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Euskadi celebra los 40 años de Osakidetza tras haber superado la prueba más dura de su historia, la COVID-19

Urkullu, Sagardui y Pérez Esquerdo, con los exconsejeros de Salud y Sanidad vivos, Darpón, Inclán, Azua, Larrañaga, Freire, Bengoa y Murga

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Euskadi ha querido revestir de la máxima solemnidad al cuadragésimo aniversario de uno de los puntales del autogobierno vasco, Osakidetza. Casi un tercio del dinero que gasta el Gobierno vasco va destinado a atender las necesidades sanitarias de una sociedad cada más envejecida y exigente. Después de la COVID-19, que se ha cobrado más de 8.000 vidas y que es la enfermedad que más ingresos y atenciones ha requerido en estas cuatro décadas, las encuestas han aupado la preocupación por la salud de la Sanidad a segundo problema vasco: se ha quintuplicado quienes así lo sienten en cuatro años. “Fue, es y será uno de los puntales de nuestro modelo de bienestar”, ha señalado la consejera Gotzone Sagardui. Disponer de una Sanidad pública propia es un “sueño”, ha recalcado en euskera y en castellano el lehendakari, Iñigo Urkullu. Pero también ha dicho que hay que analizar el presente y el futuro, donde se acumulan protestas laborales y sociales e incluso huelgas, sin “catastrofismos injustificados” y sin “exigencias desmedidas”.

El aniversario como tal se celebró en verano, ya que la ley de creación del Servicio Vasco de Salud se aprobó en mayo de 1983 y entró en vigor un mes después. Coincidió con las graves inundaciones que se produjeron ese mismo verano. Fue cuatro años después, en 1987, cuando Osakidetza se convirtió en lo que es ahora con la transferencia de las competencias que hasta entonces ejercía el denominado Insalud, el organismo estatal que gestionaba los hospitales y la atención ambulatoria. En el acto, celebrado en el palacio de congresos Europa de Vitoria, se ha proyectado un vídeo en el que sanitarios y pacientes han puesto por las nubes la calidad de Osakidetza. “Osakidetza es cercanía extra. Siempre me han entendido”, ha resumido Elixabet Ansorena, una paciente entrevistada. “Salud, más que nunca” ha sido el lema elegido.

Bajo la batuta de la periodista Pilar Kaltzada, han participado en un pequeño debate los exconsejeros de Sanidad y Salud vivos, Ángel Larrañaga, Jon Azua, Gabriel Inclán, Jon Darpón y Nekane Murga -la primera mujer con esa responsabilidad y quien puso la cara a la llegada de la pandemia en 2020- por el PNV y José Manuel Freire y Rafael Bengoa por el PSE-EE. Iñaki Azkuna, que ocupó el cargo entre 1991 y 1999 antes de ser alcalde de Bilbao, falleció en 2014, como también Jesús Javier Aguirre, el primer consejero tras la aprobación del Estatuto. Todos ellos han sido muy ovacionados, incluidos Freire y Darpón, que comparten que durante sus mandatos se denunciaron filtraciones en sendas oposiciones. Sagardui, la primera consejera vascoparlante, ha intervenido antes en las dos lenguas oficiales y ha puesto en valor la relevancia de la Sanidad pública.

Los “zombies” de Nekane Murga

Larrañaga ha explicado los inicios, cuando Osakidetza no tenía ni nombre ni su reconocible imagen corporativa actual. Azua ha recordado al ministro de Sanidad socialista Ernest Lluch, luego asesinado por ETA, por su apoyo a las comunidades autónomas. Freire ha agradecido al PSE-EE que lo ficharan -el gallego luego ha sido alto cargo en Andalucía y diputado en la Comunidad de Madrid en la oposición a Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes o Isabel Díaz Ayuso- y ha explicado el cambio del Insalud a Osakidetza y de la Seguridad Social a la financiación vía impuestos. Inclán ha afirmado que buscó homegeneizar la atención “desde Lanestosa a la Rioja Alavesa”, sin discriminaciones. Bengoa ha defendido su apuesta por la lucha contra la cronicidad. Darpón ha puesto en valor la reorganización de Osakidetza y la creación de las OSI.

