Un estudio de la Agencia Vasca del Agua constata que la almeja asiática se está reproduciendo en Gipuzkoa

El Gobierno vasco ha confirmado la presencia de ejemplares vivos de almeja asiática en cuatro puntos de la desembocadura del río Oria, y en uno de ellos hay individuos juveniles “lo que confirma la presencia de una población reproductora” de esta especie invasora y que es muy dañina para el ecosistema. Sin embargo, los estudios llevados a cabo por parte de la Agencia Vasca del Agua, URA, indican que no se ha detectado presencia de esta especie en ningún otro punto en el río Oria, ni aguas abajo ni aguas arriba de los citados puntos ni tampoco en el resto de las estaciones de muestreo repartidas por todo el territorio de Euskadi.

El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, responde a una pregunta de la parlamentaria del PP Ana Morales remitida al Parlamento, que tras la detección en enero de 2025 de la presencia de ejemplares de almeja asiática en el tramo bajo del río Oria a altura de Aginaga, URA realizó varias prospecciones en esa zona con el fin de detectar posibles nuevas poblaciones. Como resultado de esta búsqueda, se observaron ejemplares en otras dos zonas situadas aguas arriba de ese tramo. Con ello, el tramo ocupado ascendía a un mínimo de unos tres kilómetros de cauce del Oria.

A partir de esa constatación y tras la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Comisión de Seguimiento y Coordinación para el Control del Mejillón Cebra en Euskadi el 28 de enero de 2025 para tratar la situación y las medidas a adoptar, se decidió llevar a cabo una prospección más detallada en la cuenca del Oria y extender la prospección al resto de cuencas de Euskadi. Una prospección que URA ha realizado, a través de la empresa Eurofins Cimera, mediante estudios sobre el terreno para determinar si existe presencia de ejemplares adultos de almeja asiática en 32 puntos que abarcan todo el territorio de Euskadi. Tras dicho estudio, se constató que, de momento, la presencia se limita a estos cuatro puntos, pero que en uno de ellos se está reproduciendo. En cuanto al número de ejemplares que puede haber, el departamento recuerda que los ejemplares de almeja asiática viven enterrados en sustratos con arena, piedra y limo, por lo que “conocer el número de ejemplares de almeja asiática en poblaciones silvestres es, en la práctica, imposible”.

El departamento señala que tras este informe, la Agencia Vasca del Agua realizará muestreos para el seguimiento de la especie en todo Euskadi, “como añadido a los que viene realizando desde hace años para la detección y control de las poblaciones de detección del mejillón cebra”. Los trabajos realizados hasta ahora se han llevado a cabo en coordinación con la Diputación Foral de Gipuzkoa, y las tareas que se desarrollen en adelante serán coordinadas y compartidas entre ambas entidades, “todo ello enmarcado en los trabajos de la Comisión de Seguimiento y Coordinación para el Control del Mejillón Cebra en Euskadi”, señala el departamento.

Amenaza para la biodiversidad

El informe elaborado por URA recuerda que la almeja asiática -Corbicula fluminea- dentro de las consideradas especies exóticas invasoras, “una de las principales amenazas para la biodiversidad global, impulsando a nivel internacional la creación de políticas orientadas a su control. Las especies exóticas invasoras pueden alterar de forma significativa el equilibrio de los ecosistemas, provocar pérdidas ecológicas y generar impactos socioeconómicos relevantes”. La primera que se detectó en Euskadi fue en los años 2015 y 2016 por el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia en los embalses de Undurraga (Bizkaia) y Urrunaga (Álava), “sin embargo, esta cita no pudo confirmarse en muestreos posteriores”, lo que sí ha sucedido con las localizadas en el río Oria, localizadas por parte de dos pescadores que dieron la alarma.

La almeja asiática es un bivalvo dulceacuícola originario del sur y este de Asia, Australia y África. Según recuerda el informe de URA, se trata de una especie que “genera grandes daños donde habita, provocando una alteración de la cadena trófica de bivalvos autóctonos y compitiendo por el espacio y los recursos alimenticios con especies nativas”. Además de los dañosos socioeconómicos sobre sus zonas de asentamiento, “principalmente por obstrucción de instalaciones de canalización de agua como las de las centrales hidroeléctricas o sistemas de riego, afectando a todo tipo de actividades agrícolas e industriales que utilizan el agua como recurso habitual”.

Comenzó su dispersión por el continente Norteamericano y Sudamericano y años más tarde, en la década de los 70 logró entrar en Portugal, desde donde años más tarde se trasladó hacia España, Francia, y otros países del Norte de Europa. En España su distribución está considerada muy amplia, ya que se encuentra en la mayoría de las cuencas hidrográficas, siendo las del bajo Miño, Cataluña, Ebro, Guadiana y Duero las más afectadas. Habita ríos, lagos, embalses y estuarios con temperaturas de entre 10ºC y 30ºC, aunque encuentra su óptimo entre los 20-25ºC. Su concha presenta una coloración externa que varía del amarillo verdoso al marrón oscuro, con anillos concéntricos de crecimiento bien marcados que son uno de los rasgos morfológicos más característicos de la especie.

Posee un ciclo de vida corto, pero con una tasa de reproducción extremadamente alta lo que le “permite una rápida colonización de hábitats”. Además, por tratarse de una especie hermafrodita, tiene posibilidad de autofecundarse, “lo que la coloca en una estrategia reproductiva con una muy alta capacidad reproductora”. Comparte preferencias ecológicas con otras especies exóticas de alto potencial invasor como el mejillón cebra -Dreissena polymorpha-.