Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
ENTREVISTA | Arturo Maira, capitán retirado de la Armada

“El Ejército no cambió en absoluto, han seguido ascendiendo los mismos de antes”

Arsenal Militar de Ferrol

Marcos Pérez Pena

El pasado 28 de febrero un grupo de militares presentó una solicitud para que el Arsenal de Ferrol retire de sus calles interiores las denominaciones que exaltan la dictadura franquista, sustituyéndolas por las de militares que defendieron la democracia y la legalidad republicana en 1936. La demanda fue remitida a las autoridades del propio Arsenal y al Ministerio de Defensa, e iba firmada por Arturo Maira Rodríguez, Capitán de Navío del Cuerpo de Ingenieros Electricistas de la Armada (retirado) y portavoz también del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas presentado hace unos meses. De momento su solicitud no ha tenido respuesta oficial.

La carta firmada por Arturo Maira, acompañada de un dossier elaborado por los firmantes del manifiesto y por el historiador Bernardo Máiz, reclamaba también que las muchas personas que fueron ejecutadas en el Arsenal en los primeros meses de la sublevación militar reciban allí un homenaje, y que sea instalado en la Punta del Martillo (uno de los lugares en los que hubo más fusilamientos) un monolito con los nombres de todos los asesinados. Hablamos con él.

Hace dos semanas que entragaron su solicitud. ¿Han tenido alguna respuesta o reacción, oficial o no?

De las autoridades militares de Marina no espero respuesta. De la Ministra de Defensa, toda vez que le quedan pocos días en el cargo y vista su actitud ante nosotros, tampoco espero demasiado. Lo que sí creo es que me contestará al alcalde de Ferrol; en la carta que le envié le pedía su apoyo y al mismo tiempo me ponía a su disposición para conseguir los tres objetivos buscados. También te puedo decir que al historiador Bernardo Máiz hace unos días lo felicitaron en Ferrol algunos marinos de alta graduación por el rigor del trabajo y la valentía que hemos tenido al presentarlo.

Solicitan, por una parte, la retirada de la exaltación de la dictadura, pero al mismo tiempo reclaman que se homenajee a los militares que sí defendieron la democracia en 1936. ¿Falta reconocimiento para esas personas que perdieron la vida por defender la legalidad que había salido de las urnas?

Sí, nuestra petición inicial, que era sencilla, era que retiraran los carteles de esas calles, que nos producen vergüenza y un absoluto rechazo. Pero inmediatamente decidimos que había que hacer también una propuesta para que un grupo de marinos ferrolanos, reprimidos y asesinados casi todos ellos por defender la Segunda República o por simplemente no participar en la rebelión, fuera reconocido dando nombre a esas calles. La elección de esos marinos, entre un grupo más amplio seleccionado a partir de documentos históricos, fue realizada por votación democrática dentro del Manifiesto. Se valoró su conducta personal en el conflicto y su valor, compromiso y sufrimiento en defensa de la legalidad republicana.

A medida que avanzamos en el conocimiento de los detalles de la barbarie realizada en Ferrol y su comarca, consideramos un deber pedir también que se instale una placa o monumento en la Punta del Martillo -uno de los tres lugares del Arsenal en el que se llevaban a cabo los fusilamientos- en la que figure el nombre y condición de todos los ejecutados injustamente allí. Los historiadores disponen de estos datos. Este es, a mi parecer, el objetivo más difícil de conseguir de los tres, y a la vez el más significativo, y el más inclusivo para las gentes de Ferrol.

¿Cree entonces que, al menos, el nombre de las actuales calles sí va a ser retirado?

Creo que las autoridades de la Armada retirarán pronto esas placas, de una manera vergonzante, sin decirle nada a nadie. Esta es simplemente una suposición mía, basada en que la presión mediática de estas últimas semanas ha tenido un notable impacto.

¿Cuál ha sido el recibimiento de su propuesta entre la ciudadanía de Ferrol? ¿Hay una exigencia de restitución, de devolución de la memoria y del honor?

Esta propuesta no es nueva. Hace unos años el Ayuntamiento de Ferrol le pidió a la Armada que, en cumplimiento del Artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica, retirara todos los objetos conmemorativos de la exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil, y de la represión de la Dictadura. La Armada mintió diciendo que ya se había cumplido con la Ley de la Memoria Histórica y no hizo nada. 

Es que este no es sólo un tema de la Marina, es un tema de Ferrol, porque esas calles aunque están dentro del Arsenal son calles ferrolanas. Y allí la Armada fusiló el pueblo democrático ferrolano. Ferrol y su comarca eran una zona claramente de izquierdas y republicana, y por eso la masacraron. Y eso se queda en el alma de la gente.

