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65 personas refugiadas pidieron asilo en Euskadi y Navarra en 2013

CEAR Euskadi presenta el informe 2014 sobre la situación de las personas refugiadas en España.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

España sigue situándose a la cola de los países europeos que menos refugiados recibe al año con únicamente 4502 peticiones el pasado ejercicio. En 2013, según cifras aportadas por el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), llegaron a Europa 435000 personas solicitantes de asilo, de los 50 millones de refugiados que sigue habiendo en el mundo. Sin embargo, España solo representa el 1.03% del total de las solitudes europeas. Aunque se ha observado un incremento de peticiones que eleva a un 74% la tasa de los solicitantes en 2013, que llegan a los 4502 frente a los 2588 de 2012, el estado español se sitúa fuera de la lista de los cinco primeros países receptores de personas refugiadas en Europa, en la que Alemania con 127000 e Italia con 28000, ocuparían la primera y última posición de esa tabla, que encabezan también Francia, Suecia y Gran Bretaña.

Con motivo de la celebración mundial del Día de las personas Refugiadas este viernes 20 de junio, representantes de la delegación vasca de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR Euskadi) han presentado el informe con las cifras respectivas a la entrada de personas en busca de asilo en 2013. “No olvidemos que son personas que tienen que salir de sus países a la fuerza por causas justificadas y sin embargo encuentran numerosas dificultades a la hora de solicitar asilo”, recordaba Javier Calparsoro, presidente de CEAR Euskadi, que junto con Navarra contaron con 65 solicitudes el año pasado, siendo Mali, la República Democrática del Congo, Camerún y Costa de Marfil los principales países de procedencia. En este sentido, ACNUR sigue considerando que el 80% de los refugiados vienen a países en desarrollo, “para que luego Europa se lamente del efecto llamada y lo que llaman invasión”, recriminaba Calparsoro.

Así, el presidente sostenía que desde CEAR Euskadi siguen lamentando “la dificultad de acceso al procedimiento en frontera de muchas de las personas que quieren solicitar protección internacional”, puesto que según señala ACNUR en los últimos tres años se contabilizan unos 2000 muertos aproximadamente en el mar mediterráneo, que perdían la vida en su intento por llegar a las costas europeas. De esta forma, Calparsoro hacía referencia a las concertinas y la utilización de material antidisturbios “para la represión o para el impedimento de la entrada a través de los puestos fronterizos” y en nombre de la organización ha solicitado “claramente” la retirada de las mismas. “Es un vocablo maldito con un toque musical que no tiene nada de melodía, porque nosotros sabemos y lo hemos visto que las concertinas cortan y matan, por eso fueron ya retiradas en 2007”, señalaba. Respecto al uso del material antidisturbios, desde la organización denunciaban una vez más “la represión que se produjo en la playa El Tarajal de Ceuta, donde 214 personas perdieron la vida por el uso de un material represivo contra personas que únicamente intentaban llegar a nuestro país, al margen de todas las demás consideraciones políticas”. “Así me diréis cómo pueden pedir ayuda, cómo pueden venir a CEAR, ACNUR o cualquier otra delegación en busca de asilo. Es imposible”, sostenía.

70% de caída en la ayuda al desarrollo

Por otro lado, al contrario de lo que se piensa, la agencia europea Frontex sigue recordando que la mayor entrada de personas en territorio europeo se produce a través de aeropuertos. “Que no nos sigan diciendo que las entradas masivas se dan por la frontera sur a través de Ceuta y Melilla porque eso no es verdad”, recriminaba Calparsoro, quien también reconoce el incremento en estas dos ciudades en 2013, pero “únicamente siguen representando un 4% del total de las entradas de personas que se producen en Europa por vía irregular”. “Esta estadística obedece, entre otros motivos, a que se ha producido un cambio de rutas”, indicaba mientras manifestaba el rechazo de la organización hacia lo que calculan como una caída del 70% en cuanto a ayuda al desarrollo. “Esta bajada es un elemento que va a seguir provocando la venida de refugiados”, declaraba.

Asimismo, el presidente de CEAR Euskadi deploró también la restricción a la libertad de circulación de personas que solicitan o pretenden solicitar ayuda en Ceuta y Melilla. “El ministerio del interior decide qué porcentaje de las personas que llega tiene fundamento en su petición y su caso merece seguir siendo estudiado. Se les da un carné rojo como símbolo de una aceptación provisional. Con ese carné en teoría se les reconoce su libertad de circulación pero solo en la península. Es decir, las personas que lo hacen en Ceuta y Melilla no pueden salir hacia la península”, ha explicado en relación a una denuncia que ya han presentado ante los tribunales, donde se han resuelto sentencias en las que indicaban que “no cabe esa restricción”.

Entre otros tema de actualidad, Calparsoro destacaba las “devoluciones” a las que muchas veces acompaña un calificativo “tipo térmico como devoluciones en caliente”. En relación a ello aseguraba que “para CEAR no hay temperatura en las devoluciones. Estas son legales o ilegales, no son templadas, no son frías y no son calientes”, indicaba. “Todo lo que se intente justificar como posibilidad de devolver al otro lado a aquellas personas que ya han entrado desde un punto de vista jurídico en territorio español, sin preservar sus garantías como potenciales candidatos a la protección internacional, es una limitación grave a este derecho”, sostenía. Y en este caso denunciaban que Marruecos, “dígase lo que se diga, sigue siendo un país que no salvaguarda los derechos humanos de los solicitantes”.

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