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'Esto no es una cheesecake', el fanzine que recoge las crónicas de la Donostia turistificada

Miembros de Bizilagunekin, la plataforma que critica la Donostia turistificada

Maialen Ferreira

Bilbao —

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Crucigramas, adivinanzas, rompecabezas, mapas y preguntas y respuestas, además de artículos informativos, de opinión, comic o reportajes. Todo ello en un libro lleno de color y viñetas para denunciar los efectos del turismo en Donostia. 'Hau ez da cheesecake bat' ('Esto no es una cheescake') es un fanzine humorístico que realiza una crítica social y política del modelo turistico de la capital guipuzkoana. La publicación, realizada de manera colectiva, ha sido coordinada y editada por la plataforma de donostiarras a favor del decrecimiento turístico, Bizilagunekin con la colaboración de diversas personas, entre ellas el actor Ramón Agirre y el dibujante de cómics Mikel Marrazki.

“Donostia depende de la maquinaria que negocia con los visitantes. El desarrollo turístico y la especulación que desvía la vivienda de su función residencial o de uso como alojamiento han hecho que sea inasequible; han provocado una crisis de vivienda y han afectado duramente los planes de vida de muchos donostiarras. Cientos de jóvenes y residentes han tenido que abandonar Donostia, lo que está causando un gran daño al tejido social de nuestros barrios. Las consecuencias de la turistificación no son solo económicas: también pone las calles de la ciudad, nuestras relaciones, la movilidad y la cultura al servicio del mercado, en lugar de fomentar la cohesión y el dinamismo comunitarios”, denuncia uno de los artículos del fanzine.

“Ante esto, la única respuesta de las instituciones públicas se compone de buenas palabras y limitadas medidas simbólicas. Ahora nos presentan un modelo turístico ”más inclusivo, más sostenible, más beneficioso, basado en una gobernanza colaborativa, inteligente y sostenible“. Abundan las palabras imprecisas y sugestivas en los documentos oficiales sobre turismo. Pero la pregunta es: ¿Están dispuestos a poner límites a los negocios de quienes se enriquecen con la turistificación, para el bien de Donostia? ¿Están dispuestos a emprender la vía de la desregulación turística e implementar medidas para reducir el peso excesivo de la actividad turística en el modelo urbano de la ciudad?”, se preguntan.

En uno de los capítulos el fanzine cuenta cómo es un día en Donostia contado por uno de sus vecinos que tuvieron que verse obligados a abandonar la ciudad. “Empezamos a entrar en la ciudad. Hay muchos coches y, mirando las matrículas, distingo los diferentes lugares, incluso los coches de alquiler. Bajo del autobús y me dirijo a la Parte Vieja. Intento cruzar el Boulevard; parece una gincana, con varios grupos de turistas. Los adelanto escuchando al guía y dejo atrás a la gente que camina. Entro en la Parte Vieja y veo una fila de una, cuatro, diez, veinte personas, mirando y esperando a que abra un bar; a dos metros hay otra fila similar. Estos turistas se están volviendo locos, ¿desde cuándo la gente hace cola para comer pintxos? Delante de mí, un grupo de turistas come el cheesecake de moda, un postre que he comido dos veces en mi vida y que ahora se ha convertido en un símbolo de nuestra ciudad. Avanzo unos pasos y veo que las escaleras de la iglesia se han transformado en una terraza gigante, un espacio público completamente adaptado para el turismo”, critica la narración.

“Hacía mucho que no iba a la Parte Vieja y me vienen a la mente recuerdos de mi juventud. Me parece imposible ver en qué han convertido la ciudad. Ya no veo a nadie conocido por la calle, ni oigo euskera. Al ver tanta gente, pintxos, tuper, colas y souvenirs, empiezo a sentir ansiedad. Me dirijo rápidamente al muelle. Quería sentarme allí tranquilamente, pero de nuevo la multitud... Me voy con la kuadrilla. Quería dejar la gestión emocional de la ansiedad en un poteo hasta que he ido a pagar y me ha dado un subidón de cortisol. ¡Cinco euros por una cerveza!”, exclama el escrito, firmado por un “exiliado de Donostia”.

El objetivo de la publicación es, según sus creadores, ser “una herramienta para difundir la reivindicación de orientar Donostia hacia el decrecimiento turístico y fomentar una reflexión crítica sobre el proceso de turistificación que vive la ciudad”. El fanzine está a la venta al precio de 3 euros en la librería Hontza de la calle Okendo, en la panadería Ikatz de la Parte Vieja y en los actos y convocatorias organizados por la plataforma Bizilagunekin.

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