Creemos que el final de este proceso en Ferrol tiene que ser un acto público, de puertas abiertas, en el que la Armada le pida perdón en el Arsenal Militar a los habitantes de la comarca -representada por sus alcaldes y concejales- y que se acompañe de la imposición de los nombres nuevos de las calles interiores y de la inauguración de ese monolito y placa de homenaje. Si eso se consiguiera, Ferrol se sentiría renovada y en paz y la propia Armada recuperaría sus valores de antaño, porque la Armada lleva 300 años en Ferrol y la ciudad le ha dado lo mejor que tiene, que es su gente.

En la carta que abre la solicitud, usted afirma que “los simpatizantes con el anterior régimen no son infrecuentes en nuestras Fuerzas Armadas, sobre todo en sus niveles superiores”. ¿Hay tantos franquistas en el Ejército?

Los militares demócratas llevamos años denunciando eso, y siempre se nos criticó, diciendo que exagerábamos, que siempre estábamos con lo mismo, etcétera. Pues resulta que en julio del año pasado de pronto 170 altos mandos firmaron un comunicado en favor de Franco y hablando de la gran labor realizada por la dictadura. Entre ellos había un ex-jefe de la Casa Militar del Rey, un ex-jefe del Estado Mayor del Ejército retirado pocos años antes, y muchos altos mandos retirados también recientemente. Es gente que fue promocionada en las Fuerzas Armadas durante la Transición y los años siguientes, siendo franquistas. Al cabo de cuatro meses los medios informaron que ese comunicado de militares franquistas estaba apoyado ya por más de 700 personas, y la mayor parte seguían siendo militares de alta graduación. Es decir, casi mil militares profesionales en las décadas posteriores a la Transición se atreven a decir que son franquistas. ¿Cuantos más habrá realmente en los Ejércitos? No es que lo diga yo, es que ellos mismos reconocen que son franquistas.

¿Por qué se ha mantenido en el Ejército esta ideología no democrática? ¿La Transición no cambió nada? ¿En las décadas siguientes, en 40 años de Gobiernos democráticos, no cambió nada?

En la Transición el Ejército se dejó cómo estaba, no hubo ningún cambio. Fíjate que a los integrantes de la UMD los condenaron a varios años de cárcel por defender que España se tenía que convertir en una democracia. Y, después, la Ley de Amnistía supuso la libertad para muchos presos políticos, pero no para estos militares, porque las Fuerzas Armadas se negaron. Sólo cuando Carme Chacón fue ministra de Defensa les devolvió simbólicamente su honor, 25 años después. Lo que te quiero decir con esto es que el Ejército no cambió en absoluto, han seguido ascendiendo los mismos de antes.

La mayor parte de las constituciones europeas sitúan al Ejército únicamente como una herramienta del poder político elegido por el pueblo. La nuestra no, la nuestra le otorga el deber y la responsabilidad de defender la unidad del Estado español, es decir, le da unas misiones que en otros países le corresponden, en exclusiva, al Presidente de la República como representante superior del pueblo y elegido directamente por él. Se convierte así a los Ejércitos en un poder del Estado en la sombra, y no en una herramienta del Estado. En cierta manera, con estas funciones que la Constitución le otorga, algún sector de los Ejércitos amenaza cuando le interesa al poder civil democrático, situándose por encima de él. Trata de ponerle líneas rojas al poder civil, único legítimo.

¿Cómo valoran la respuesta institucional, tanto del Ejército como del Ministerio de Defensa, a los dos manifiestos presentados el año pasado: el de los militares franquistas y el suyo, en el que hacen una defensa de los valores democráticos?

La respuesta de la Ministra de Defensa fue ponernos al mismo nivel que a ellos, sin decir la verdad: que nosotros somos demócratas y ellos son franquistas, es decir, enemigos absolutos de la democracia y de la soberanía del pueblo, y que apoyan a un dictador que ha sido señalado por la ONU como genocida. Que nos ponga a un nivel parecido es inadmisible.

En la carta también reclamaba la necesidad de que la Armada recupere “su armonía con la ciudadanía española”, perdida en el Golpe de estado de 1936, una brecha que se mantuvo en 40 años de dictadura y, por lo que se ve, en los últimos 40 años de democracia... ¿Cómo se cambia esta situación?

Esta situación se cambia expulsando al franquismo de las Fuerzas Armadas. Y ese es nuestro objetivo. Hemos mantenido reuniones con parlamentarios y asesores de PSOE, Podemos, Izquierda Unida y las Mareas y para esas reuniones de trabajo elaboramos un documento titulado precisamente Cómo expulsar al franquismo de las Fuerzas Armadas.

Hemos propuesto 21 medidas en relación con las Fuerzas Armadas en general y 10 específicas para la Guardia Civil. Se refieren a la publicación de una Ley Antifranquista; a suprimir el Artículo 8.1 de la Constitución; a la ausencia total de las Iglesias dentro de la Armada; a la eliminación de la Justicia Militar en tiempos de paz, a que la sociedad civil controle la formación de los militares en valores democráticos o a luchar contra la endogamia interna ilegítima.

Etiquetas
stats