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ANÁLISIS

Del cortejo a la “tierra quemada”: el PP aleja aún más al PNV con la fallida investidura de Núñez Feijóo

Urkullu y Ortuzar, este viernes en Bilbao

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El PP miró rápidamente al PNV, socio histórico de José María Aznar y de Mariano Rajoy, cuando vio que Alberto Núñez Feijóo no tenía mayoría suficiente en el Congreso tras las elecciones del 23 de julio. Pero el ahora líder 'popular', que en el pasado tuvo sintonía con Iñigo Urkullu cuando era presidente de Galicia hasta el punto de que convocaron a la vez las elecciones de 2016 y 2020 y hasta la repetición por la COVID-19 de julio -sí, de julio- de ese año, obvió dos circunstancias. Una, el PNV ha puesto una línea roja a Vox que es infranqueable. No hay suma posible si aparece la ultraderecha. Y nadie puede cuestionar que, al menos en esto, Sabin Etxea no sea coherente. Y, dos, en Euskadi el PNV gobierna en coalición con el PSE-EE y necesita a los socialistas en el Gobierno autonómico, en las tres diputaciones y en las capitales y otros ayuntamientos. ¿Alguien puede pensar que va a poner en riesgo todo el entramado institucional solamente por los cantos de sirena de Génova? La conclusión: tras la investidura, el intento de cortejo ha acabado en un PP despechado y en el PNV dando por más rota aún la relación entre ambos.

Aitor Esteban el portavoz peneuvista en el Congreso, ha hablado de “tierra quemada” en la que es imposible sembrar. Los diputados del PNV se vieron atacados por las réplicas de quien pretendía convencerles para que cambiaran de opinión y han descrito con perplejidad cómo el líder del PP fue a darles la mano como si nada hubiese ocurrido en la tribuna tras sus intervenciones muy contundentes en lo dialéctico. Andoni Ortuzar, el presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB), ha sido claro en que nunca ha habido acercamiento posible con Vox en la misma ecuación, aunque existieran conversaciones con Génova. Iñigo Urkullu, el lehendakari, ha añadido que el PP no puede pretender seducirles mientras ataca a las lenguas cooficiales, singularmente al euskera, y no hinca el diente al modelo territorial de España. A todo ello se añade que el último acuerdo con Rajoy, que tenía el impulso al AVE vasco como uno de sus ejes, dista mucho de ser una realidad.

Pero es que, además, en Euskadi el PP ejerce una oposición muy dura contra el PNV. Carlos Iturgaiz, el todavía líder autonómico aunque todo apunta a que no será el candidato a lehendakari, ha llegado a pedirle a Urkullu elecciones anticipadas y ha señalado repetidamente los agujeros en la gestión nacionalista y casos de corrupción como el de Alfredo de Miguel, el ex 'número dos' nacionalista en Álava ahora encarcelado. En esta línea, el PP se ha avenido incluso a pactar con Elkarrekin Podemos-IU para impulsar una comisión de investigación a la luz de las polémicas con el transporte escolar en el arranque del curso académico 2023/2024.

Todo este contexto ha reabierto el viejo debate de si el PNV es de izquierdas o de derechas. Núñez Feijóo, por ejemplo, dijo en su discurso que los nacionalistas no están cómodos en el bloque progresista, “con la política económica de Podemos”. Urkullu no ha negado que su modelo de “colaboración público-privada” dista mucho de otros que solamente quieren trabajadores “funcionarios”. Euskadi, por ejemplo, supera a la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso en peso de la escuela concertada, que llega a casi el 50% del alumnado en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. El lehendakari mantiene un enfrentamiento abierto con los sindicatos y denuncia que tiene el país lleno de huelgas aunque los sueldos y pensiones son los más altos de España. “Vienen a por el PNV”, ha llegado a decir. “No somos ni de izquierdas ni de derechas. Somos abertzales y demócratas”, aclaró Ortuzar en el Alderdi Eguna, la gran fiesta del PNV que tuvo lugar el pasado domingo en Foronda, a las afueras de Vitoria, y que, como cada año, tuvo una misa católica además de mítines y otras actividades lúdicas. Pero, al tiempo, la formación ha asumido con naturalidad avances sociales como el aborto y los derechos de las personas transexuales. “No nos asustan este tipo de debates porque creo que son realidades que tenemos que afrontar”, explicó Esteban en la entrevista electoral con este periódico.

Los socios del PNV

El PNV concurrió en una alianza con Coalición Canaria a las últimas europeas, uno de los partidos pequeños que sí ha logrado atraer Núñez Feijóo para su investidura. En Europa, la europarlamentaria Izaskun Bilbao forma parte del grupo Renew, el mismo de Ciudadanos. El PNV, que es residual en la política de Estado de Francia, apoyó en 2017 y 2022 a Emmanuel Macron y el MoDem liberal, que ahora es socio del presidente de la República Francesa, acudió como invitado al Alderdi Eguna además de Junts, el BNG y otros partidos nacionalistas/independentistas. La última reforma fiscal vigente en Euskadi y que acumula retrasos en su reformulación fue el resultado de un pacto del PNV -con el PSE-EE de socio minoritario- con el PP de Alfonso Alonso.

Un Sociómetro de 2023 -el estudio elaborado por el Gabinete de Prospecciones Sociológicas de la Presidencia del Gobierno vasco- mostraba que el 71% de los votantes del PNV se autodefinían como centristas, aunque un 16% eran de izquierdas y un 9% de derechas. Hay casos tantos derechistas en las filas de los socialistas vascos (8%) como en el PNV, según estos datos. De hecho, los simpatizantes 'jeltzales' tienen una adscripción muy similar a la del PSE-EE en todos los ámbitos salvo el nacional y mucho menos parecida a la del PP, por ejemplo.

Pero, en plena pugna por la primacía política de cara a unas autonómicas que no tienen fecha, EH Bildu le afea al PNV que sea firme contra Núñez Feijóo mientras precisa del PP en algunas instituciones de Euskadi. En realidad, lo recordó el propio líder 'popular'. Eider Mendoza ha mantenido para el PNV la Diputación de Gipuzkoa gracias al PP, ya que las elecciones las ganó EH Bildu. En Durango el PNV ha recuperado esa plaza de nuevo gracias a un edil del PP, que además es del sector más duro, Carlos García. Los nacionalistas han venido defendiendo que no son pactos como tal, sino posicionamientos espontáneos de los 'populares', que entendieron que, de no hacerlos, pesaría sobre ellos el haber facilitado liderazgos de la izquierda abertzale. ¿Se le abrirá un escenario similar al PNV tras las próximas elecciones si no revierte su tendencia a la baja?

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