Murga, sobre la COVID-19, ha admitido que al inicio se desconocía el “impacto” de este nuevo virus a pesar de los contactos con “Italia” y con “China”. Fiel a su estilo, ha contado cómo se enteró de sopetón de los primeros casos: “Es como si te encuentras en una película de zombies rodeada de zombies. Y encima no venía de Bután o como se llamara el pueblo [en referencia a Wuhan]”. Casi llorando, ha recordado a sus colegas protegidos “con sacos de basura” por la falta de materiales o las muertes de profesionales de Osakidetza en el oscuro marzo de 2020. Como logros de Osakidetza, se ha destacado que alumbró el “primer bebé probeta” de España, la tarjeta individual sanitaria (TIS), la cita previa o “la mejor salud bucodental infantil del mundo”. Todos se han llevado una minúscula medalla conmemorativa dorada entregada por Sagardui.

También han estado exdirectores generales de Osakidetza, incluidos los más recientes de la etapa de Urkullu, Juan Diego, María Jesús Múgica o Jon Etxebarria, y los actuales gestores sanitarios, encabezados por el viceconsejero José Luis Quintas y la directora del Servicio Vasco de Salud, Rosa Pérez Esquerdo. Como invitados, han estado la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el titular del Ararteko, Manuel Lezertua, la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, todos los consejeros socialistas, Idoia Mendia, Javier Hurtado e Iñaki Arriola, y el vicelehendakari del PNV Josu Erkoreka, aunque está convocatoria viene mediatizada por las presentaciones de los presupuestos en el Parlamento Vasco. Entre los cientos de invitados estaban altos cargos actuales y jubilados de las diferentes organizaciones sanitarias y representantes de los partidos políticos de la oposición.

“Osakidetza nació de la aspiración de un país. De la ambición de la ciudadanía vasca. Del sueño de contar con unos servicios públicos que diesen respuesta a nuestras necesidades. Hoy, 40 años después, podemos afirmar que aquella aspiración se ha hecho realida”, ha expresado Urkullu, con cuya intervención ha terminado la primera parte del acto. Y ha seguido: “El punto de partida no era sencillo. Euskadi comenzaba prácticamente desde cero. Hubo que aprender de otras experiencias, elegir lo mejor de cada lugar para trasladarlo a nuestro país. Pusimos en marcha un nuevo modelo: profesionales, equipos directivos, inversiones, infraestructuras. Una gestión rigurosa, avanzando poco a poco, incrementando recursos y servicios de forma progresiva. Hoy destacamos y reconocemos la visión y capacidad de liderazgo de muchas personas que nos acompañáis; otras, desgraciadamente, no pueden estar con nosotras y nosotros. De vuestra ambición, voluntad y trabajo nació el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza. Zorionak eta eskerrik asko!”.

“Lo tenemos claro. Para que Osakidetza pudiese ser una realidad, para que toda esta maquinaria pudiera crecer y funcionar, resultaba imprescindible la implicación de miles y miles de profesionales. Hoy os agradecemos el esfuerzo que habéis hecho a lo largo de estas cuatro décadas. Sin vuestro compromiso este sueño jamás se hubiese convertido en realidad”, ha apuntado igualmente. Urkullu también ha querido recordar el momento más crítico de su mandato y de las cuatro décadas de Osakidetza, la COVID-19. “En nuestra vida ha habido un momento que refleja a la perfección la responsabilidad, el compromiso y el esfuerzo que realizáis: la respuesta a la pandemia generada por la COVI-19. Todos los profesionales, junto a la ciencia, prendisteis la luz en la oscuridad, nos ayudasteis a salir de aquella terrible pesadilla. Hoy os trasladamos el reconocimiento y agradecimiento de la sociedad vasca”, ha manifestado. Pero también ha mirado al futuro y ha hablado de que la Sanidad vasca ha de abrir “una nueva etapa”. “No empezamos de cero. Tenemos que ser conscientes de ello. Nada de lo que tenemos nos ha caído del cielo. Es el fruto de un gran esfuerzo colectivo que realizamos cada día. Es el resultado de todo nuestro ahorro y trabajo. Debemos mantener este camino. Debemos seguir con la misma ambición de hace cuatro décadas, aplicando las mismas dosis de realismo, sin exigencias desmedidas, sin catastrofismos injustificados. Enfrentamos el reto de adecuar Osakidetza para que pueda dar respuesta a las nuevas exigencias: somos una sociedad cada vez más envejecida y los servicios deben amoldarse a esta realidad. Lo haremos. Lo conseguiremos paso a paso. Como siempre hemos hecho. Porque nuestro deseo es seguir gozando de un servicio público universal y de primera calidad”, ha indicado.

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