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“Hemos sustituido lo importante por lo impactante, que es intrascendente”

Ramón Lobo participa en el  las II Jornadas "Periodismo a Pie de calle" que se celebran en el Palacio Villauso de Vitoria

Natalia González de Uriarte

Ramón Lobo a los 12 años ya quería ser periodista. Pero hubo de esperar hasta los 37, después de un largo periplo por diferentes redacciones, para escuchar las palabras que anhelaba oír desde sus inicios en la profesión: “¿estás dispuesto a ir a Sarajevo?”. Fue Luis Matías López, el que iba a ser su jefe en El País, quien las pronunció y le permitió resarcirse y desarrollar su pasión, cubrir información internacional y hacerlo desde los lugares en conflicto. Irak, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Haití, Afganistán, Líbano, Palestina, Kenia, Ruanda, Guinea...son solo algunos de los países desde los que enviaba sus crónicas. Desde ese conocimiento sobre la profesión labrado tras una dilatada trayectoria se atreve a diagnosticar los males que afectan al periodismo. “Hemos sustituido lo importante por lo impactante que es intrascendente”, asegura Lobo, que conserva la confianza un sector “deteriorado, pero más necesario que nunca, para combatir la corrupción y controlar al poder”.

En su intervención en las II Jornadas 'Periodismo a pie de calle' describe como sería una sociedad en la que no existiera el periodismo. ¿Quedan pocos periodistas que ejerzan la profesión y no se limiten al periodismo declarativoII Jornadas 'Periodismo a pie de calle'?

Tenemos una excusa para no ejercerla bien: los medios cada vez tienen menos gente y cada vez nos pagan menos además de que somos vagos y es más fácil cortar y pegar. Pero la mayor responsabilidad la tiene los jefes. No se la podemos trasladar a un becario ni a un periodista que cobra por pieza o tiene un salario ridículo. El que haya una ausencia de periodistas en las jefaturas sí es grave. Un jefe tiene una capacidad de influencia tremenda. Si decide hacer periodismo y abandonar el periodismo declarativo y además es un medio importante, ese cambio tendría un impacto en otros medios. Pero los jefes se han sustituido por gerentes. No obstante se puede hacer periodismo haciendo breves, pero haciéndolos bien, simplemente cambiando el enfoque, pensando en el lector.

Pero también afirma que el sector se ha vuelto vago

Sí, algunos se rigen por ley de mínimo esfuerzo y cortar y pegar es una derrota. Es la renuncia a aportar absolutamente nada a esa pieza. Tú puedes tener una información de agencias y nada más porque no te pagan para moverte de la redacción pero aún así puedes hacer periodismo. Esa nota va a ser la base de tu trabajo pero a partir de ahí, llama a alguien, añade algo de tu cosecha...haz algo que te permita mejorar la pieza.

Usted asegura tener esperanza en el periodismo aunque reconoce que el sector se está deteriorando. Maldita la coincidencia, justo ahora en que parece más necesario que nunca, ¿no cree?

En una situación de corrupción generalizada como la que vivimos en España, de mentira política tanto en la oposición como en el Gobierno, es muy necesario que los periodistas hagamos bien nuestro trabajo. Confío en el periodismo porque confío en los lectores, seguirán demandando una información de calidad, no el cortar y pegar que fluye por Internet. Pero es muy difícil pensar en el lector, en lo que le interesa, cuando tu periódico pertenece a un banco.

Al hilo de esa reflexión, ¿cómo se garantiza la independencia de un medio?. Han de financiarse de alguna forma y es muy difícil ser independiente de aquel que te da de comer ¿Cuál es la fórmula?

Tuve un jefe maravilloso que decía que un periódico es libre en sus números cero. A partir del número uno cada día vas perdiendo un poco más de libertad. El periodismo tradicional tiene un problema básico, es que ha perdido el norte. Y en la búsqueda del norte extraviado se pierde aún más. Juega a un juego que no conoce y es complicado. Los medios nuevos en Internet saben dónde quieren buscar el norte, el problema es el músculo financiero. Pero irá llegando. Yo trabajo en alguno de estos medios nuevos y echo en falta reportajes largos, no hay investigación y no hay información internacional porque es la más cara.

Se juega con la ventaja de Internet, la de la difusión masiva pero el soporte también impone inmediatez, velocidad. ¿Se pierde entonces la capacidad de análisis que demanda ese lector de calidad?

Se pierde reflexión pero puedes jugar con tus lectores porque ganas en proximidad y afinidad. Ahora bien, no se puede perder de vista que el lector es el lector y el periodista soy yo. El concepto de periodismo ciudadano me disgusta. Cuando lo escucho, visualizo de inmediato a los gerentes de los medios pensando en hacer un periódico gratis. Pero nosotros somos los que recogemos una información y le damos un tratamiento profesional. Jerarquizamos lo importante, contextualizamos y verificamos. Ese es nuestro trabajo y es no lo puede hacer el lector. Él llega a un kiosko o a Internet y ahí hay mucha basura. Nosotros lo que hacemos es ayudarle a no perder el tiempo y seleccionamos la información pensando qué es interesante para nuestros lectores. Es una élite la que suele leer los periódicos. La mayoría de la gente se nutre de la radio y televisión. Por el ansia de ganar lectores que no te leen, pierdes tus lectores habituales. Y eso no debe ser así. No me importa que nos abramos a otros lectores pero sin caer en errores. Hemos sustituido lo importante por lo impactante, que es intrascendente. Hemos perdido prestigio por alejarnos del ciudadano que nos percibe ahora como una parte del problema. El periodista siempre tiene que estar con el ciudadano.

