Anastasio Marcos: “Extremadura es la comunidad con más colmenas de España”
-¿Nos hace una radiografía del sector apícola regional?
-Extremadura es la comunidad autónoma con más colmenas de España, y no sólo esto, si no que tenemos el nivel mas alto de profesionalización en el sector apícola. El número de colmenas por explotación media es de 525 colmenas y la segunda comunidad autónoma es Andalucía con 125 colmenas por explotación media.De este alto grado de profesionalización se deriva que Extremadura se mantiene a la cabeza de las reivindicaciones del futuro de la apicultura en España, porque cuando un sector está altamente profesionalizado es más fácil.
-Creo que el sector vive años de expansión a nivel nacional ¿también aquí?
-En España está subiendo el censo de colmenas pero Extremadura se mantiene a la cabeza de este incremento. Le siguen comunidades como Andalucía y Castilla y León, mientras que otras comunidades que eran también fuertes están retrocediendo como es la Comunidad Valenciana.
-Por el contrario, este año la producción va a la baja ¿será muy fuerte el descenso?
-Es una tendencia que se viene observando desde ya hace años: cada vez tenemos más colmenas para conseguir igual o menos kilos de miel. La climatología está influyendo muy negativamente en nuestro medio ambiente, a la actividad apícola las temperaturas por encima de los 30 grados durante la primavera, en los momentos de floración, produce en las flores melíferas una evaporación rápida del néctar que recolectan las abejas y nos quedamos sin cosecha. Es algo que se viene repitiendo ya desde hace unos cuantos años, que por ejemplo en los meses de abril y mayo haya altas temperaturas produce un efecto negativo para nuestras cosechas, porque se secan las flores y nos quedamos sin cosecha. El campo está verde pero sin flores, cosa que se ha producido este año.
Y este verano con tantas olas de calor seguidas y sin lluvia desde hace ya muchos meses, tenemos que hacer más movimientos de colmenas para colocarlas cerca de zonas de agua con el objetivo de que la colmena se pueda refrigerar adecuadamente. Estos movimientos conllevan un gasto extra en combustible y todos los demás gastos que acarrean los traslados extra.
En cuanto a los inviernos, como apicultores profesionales nos vemos obligados a alimentar con alimentos basados en azúcar para mantener nuestras colmenas durante el invierno, ya que si no se alimentan se producen más bajas. Un apicultor tiene asumida de media un baja entorno al 10% de su cabaña, pero en estos años llevamos con unas medias por encima del 20%, algo del todo anormal.
-Pedisteis una reducción del Irpf la pasada campaña pero lo denegaron ¿por qué?
-No entendemos por qué a las provincias de nuestro entorno sí se les ha reducido y a nosotros no. Desconocemos los criterios que se han aplicado, porque no tiene sentido reducir el porcentaje en las provincias que no hay apicultores profesionales y no hacerlo en las que sí hay profesionales, como son las provincias de Badajoz y Cáceres.
Hay que resaltar que la actividad apícola es la más respetuosa con el medio ambiente y la naturaleza y, según estudios de la FAO, es la única actividad que deja en el medio ambiente 100 euros por cada euro que el apicultor se lleva a su casa.
-Hablemos de precios…
-Los precios tuvieron un alza en 2014, pero en este año 2015 tenemos un escenario de incertidumbre. En un principio parece que no estamos en los niveles de precio del año pasado, pero todavía no es definitivo, ya que ahora estamos empezando la campaña y la producción en 2015 va a bajar mucho con respecto al año anterior. La apicultura profesional será una actividad difícil de mantener con estos niveles de tan baja producción, haciéndola inviable un año más, ya que los precios altos en ningún caso compensan la caída en producción que puede estar por encima del 50%.
Importaciones chinas
-Las importaciones chinas son el gran problema?
-Desde el punto de vista comercial el principal problema es la importación masiva de mieles desde China a muy bajos precios por parte de intermediarios en España. Se importan desde China 17.000 toneladas por año, con lo que España es el tercer importador de miel china detrás de Japón y EE.UU. y de estos países la miel a precios más bajos es la que llega a España.
