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¿Qué hacer ante una crisis suicida? Euskadi elabora una guía con respuestas para hacer frente a mitos y frases manidas

El Gobierno vasco ha publicado una 'Guía práctica para la intervención en crisis suicidas'

Rubén Pereda

Vitoria —

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Euskadi registra una media de 173 fallecimientos al año por suicidio y hasta el 3,1% de la población vasca ha pensado en alguna ocasión en suicidarse. El Gobierno vasco ha publicado una 'Guía práctica para la intervención en crisis suicidas' que aborda desde un decálogo para intervenir en conductas suicidas hasta unas pautas para el autocuidado de los profesionales de emergencias que trabajan en situaciones como esas. “Es esperanzador e ilusionante ver que hay itinerarios comunes, coordinados y con disponibilidad plena las 24 horas para responder a las dramáticas y angustiosas situaciones que configuran las conductas suicida”, escribe en el prólogo de la guía la ahora consejera de Salud en funciones, Gotzone Sagardui.

Cada crisis suicida tiene sus circunstancias y sus particularidades, pero la guía recién publicada por el Gobierno vasco ofrece unas pinceladas sobre ciertas habilidades comunicativas que pueden llegar a resultar efectivas. Consisten en validar el sufrimiento (entablando cierta conexión con la persona en riesgo y no depreciando su situación), normalizar la idea suicida (sin juzgar ni comparar, pero haciendo ver que hay soluciones), facilitar el desahogo (incitando a que la otra persona se abra y verbalice sus sentimientos), aplazar la decisión (fijando objetivos asibles y no tratando de solucionar todo el problema en un instante), sembrar la ambivalencia (presentando alternativas al suicidio) y encontrar puntos de anclaje (aspectos positivos por los que sí estaría dispuesta a vivir la persona).

Son muchos los mitos y las falsas 'reglas generales' que circundan al suicidio. Hay muchas frases manidas como “Quien amenaza con suicidarse no lo hace”, “Quien quiere suicidarse no lo dice”, “Las personas que se suicidan tienen un trastorno mental”, “Quien piensa en suicidarse desea morir”, “El suicidio no se puede prevenir”... El Gobierno vasco hace frente a estos mitos —que si bien en ocasiones intencionados, pueden resultar contraproducentes— con datos brutos. Según los datos de la Sociedad Española de Suicidología, hasta el 18% de las personas que se suicidan lo habían consultado con el médico de atención primaria el mismo día de los hechos; el porcentaje se incrementa hasta un 75% si se toman en consideración los últimos tres meses.

En cuanto al deseo de morir, el Gobierno vasco recalca que el 85% de las personas que sobreviven a un intento de suicidio acabarán muriendo por otra causa, esto es, lo consideran un error. “Quien piensa en suicidarse solo busca una forma de terminar con su sufrimiento sin poder encontrar otra alternativa”, abunda. Y también existe la manida deducción de que hablar de suicidio con alguien que está en riesgo tan solo sirve para incitarle a hacerlo. “En vez de incitar, reduce el peligro de cometerlo. Ser escuchado alivia la angustia, la sensación de soledad, y facilita la petición de ayuda”, se apunta en la guía.

Son muchos los recursos de ayuda a disposición de las personas que se encuentren en situación de riesgo. Hay teléfonos de la esperanza estatales (717 003 717), de Álava (945 14 70 14), Bizkaia (944 100 944) y Gipuzkoa (900 840 845). Existe también una aplicación móvil, Prevensuic, que es posible descargar tanto en iOS como en Android y que facilita el abordaje de conductas suicidadas siempre desde un contexto terapéutico supervisado y sustentado sobre la evidencia científica. Al margen de estos recursos, también existen los números de teléfono 112, disponible las 24 horas de los 365 días del año, y el 024, una línea telefónica en la que se ayuda a aquellas personas que puedan tener pensamientos o conductas suicidas.

El suicidio, en cifras

¿Cuál es la magnitud del problema? Según los datos proporcionados por Eustat, en Euskadi se registran, de media, 173 suicidios al año, con aproximadamente dos hombres por cada mujer. El número de casos se ha mantenido relativamente estable en los últimos años, sin variaciones reseñables. Se apunta a que el mayor número de suicidios se registra en la franja de edad que va desde los 40 hasta los 49 años, pero la proporción es más significativa según va aumentando la edad y con especial hincapié entre los hombres mayores de 70 años.

De acuerdo con los últimos datos publicados por Eustat, correspondientes al año 2022, en doce meses se contabilizaron 174 suicidios, de los que 124 fueron de hombres y 50 de mujeres. Por franjas de edad, fueron cuatro entre menores de 19, once entre los veinteañeros y otros once entre los treintañeros, 32 en la franja de 40 a 49, 34 tanto entre los cincuentañeros como entre los sesentañeros, dieciséis en la franja de 70 a 79, veintisiete entre los octogenarios y cinco entre las personas de 90 y más años. En la franja que va desde los 15 hasta los 29 años, el suicidio tan solo se ve superado por los tumores como principal causa de decesos. La precipitación es el método que más se emplea a la hora de suicidarse, tanto por parte de los hombres como por parte de las mujeres. El segundo método es la intoxicación en el caso de las mujeres y el ahorcamiento en el de los hombres.

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