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Ni el desastre PISA ayuda a los partidos a ponerse de acuerdo sobre los males de la educación en Euskadi

Eduardo Azumendi

Con los desastrosos resultados de la evaluación PISA aún muy calientes, los partidos políticos vascos han sido incapaces de consensuar las bases mínimas por las que avanzar para dar la vuelta a la situación. En el primer pleno celebrado por el Parlamento vasco en la nueva legislatura, la falta de consenso entre los partidos sobre cómo avanzar hacia un nuevo pacto educativo ha supuesto el primer fracaso. Los portavoces de todos los grupos han apelado al consenso, pero este ha sido imposible. El problema es que en un campo tan sensible como la educación los acuerdos son imprescindibles, al menos para diagnosticar con acierto dónde están los males del sistema educativo.

El informe PISA 2015 ha revelado que Euskadi se encuentra por debajo de la media de los países de la Unión Europea (UE) en Matemáticas, Ciencias, y Comprensión Lectora. Además, en estas dos últimas áreas tampoco alcanza la media española ni de la OCDE.

El debate ha llegado a la Cámara por medio de una propuesta de EH Bildu, en la que reclamaba al Gobierno vasco que se incremente la inversión en educación, comenzando con los centros que están en situación más débil. Además, ha propuesta que en un plazo de seis meses se haga un diagnóstico exacto de las necesidades existentes en todos los centros teniendo en cuenta aspectos como los de profesorado, infraestructuras y alumnado con necesidades especiales. La iniciativas ha contado con el apoyo de Elkarrekin Podemos, pero los votos en contra del PNV, PSE y PP la han tumbado.

PNV y PSE han presentado una enmienda a la totalidad a la proposición de EH Bildu, que sí ha logrado salir adelante gracias a la ausencia en el momento de la votación de dos parlamentarios de EH Bildu y otros dos del PP, entre ellos su presidente, Alfonso Alonso, quien “no ha oído el timbre” que llama a votar. La propuesta aprobada insta al Gobierno vasco a alcanzar un pacto educativo que termine configurándose en una nueva Ley Vasca de Educación, con el fin de “estructurar y reforzar la estabilidad y la calidad” de la educación vasca y establezca las bases reguladoras para la financiación del conjunto del sistema.

Sobre el informe PISA, la portavoz del PNV en el debate, Leixuri Arrizabalaga, ha subrayado que la educación no puede calificarse únicamente por este informe y ha dicho que el sistema vasco “es más arriesgado porque hace una apuesta a futuro centrada en la persona”.

Para José Antonio Pastor, del PSE, la educación es uno de los ejes centrales del acuerdo de gobierno con el PNV, por lo que ha abogado por un nuevo pacto educativo que tenga como centro la escuela pública. Ha asumido que tras el varapalo de PISA hay que reflexionar porque  con una inversión menor que Euskadi varias comunidades han obtenido unos niveles de eficacia “bastante superiores”.

Mientras, Pili Zabala, de Elkarrekin Podemos ha defendido un sistema público educativo totalmente gratuito similar al modelo finlandés y ampliar la inversión hasta por lo menos el 6 % del PIB. “La educación vasca se ha quedado dormida y en situación de conformismo”.

La parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera ha planteado “el abandono de los recortes” con el fin de garantizar “la equidad y la calidad” en el sistema educativo y ha pedido que la actual legislatura sea “un punto de inflexión”. Por su parte, la parlamentaria del PP Juana Bengoetxea ha considerado que “el problema no es el gasto” del sistema en Euskadi, sino “el modelo”.

 

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