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Beatriz Fanjul, la nueva estrella emergente del ala dura del PP vasco apadrinada personalmente por Casado

Beatriz Fanjul, diputada del PP vasco y nueva presidenta de Nuevas Generaciones.

Iker Rioja Andueza

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Para localizar a Beatriz Fanjul (Bilbao, 1991) en el directorio del Congreso hay que acudir a la 'A' y no a la 'F'. Usa exclusivamente el apellido materno y, en ese listado, hay que mirar detrás de “Álvarez de Toledo, Cayetana” para que aparezca la ficha de “Álvarez Fanjul, Beatriz”, única diputada del PP por una circunscripción vasca y, desde hace una semana, también líder de Nuevas Generaciones en España. Bajo el ala de Pablo Casado, en apenas un par de años y sin haber cumplido los 30, esta política representa ya el nuevo estilo del PP vasco, que ha enmendado a la totalidad su giro a la moderación y al foralismo de 2019 con Alfonso Alonso, Borja Sémper o Amaya Fernández por un tono más directo que muchas voces ubican en el flanco más duro de la derecha. Ahora ambiciona liderar el partido en Euskadi e incluso asaltar Ajuria Enea y ser lehendakari… con un partido que tiene cuatro escaños de 75 en el Parlamento Vasco. Entretanto, Isabel Díaz Ayuso tirará de ella con un papel “muy activo” en la campaña para las autonómicas del 4 de mayo.

“En poco tiempo se ha situado en primera línea. En el Congreso es muy activa como portavoz de Igualdad y coportavoz de Interior. Da una imagen muy natural y cercana, un perfil muy fresco. Ha crecido muchísimo su influencia: no hay más que ver el número de seguidores que tiene en redes sociales”, cuenta sobre ella Laura Garrido, 'número dos' del PP vasco, que admite el padrinazgo de Casado en su escalada. “Ella no lo oculta nunca”, afirma. “Está protegida y quienes la protegen son Pablo Casado y Teodoro García Egea”, cuentan quienes la conocen. Tiene otras conexiones fantásticas en el partido, como su hilo directo con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

Si algo caracteriza a Fanjul es que no se muerde la lengua a pesar de su voz algo rota. Lo mismo alaba a Vox que considera una “gilipollez” el lenguaje inclusivo. Siente admiración por las Fuerzas de Seguridad del Estado y por la bandera rojigualda y se deja fotografiar fumando puros. Escribe más 'tuits' que iniciativas parlamentarias y es conocida por su mensaje diario sobre los días que lleva “enterrado bajo la basura” el trabajador Joaquín Beltrán tras el derrumbe del vertedero de Zaldívar, a la castellana, como Vizcaya, su provincia. No es vascoparlante. ¿Y la corrupción? La del PNV en el 'caso De Miguel' le parece una “red bestial” mientras de la de Génova no le gusta hablar cuando se lo preguntan en entrevistas porque dice que es muy joven para haberla conocido y porque –remarca– Casado no tiene relación con ella. De la cantera política en que se convirtieron las tertulias de la cadena local Telebilbao, Fanjul salió con amistades estrechas de personas de su edad enroladas en formaciones políticas muy opuestas como PNV o Podemos, contactos que mantiene en la actualidad. “Es una tía muy normal. El perfil público que da no tiene nada ver con cómo es ella”, señalan quienes coincidieron con ella en aquella época.

Fanjul, que tiene una gemela llamada Irene y cuatro hermanos más, procede de una familia acomodada del centro de Bilbao pero no especialmente vinculada al PP. Ella se enroló en las Nuevas Generaciones vascas a los 18 años. “Empezó desde abajo y ha mamado el partido en las campañas, en las que ha acompañado a candidatos en Bizkaia”, indican desde el PP vasco. Otras voces menos condescendientes muestran que no tenía especial relevancia hasta 2018, cuando en una escuela de formación de jóvenes del partido celebrada en Galicia le preguntaron por Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995. La entonces desconocida política vizcaína dijo dos cosas. Una era que “Goyo era un político de raza”, un concejal que “no era políticamente correcto y que decía grandes verdades”. La otra era que el PP vasco tenía que hacer “autocrítica”: “Igual es que antes teníamos un mensaje claro, ideas claras. Teníamos unos principios, que muchas veces los hemos dejado de lado”. Cuentan dirigentes vascos de aquella época, ahora ya apartados, que allí Casado se fijó en ella porque “antes no sonó nunca para ser concejal” a pesar de su buena relación con históricos como Antón Damborenea o Nerea Llanos.

En 2019, Fanjul trabajaba en una empresa llamada Tubacex –ahora inmersa en un ERE– con una beca y luego un contrato de ETT. Es también ajedrecista y se ha ganado la vida dando clases, así como de relaciones públicas de discoteca. En su entorno explican que no tenía especial interés en dejar su carrera profesional –muchas de sus amigas tuvieron que emigrar por no encontrar empleo–, pero la llamada de Casado para ir en las listas de las generales de abril de 2019 le hizo cambiar de planes. “¿Quién rechaza algo así? Representar a los españoles es algo a lo que no puedes decir que no”, contaba ella en 'Vanity Fair'. El nuevo líder impuso a los cabezas de lista en Euskadi contra el criterio del equipo de Alfonso Alonso y Fanjul formaba parte del cambio de caras como cabeza de lista en Bizkaia. En aquella campaña, en la que no consiguió el escaño, concedió una entrevista a este periódico en la que defendía el derecho a la vida –es donante de la plataforma Familia y Dignidad Humana–, sugería la ilegalización de EH Bildu y denunciaba los “patinazos” del PNV con ETA.

El PP se quedó sin escaños en Euskadi aquel 28 de abril pero ello no frenó a Casado y, en la repetición de noviembre, insistió con Fanjul en Bizkaia. La noche electoral el resultado volvió a ser el mismo. No obstante, errores en el escrutinio y el recuento del voto del extranjero modificaron el reparto de escaños días después y Fanjul logró entrar al Congreso a costa del séptimo diputado del PNV, Jon Aiartza. La diputada presentó aquello como un hito para erosionar la mayoría de la investidura de Pedro Sánchez. El empleo en Tubacex quedó ya atrás y empezaba una nueva etapa política en Madrid que parece no tener límites. Con sus cargos forma parte ya de las Ejecutivas vizcaína, vasca y nacional. “Con Bea vais a pedir más perdón que permiso”, ironizó Diego Gago, predecesor de Fanjul en Nuevas Generaciones tras el congreso del pasado fin de semana. “¡Preparaos!”, apostilló Martínez Almeida.

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