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Durango sufre “emisiones difusas de benceno”, que es “extremadamente peligroso para la salud”

Vista exterior de Fumbarri

Iker Rioja Andueza

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La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, admite en un informe enviado al Parlamento Vasco -y que está plagado de errores ortográficos en su versión en castellano- que las mediciones extraordinarias de la calidad del aire en la localidad vizcaína de Durango “muestran que todavía existe un problema de emisiones difusas de benceno y que, por lo tanto, se debe seguir trabajando en ello”. La “problemática” se concentra “en el entorno de Fumbarri”, una fundición que fue estudiada en el período 2017-2019 y que trabaja con procesos de 'loast foam' o de espuma perdida.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica, “los compuestos orgánicos volátiles (COV) son todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura” y, “con respecto a su peligrosidad”, el benceno entra en la categoría de “compuestos extremadamente peligrosos para la salud”. “Como efectos que pueden producir están problemas respiratorios, irritación de ojos y garganta, mareos, etc. También se pueden dar efectos psiquiátricos (irritabilidad, dificultad de concentración, etc.). Además a largo plazo pueden causar daños renales, al hígado o al sistema nervioso central o algunos COV tienen efecto cancerígeno como por ejemplo el benceno”, indica la documentación oficial del Gobierno de España.

Explica el Ejecutivo vasco que “en Durango se dispone de una estación de calidad del aire fija perteneciente a la red de control de calidad del aire de Euskadi” que “proporciona datos de forma continua”. Eso sí, “además, en los últimos años se han realizado diferentes campañas de medición” específicas de emisiones de benceno en las “inmediaciones” de la fundición. La campaña especial arrancó el 9 de noviembre de 2020 con la colaboración del área de Salud Pública, al igual que ocurrió en el entorno del vertedero de Zaldibar tras el derrumbe, tras lo cual aparecieron furanos. Asimismo, se han incluido “muestreos complementarios” en Askatasun Etorbidea y en las viviendas más próximas a Fumbarri, sita en San Roque. Se han realizado del 26 de agosto al 22 de septiembre y del 19 de octubre al 30 de noviembre de 2021. Los resultados arrojan niveles “menores” de benceno que los de la medición fija instalada en 2020 pero se insiste en que “todavía existe un problema de emisiones difusas de benceno”. No hay “valores anómalos” en otros contaminantes.

“Se va a seguir vigilando estos niveles hasta que la empresa finalice el plan de acción que tiene en marcha. Una vez que finalice se deberá realizar una medición adicional para comprobar que las medidas son eficientes y que los valores de benceno están en parámetros normales”, se lee en el documento enviado a la Cámara por Tapia a instancias del parlamentario de EH Bildu Mikel Otero. En él se adjuntan las tablas con los resultados de las mediciones. Matiza el Gobierno, en todo caso, que se va a “seguir apoyando con subvenciones las inversiones de mejora ambiental de las empresas de la zona”.

En su página web, Fumbarri expone lo siguiente: “Nuestro compromiso con el medioambiente ha posibilitado posicionar a Fumbarri a la vanguardia de la utilización de las tecnologías más limpias y seguras. Fumbarri ha desarrollado, implantado e impulsado los últimos años iniciativas relacionadas con el ahorro energético, tratamiento de las aguas, minimización y valorización de los residuos, reducción del ruido emitido, así como la reducción de las emisiones, prácticas que reafirman el alto grado de compromiso con la protección medioambiental, el respeto al entorno y la apuesta por el desarrollo sostenible”.

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