Pues da la sensación de que está algo aletargado, ¿comparte usted está percepción?

No canalizamos correctamente la indignación porque se nos va la fuerza por la boca en Twitter y Facebook. Tampoco creo que tengamos los partidos políticos y los sindicatos más adecuados. También se han ido aletargando en su trabajo. Los intelectuales, salvo excepciones, tampoco hace su trabajo. En todo ese magma sale Podemos, que son ciudadanos que sí se muestran dispuestos a tomar las riendas.

Les pasa factura el proceso de estructuración interna. ¿Saldrán reforzados de esa fase?

En Podemos creen que están invitando la política pero pasarán por todas las turbulencias que han pasado otros. Me recuerda al proceso de los Verdes alemanes. En el paso al partido mucha gente se cabreará diciendo que les han robado el movimiento. Pero tiene que pasar del movimiento asambleario limpio a una estructura y un liderazgo claro, con eso sí consigues cambiar la política, de hecho se contamina al partido conservador de turno que adopta parte de tus políticas. Tienen que logar un equilibrio. Podemos tiene que mantener la suficiente base asamblearia, porque es su toma-tierra con la realidad, sino dentro de unos años será igual que lo que está criticando, y porque es su seña de identidad. Están acertando al apostar por las nuevas tecnologías de participación y las posibilidades que dan. Veremos a ver en qué deriva. Se enfrenta también a otros problemas, como conseguir que 2.000 concejales, si los sacan, funcionen con un código ético. Hay que aceptar que todo partido político- que está compuesto por personas y las personas somos corruptas por naturaleza- va a haber casos de corrupción pero la clave está en cómo reacciona el partido ante esos casos. Hay cosas que no se pueden consentir. Otro problema de dónde van a sacar gente. Cómo van a hacer la selección. Corren el mismo riesgo que el PSOE en el 82. Toda la chusma que huele poder se pegará. Cómo se van a librar de esas lapas. Las primarias no van a ser suficientes. Necesitarán de otros mecanismos.

¿La corrupción ha contribuido a aupar al fenómeno Podemos?

La gente está muy harta y la corrupción es una prioridad. No recuerdo las cifras exactas pero el dinero que se va a corrupción es cuatro o seis veces lo recortado en Sanidad o Educación. ¿Cómo luchar contra esto? Con unas leyes de transparencia brutales y periodistas que las utilicen para investigar y controlar al poder. Técnicamente debe ser posible que podamos ver las facturas del Ministerio de Educación al detalle, todos los folios y lápices comprados, si ha sido mediante concurso público...

¿Esa es labor también de la oposición?

Sí, claro. Pero no confíe mucho en ella. Se limitan a leer los periódicos tradicionales y repiten lo que dicen los periodistas.

Es muy crítico con la reforma electoral planteada por Mariano Rajoy a juzgar por sus comentarios en las redes sociales. ¿ Le molesta el momento, las formas...?

Habrá que cambiarla. Todo el mundo critica las listas cerradas, pero así, a ocho meses de unas elecciones no es muy inteligente y si lo cambias solo, es además, una 'cacicada'. El PP no se ha enterado de nada. El PSOE ya sabemos que no, ha elegido a un nuevo secretario general que repite las mismas palabras gastadas que el anterior, es más guapo, eso sí. Pero el PP, tampoco se ha enterado. Si le quitas a la ciudadanía la posibilidad de modificar la realidad a través de las urnas, ¿qué les estás diciendo?. Que tiene que hacer los cambios fuera de las urnas. Eso dices a la gente que le apetecería tirar cócteles molotov pero cree que a través de las urnas va a poder cambiar las cosas. Si le quitas esas ilusión, que le queda, ¿el cóctel? Eso muy peligroso. Que el PP presente la reforma y hable de regeneración democrática me enerva. Lo que te venden no es regeneración. Regeneración es que un partido que tiene tres tesoreros imputados dé alguna explicación. Regeneración es que un partido que se financia a través de contratos raros, dé una explicación o que el partido de la oposición con un pufo importante en Andalucía, dé una explicación. Quien la hace, la paga. Cambiar la ley electoral no es regeneración democrática, es lo contrario. Un partido con mayoría absoluta no puede cambiar las reglas de juego de todos, es un cambio de tal calibre que debería exigir una mayoría cualificada.

Le hemos visto impactado con el asesinato de James Foley. ¿Es partidario de la negociación en estos secuestros? asesinato de James Foley.

Es deber de los gobiernos proteger a los ciudadanos. En este caso resultaba muy difícil hacerlo a través de la fuerza militar. Entonces se debe decidir si se negocia o no con esos grupos terroristas. Si negocia por una persona, se debe hacerlo con todas, sin distinciones. No se puede modificar el posicionamiento en función del caso. Sí negocio, cuando es un soldado, no cuando es un periodista, un hombre de paz. El Gobierno español sí ha obrado bien es ese sentido. Con discreción y con eficacia. No sabemos si ha pagado, qué ha pagado pero los secuestrados están en casa.

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