Nos produce una distorsión en el mercado contra la que no podemos competir porque es una competencia desleal, ya que lo precios de nuestras mieles están entre 3,60 y 4,50 euros mientras que las mieles procedentes de China están en el entorno de los 2 euros. A todo esto se une que la normativa en el etiquetado de los tarros de miel no es clara y el consumidor no puede saber con certeza los países que integra la miel que hay en el tarro de miel. Todo ello nos lleva a estar en una situación muy perjudicial para nosotros y sólo nos queda la exportación a países que realmente pagan la calidad, como Francia, Alemania, Japón, etc.
España exporta unas 18.000 toneladas de miel al año y en Extremadura exportamos entre 1.500 y 2.000 toneladas de miel, además de 300 toneladas de polen seco y fresco.
Por otro lado, desde el punto de vista sanitario, la principal amenaza que tienen nuestras colmenas desde finales de los años 80 es la Varroa, que es un ácaro que nace en la misma celda que la abeja. Tarda en desarrollarse 16 días frente a los 21 días de la abeja, y en esos cinco días de diferencia el ácaro se va comiendo a la abeja antes de nacer y produce un debilitamiento gradual en la abeja y por ende de la colmena. Esto multiplicado por miles dentro de cada colmena, si no se produce un tratamiento aplicado por el apicultor, en 12 meses produce la muerte de la colmena. Para luchar contra este ácaro existe desde finales de los años 90 una Ayuda Europea que Regula el Reglamento Europeo (CE) 1234/2007.
En Extremadura tenemos un modelo de gestión de esta ayuda de Lucha Contra la Varroa que, según los Auditores del Tribunal de Cuentas Europeo de Luxemburgo, debería ser como se gestionara esta ayuda en toda la Unión Europea, ya que estamos unidos todo el sector para tomar decisiones racionales para el bien de todo el sector, dejando a un lado los intereses particulares. Estamos todos los agentes integrados -sindicatos, cooperativas y Administración regional- para decidir cada año los productos que se pueden usar, en función de la eficacia de los resultados mostrados en las pruebas de campo que hacemos cada año a los productos autorizados en España, y repartimos desde los Centros Dispensadores de Medicamentos Veterinarios que tenemos abiertos en las zonas apícolas en nuestra región.
El Abejaruco también está provocando bajas en nuestras colmenas, especialmente los años extremadamente secos como es este año. Y es que los abejarucos se sitúan alrededor de los colmenares -hemos llegado a contar mas de 1.000 abejarucos por colmenar- para asegurarse la comida- de forma que las abejas no salen a recoger agua para poder refrigerar la colmena, llegando al punto de derretirse la cera y perder las colmenas.
También tenemos nuevas amenazas que todavía no han llegado a Extremadura, como la Avispa Asiática que está causando bajas en el Norte de España, avanza a un ritmo de colonización de 150 kilómetros por año. Pronto la tendremos en Extremaduras y estamos vigilantes para detectarlas lo antes posible para poder luchar contra esta nueva amenaza.
-¿Qué pedís al nuevo gobierno regional?
-Continuar con la línea de diálogo que hemos tenido siempre y que se pongan al día lo antes posible las ayudas agroambientales, que ya tenemos un atraso acumulado desde el año 2013. Hay muchos jóvenes apicultores incorporados a las líneas cumpliendo los requisitos y todavía no saben si están aceptados dentro de la Ayuda Agroambiental y ésa es una situación muy difícil de mantener, ya que son unos requisitos muy estrictos que limitan mucho los movimientos de las colmenas y conlleva una merma en los ingresos del apicultor que las solicita.
También estamos pendientes por parte de las cooperativas de base de la ayuda por prima de polinización que venían recibiendo y que se les retiró hace 3 años, ya que desde la Administración autonómica se ha trabajado para volver a poner en marcha pero falta un pequeño empujón más para lograrlo.