Vitoria, una ciudad en venta
Vitoria tiene todos los logotipos imaginables. Ha sido 'Capital verde europea', durante 2012; 'disfruta' ahora del título de 'Capital Española de la Gastronomía' y hasta ha obtenido, fuera bromas, el 'Premio Columpio de Oro' por una parque recién inaugurado en el que, por cierto, había un polémico cartel de Heineken que ha tenido que ser retirado. Todo un logro para una ciudad que presume de su alta calidad de vida y de su estilo 'europeo'. Pero, como sucede en otras ciudades por culpa de la crisis, ahora es la ciudad de 'se vende'. No es que la caída de la economía haya azotado a la capital alavesa más que a otras, de hecho el empleo ha aguantado mejor que en otros lugares, pero a la costumbre de lanzar proyectos que nunca se ejecutan se ha unido últimamente la de poner a la venta edificios hasta hace poco emblemáticos.
El cartel de 'se vende' cuelga ya de cerca de una docena de inmuebles de Vitoria. Una parte del patrimonio de la capital alavesa se ofrece al mejor postor. Se trata de hacer caja, atraer inversiones, reactivar la actividad de la zona o todo al mismo tiempo. O simplemente, emulando lo que hacen las entidades financieras, quitarse el ladrillo de encima. Cuando el edificio en liquidación es de titularidad privada, Vitoria nada puede hacer más que contemplar como se lo quitan de las manos y llorar la triste pérdida que implica desprenderse de construcciones emblemáticas.
Pero la polémica se ha suscitado al conocerse que inmuebles que eran recursos públicos, como las instalaciones de Krea, en su origen propiedad municipal y cedidas bajo condiciones de obligado cumplimiento a la Caja Vital, ahora Kutxabank, podrían servir, gracias a su venta, para engordar las cuentas de inversores extranjeros. Mientras, a las arcas públicas, no llegaría ni un euro. “¿Dónde queda la salvaguarda del interés público?, han reprochado desde las filas de la oposición al equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Vitoria por favorecer la operación.
El lote inmobiliario codiciado por los promotores estadounidenses y sobre el que proyectarían construir un campus universitario, se completa con la sede de la antigua Caja Vital, el majestuoso edificio levantado por la entidad financiera en el idílico entorno de los humedales de Salburua. Ambas propiedades están infrautilizadas y con el canje se podrían poner en valor dos espacios que prometían larga y fructífera vida pero cayeron en el camino víctimas de la crisis financiera. Al mismo tiempo permitiría a la entidad accionista de Kutxabank, soltar lastre al deshacerse de dos edificios 'fantasma'. Los mismos compradores también pretender adquirir el edifico de la Fundación Sancho el Sabio.
Construcción histórica
El último en sumarse a la lista de enajenables, según avanzó la agencia EFE, ha sido el centro comercial El Boulevard, valorado en 150 millones de euros. La mole ocupa un solar de 132.000 metros cuadrados y de momento cuenta con una de las plantillas más importantes de Vitoria, con 1.770 empleados. Sólo por delante se sitúan Mercedes o Michelín. La noticia de su salida al mercado ha sido una sorpresa, pero no ocurrió lo mismo al hacerse público un secreto a voces como la venta de los emblemáticos cines Guridi o del hotel Gasteiz. Los dueños del establecimiento hotelero, la familia Atucha, pusieron a la venta el complejo tras la decisión de la cadena mallorquina de abandonar una gestión que había iniciado en 1998. El precio estimado de salida para tomar las riendas del hotel giraba en torno a los 18 millones y no encontraron comprador. Se cerró el negocio y el inmueble, ubicado en plena avenida Gasteiz, continúa a la venta.
Pero no acaba ahí el elenco de bienes en oferta, y ya van seis. El palacio Escoriaza Esquivel, sobre el que han planeado diferentes proyectos pero que ninguno acaba de ver la luz, forma parte del conjunto de construcciones históricas de Vitoria cerradas a excepción de contadas ocasiones. El Consistorio no descarta su venta.
La antigua fábrica de muebles Bonilla también cuelga de los escaparates de las inmobiliarias. El edificio, ubicado en la calle Vicente Goikoetxea, iba a ir destinado a viviendas de lujo pero también a restauración y comercio. Su salida a venta desencadenó una reclamación de indemnización al Ayuntamiento de 4.444 euros por metro cuadrado, 9 millones de euros. Su propietario el empresario y ex-presidente del alavés Gonzalo Antón defiende ante los tribunales nuevos derechos urbanísticos adquiridos que no se pueden desarrollar porque el edificio principal está protegido. Y pide ser compensado por los perjuicios generados.