El Gobierno vasco, Sidenor y la SEPI asumen el control de Talgo y aprueban su plan de rescate
La junta extraordinaria de accionistas de Talgo ha dado el pistoletazo de salida a la recta final a la operación de venta de la empresa y la apertura de una nueva etapa. Este viernes han aprobado la nueva estructura de financiación de la compañía, condición indispensable para que se formalice el contrato de compra entre el consorcio vasco y Pegaso (del fondo Trilantic) que se firmó el pasado día 6 de noviembre. El Gobierno vasco, a través del fondo Finkatuz, la empresa Sidenor, y las antiguas cajas BBK y Vital -ahora fundaciones y patas de Kutxabank- pagarán por hacerse con un 29,7% de las acciones 156,67 millones de euros, a un precio de 4,25 euros por acción, casi el doble de lo que está cotizando ahora en bolsa.
La nueva estructura de financiación lleva consigo la entrada de la SEPI en el accionariado, con un 7,8% de capital, y este viernes se ha sabido que el consejero que representará a la sociedad estatal en la empresa será el actual presidente de la patronal alavesa (SEA), Juan Antonio Sánchez Corchero. Con esta decisión, se atiende a la petición del lider del PSE-EE, Eneko Andueza, de que el representante de la SEPI fuera un consejero vasco, y, además, se hace un guiño a Álava, donde la empresa tiene una planta y, en principio, se trasladará la sede social, ahora en Madrid.
El de Sánchez Corchero, que ha adelantado Europa Press, es el único nombre que ha trascendido de los que cofigurarán el consejo. Queda por saber si se nombra un nuevo presidente o si se mantiene el actual, Carlos Palacio Oriol. En cualquier caso, fuentes conocedoras de la operación cuentan con que todos los trámites estén ultimados “antes de Nochebuena”.
En concreto, la junta ha aprobado el aumento de capital social, por un importe nominal de 3,18 milllones de euros, mediante la emisión y puesta en circulación de 10.588.235 nuevas acciones. También la emisión de 300 bonos convertibles en acciones ordinarias de la sociedad por importe nominal agregado de 30 millones de euros y emisión de 750 bonos convertibles en acciones ordinarias por importe nominal agregado de 75 millones.
En cuanto a la nueva estructura de financiación, se ha aprobado la operación de financiación del Grupo Talgo, consistente en la “formalización por Patentes Talgo, SLU. de un Contrato de Financiación sindicado por importe total de hasta 770 millones de euros -estructurado en un tramo de hasta 650 millones con garantía parcial de CESCE y un tramo revolving de hasta 120 millones- y una línea de avales de hasta 500 millones de euros con garantía parcial de CESCE, en el marco de la denominada ”Operación Global“ junto con el aumento de capital y las emisiones de bonos convertibles suscritas por Sepi y por el grupo de inversores vascos. Además, se ha reducido la estructura del consejo a ocho miembros.
En su intervención en la junta, Carlos Palacio Oriol ha señalado que “la aprobación y ejecución de estas operaciones contempladas son indispensables para preservar el futuro de la Sociedad y del Grupo Talgo. Además, son una demostración del claro compromiso del consejo de administración para proteger a los diferentes grupos de interés: los accionistas, que requieren un marco estable y transparente; los trabajadores, que precisan seguridad y continuidad en su empleo; los clientes, que demandan confianza en la capacidad de la Sociedad para cumplir con sus compromisos; y los acreedores, que necesitan garantías de sostenibilidad financiera”.
La junta de este viernes enfila la parte final de la venta de esta empresa, que se ha visto enturbiada por la imputación de presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, en un presunto caso de venta de acero para hacer armas a Israel, del que todavía no se conoce la decisión de los tribunales. El proceso de venta ha sido largo, ya que Talgo llevaba más de dos años inmersa en un complejo proceso societario derivado de la decisión de su accionista de referencia, Pegaso, del fondo Trilantic, de desprenderse de su participación en la Sociedad. Un periodo en el que la empresa reconoce que “la actividad ordinaria de la sociedad se ha visto ”afectada de forma muy negativa. La ausencia de un marco accionarial estable han generado reveses en la gestión y han deteriorado de manera significativa la posición competitiva, económica y financiera de la sociedad“.
En febrero de 2025 se hizo público el principio de acuerdo alcanzado entre el que hasta ahora ha sido el accionista de referencia y un consorcio industrial vasco para la transmisión del paquete accionarial de aquel en venta, que abre una nueva en Talgo.
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