor a estos bebés”, sostiene.

Según denuncia González, los hospitales vascos no cuentan con un protocolo unificado para atender a una familia cuyo hijo ha fallecido antes o al poco de nacer. Esto hace que muchas de ellas no conozcan que tienen la posibilidad de llevarse los restos de su bebé. “No existen protocolos unificados y falta formación para el personal sanitario. Una de las cuestiones que reivindicamos es que muchas familias no tienen opción de tener el cuerpo de sus hijos y, por tanto, no tienen un sitio concreto al que ir para recordarlos. Yo, por ejemplo, perdí a mi primera hija y pude enterrarla en el panteón familiar, pero hay familias a las que no les dan la opción o no saben que pueden tenerla y no les informan en ese momento. Estas familias se van a casa con los brazos vacíos y sin los restos de su bebé y merecen estos lugares”, señala.

“Si el bebé no nace a partir de los 180 días, al no existir protocolos unificados, cada hospital hace lo que buenamente puede. Hay muchos profesionales que son conscientes y están intentando cambiar los protocolos, pero necesitamos la ayuda de Osakidetza [el Servicio Vasco de Salud] para que los centralice, ya que si el bebé no ha nacido en más de 180 días, en muchos hospitales no te dan la opción de recuperar el cuerpo, aunque por ley deberían dar esa opción. Entonces, lo que pasa es que muchas familias que han sufrido interrupciones del embarazo en el primer trimestre o al principio del segundo no saben que tienen esa opción y se van a sus casas sin conocer que tenían ese derecho”, lamenta.

A raíz del trabajo que la asociación ha ido realizando en los hospitales vascos, desde su creación en 2021, han impartido formaciones para informar de que por ley todos los hospitales tienen que dar la opción a las familias de recuperar el cuerpo de su bebé. “Aquí hay otro problema y es que en el momento en el que la familia recibe la noticia de que su hijo ha fallecido, a menudo entra en un estado de shock y aunque reciba información y un buen acompañamiento por parte del hospital, lo que quiere es marcharse a casa y no quiere saber nada de los restos del bebé”, detalla González. Según indica, la asociación ha recibido llamadas de algunas familias a las que les ha ocurrido lo que relata y, una vez pasado el estado de shock, se han dado cuenta de que quieren recuperar los restos de su hijo para despedirse. “En esos casos, al igual que en todos los que surgen, intentamos de ayudarles, pero nos toca emprender un papel más complicado”, reconoce.

Un único protocolo y atención con “humanización”

Las reivindicaciones de 'Esku Hutsik' llegaron al Parlamento Vasco, donde, tras escuchar a González y a su compañera de la asociación Nerea Azkona, se aprobó el pasado noviembre una proposición no de ley suscrita por PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU y PSE-EE, es decir, todos los grupos parlamentarios menos Ps+Cs y Vox. En ella instaban a Osakidetza a reforzar los protocolos de actuación para mejorar la atención a los afectados por el duelo perinatal. En este sentido, el Parlamento Vasco exigió que se implantase “un único protocolo o guía unificada en Osakidetza” para atender de forma integral a las familias y que garantizase la coordinación entre áreas y niveles asistenciales para que todos tengan notificación del suceso y promuevan citas de seguimiento en atención primaria, ginecología y obstetricia y salud mental. También se reclamaron que se garantice la intimidad y el tiempo necesario en la atención de las personas que acaban de sufrir este tipo de pérdidas mediante la adaptación de espacios en los hospitales de Osakidetza, evitando la atención en el área de maternidad.

Según denunciaron ante la Cámara vasca González y Azkona, la falta de formación del personal hace que en algunas ocasiones las madres que han perdido a sus bebés lleguen a escuchar frases por parte de los sanitarios del tipo “la naturaleza es sabia” o “eres joven, tendrás otro”, cuestiones que según criticaron “hieren y causan dolor”. Por ello, en la proposición no de ley aprobada se insta a Osakidetza a profundizar con la formación de todo el personal implicado en la atención “desde una perspectiva de humanización y sensibilización” del sistema y del trato con el objetivo de acompañar e informar a las familias y valorar, en su caso, la creación de grupos terapéuticos o programas estables.

Desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco reconocen a este periódico no existe un protocolo unificado, ya que cada Organización Sanitaria Integrada (OSI) “tiene el suyo propio”. Sin embargo, aseguran que “hay un compromiso por unificarlos y en eso estamos ahora mismo”. “Las OSI van a empezar a trabajar en un protocolo corporativo. En cumplimiento con el acuerdo parlamentario se va a proceder ya a elaborar un protocolo corporativo. Mientras, las OSI con unidades de maternidad ya tienen planes de actuación”, explican desde el Departamento, que insisten en que “una vez se reúnan las OSI para este protocolo unificado” podrán tener más información al respecto.

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