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La juventud vasca se emancipa a los 30, cinco años más tarde de la edad ideal y paga por la hipoteca el 65% de su sueldo

Una mujer revisa los carteles de anuncios de alquiler de viviendas.

Maialen Ferreira

Bilbao —

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La edad de emancipación de los jóvenes en Euskadi es cada vez mayor. En el año 2024 la media de los jóvenes que lograron salir a vivir fuera del hogar de sus padres fue de 29,8 años, tres años y medio más tarde que la media europea y cinco años más tarde de lo que considera la edad ideal para hacerlo. Por debajo de los 30 años el alquiler es la forma de tenencia de la vivienda más habitual de la juventud emancipada y entre los 30 y 34 años, la propiedad. La mayoría de la juventud emancipada de entre 18 y 34 años convive con su pareja (60,8%), más las mujeres (63,1%). Compartir piso con otras personas es la segunda forma de convivencia más habitual de la juventud emancipada, 23,1%; entre quienes tienen nacionalidad extranjera este porcentaje se eleva hasta el 41,4%. Únicamente el 16,1% de la juventud de 18 a 34 años emancipada vive sola.

Estas son algunas de las conclusiones del informe “Claves de la Emancipación en Euskadi” realizado y publicado este lunes por el Observatorio Vasco de la Juventud del Gobierno vasco que ha evaluado 42 indicadores que monitorizan la emancipación juvenil. Según han explicado durante la presentación del documento, en la última década, la tasa de titulación superior ha aumentado más de diez puntos, situando a Euskadi entre las regiones europeas con mayor proporción de personas con estudios terciarios. Concretamente, en 2024, el 67,8% de la población de entre 25 y 34 años cuenta con una titulación superior. Sin embargo, la prolongación de los estudios, pese a que mejora la empleabilidad, está retrasando la incorporación plena al mercado laboral, lo que a su vez demora el proceso de emancipación.

A pesar de que el 81,5% de las personas jóvenes de 25 a 29 años no emancipadas desearía salir del hogar familiar, son varios los factores que complican la realización de ese deseo. Entre ellos, la prolongación de los estudios, las condiciones laborales y los altos costes de la vivienda. El estudio determina que el salario neto mensual medio de la juventud asalariada de 18 a 34 años, incluidas las pagas extras prorrateadas, crece ligeramente respecto a 2023 y alcanza los 1.564 euros. No obstante, las mujeres cobran, de media, 179 euros menos que los hombres y entre los 18 y los 29 años el salario medio baja hasta los 1.381 euros. “Las expectativas y la confianza en relación con la búsqueda o el mantenimiento del empleo son factores que influyen de forma importante sobre los proyectos de futuro de las personas jóvenes”, recoge el documento.

En cuanto al coste de la vivienda, la renta de alquiler media en Euskadi, basada en las medias de las fianzas de alquiler depositadas en el Gobierno vasco, crece año tras año y en 2024 es de 819 euros en el conjunto de Euskadi. Álava tiene unas rentas menores, con 747 euros de media, mientras que Bizkaia presenta una renta media de 815 euros y Gipuzkoa tiene las rentas de alquiler más elevadas, con 854 euros de media.

Las mujeres jóvenes en Euskadi cobran, de media, 179 euros menos que los hombres

Por su parte, la cuota hipotecaria mensual media asciende hasta los 769 euros en 2024. El precio medio de las viviendas que se han adquirido durante 2024 en Euskadi asciende a 245.259 euros. Los precios medios de las viviendas objeto de compraventa registran también un crecimiento constante y son, igual que los alquileres, más altos en Gipuzkoa, donde alcanzan los 284.081 euros, que en Bizkaia con un precio de 232.214 euros y Álava con 209.714 euros.

En el caso de la propiedad adquirida mediante préstamo hipotecario la juventud tendría que destinar el 64,2% de su salario neto mensual al pago de la primera cuota de la hipoteca teniendo en cuenta el precio medio de las viviendas, el tipo de interés hipotecario medio y la duración media de los créditos hipotecarios. En 2024 esta cifra duplica el límite máximo de endeudamiento que las propias entidades financieras establecen en un 30% sobre el salario neto mensual a la hora de valorar la concesión de un crédito. “Si solo dedicara el 30% de su salario al pago de la cuota de la hipoteca para la adquisición de una vivienda en propiedad, una persona joven de entre 18 y 34 años que quisiera emanciparse en solitario podría pagar una vivienda de 114.521 euros, es decir, le faltarían 130.738 euros para cubrir el precio medio de las viviendas. Dicho de otra forma, los sueldos medios de la juventud deberían aumentar un 114,2% para poder comprar una vivienda en solitario mediante préstamo hipotecario”, aclara el estudio.

El informe recoge algunos de los efectos que provocan en los jóvenes el hecho de no poder emanciparse: por un lado problemas de salud mental y, por el otro, la dificultad o imposibilidad de ser padres o madres. Entre las y los jóvenes de 25 a 29 años, la valoración de la salud mental de quienes creen que al cabo de un año no podrán emanciparse es inferior a la de quienes no la viven. Estos últimos, por no querer emanciparse, o por creer que podrán seguir viviendo por su cuenta, valoran su salud mental con 7,2 puntos sobre 10, frente a los 6,8 de los primeros.

E 32% de las personas jóvenes de entre 15 y 29 años que aún no tienen hijos o hijas, pero desearían mucho o bastante ser padres y madres en el futuro, creen que no es probable

Además, el retraso de la maternidad y la paternidad es otra de las consecuencias de la emancipación tardía. En este sentido, el 32% de las personas jóvenes de entre 15 y 29 años que aún no tienen hijos o hijas, pero desearían mucho o bastante ser padres y madres en el futuro, creen que no es probable que lo sean a la edad que desearían, que de media son los 30 años. Este índice de maternidad y paternidad postergadas ha aumentado en los últimos años y es algo mayor entre las mujeres (36%) que entre los hombres (29%).

“La emancipación juvenil es una prioridad estratégica para el Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico. Como saben, con el objetivo de facilitar este proceso, hemos puesto en marcha iniciativas como las ayudas a la emancipación o el programa Gazteaval, con el objetivo de complementar otras ayudas impulsadas por el Departamento de Vivienda. Estas medidas se enmarcan en la Estrategia Vasca de Emancipación, cuyo propósito es lograr que, en el horizonte de 2030, la tasa de emancipación juvenil se aproxime al 50 %, asemejándose así a la media de la Unión Europea (50,9 %). Asimismo, aspiramos a reducir la edad media de emancipación por debajo de los 28 años” ha explicado este lunes durante la presentación del informe en Bilbao el viceconsejero Xabier Legarreta.

Por su parte, Adrián López el director de Juventud del Gobierno vasco ha detallado las estrategias que han llevado a cabo para dar solución a esta problemática y ha anunciado nuevas medidas. “En 2024 pusimos en marcha la línea de ayudas a la emancipación Emantzipa, que ha recibido más de 6.000 solicitudes en 2024 y ya hemos superado las 3.000 solicitudes en 2025. El objetivo es claro, ayudar a las personas jóvenes a emanciparse y bajar la edad de emancipación. Por eso, en 2026 bajaremos la edad para realizar las solicitudes hasta los 23 años. A este programa de ayudas hay que sumarle la nueva línea de avales por la compra de la primera vivienda y la batería de medidas para mejorar el bienestar emocional de las personas jóvenes (Kristalezkoak, GaztePodcast, nuevo servicio de asesoramiento psicológico en las oficinas GAZ) porque emanciparse es cuestión de un conjunto de factores”, ha concluido.

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