A Coruña pide a Exteriores acoger a dos niños refugiados en estado “crítico” de salud
Mudafar y Ahmed tienen 8 y 10 años y viven en el campo de personas refugiadas de Katsikas, al norte de Grecia, donde más de mil mujeres, hombres y niños esperan desde hace meses por asilo en concidicións muy precarias. Allí estuvo ayudando el pasado mayo un grupo de bomberos de A Coruña integrantes de la Asociación de Ayuda Integral Rescate Emergencia (AIRE). Al volver, se dirigieron al Ayuntamiento para informar del trabajo hecho pero, sobre todo, para alertar de la “necesidad urgente” de que estos hermanos, kurdos con pasaporte iraquí, puedan ser acogidos junto a sus familias y tratados de la enfermedad congénita que padecen. La solicitud ya ha sido formulada formalmente por el gobierno local ante el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Los niños sufren esplenomegalia, una dolencia caracterizada por el incremento de tamaño del bazo, que afecta también al hígado y que “precisa cuidados especializados y urgentes”, ya que su vida “corre serio riesgo”, dice la edil coruñesa de Igualdad y Diversidad, Rocío Fraga. La “especial gravedad” de la situación de ambos menores ha sido certificada por el jefe de servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital de A Coruña, Jesús Caramés, quien junto a los bomberos que colaboran con AIRE chan informado de la situación de Mudafar y Ahmed y del campo de refugiados en general.
Un informe de los especialistas del CHUAC, junto a otros elaborados por medios iraquíes y por Médicos del Mundo ha sido adjuntada a la petición ya remitida por el Ayuntamiento al titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo. En la misiva el gobierno local reclama una autorización “inmediata” para el traslado “con la finalidad de solicitar protección internacional”, dada su “situación de extrema vulnerabilidad”. Si el Gobierno de España accede la que los niños y su familia se puedan beneficiar del “sistema de acogida en el estado” según la legislación estatal y europea, A Coruña se ofrece “como ciudad de acogida”.
En esta línea, Fraga resalta que “no se puede separar a los menores de sus familias” ni obviar que el Gobierno central “no está cubriendo los mínimos de acogida a los que se había comprometido” -el Ejecutivo español se comprometió a acoger unas 17.000 personas y por el momento ha reubicado a 124, a las que se sumarán unas 285 en las próximas semanas, según cifras ofrecidas el pasado viernes por la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría-. Así, la familia de Mudafar y Ahmed podría “entrar dentro de los números asignados al Estado español” y su llegada a A Coruña será únicamente “una cuestión de voluntad política”.
Concretamente, indica Fraga, para que la solicitud trasladada por Xulio Ferreiro a García-Margallo se cumpla es necesario un procedimiento relativamente sencillo: “Un salvoconducto que el Ministerio puede expedir de un día para otro”. “En cuanto el ministro tome la decisión y firme el documento, la familia podrá viajar” a Galicia. Una vez en Galicia, asegura, “el Ayuntamiento tiene todo preparado para la acogida. Dispone de una vivienda y se hará cargo de los gastos de transporte y mantenimiento”, según lo estipulado en la “condición del municipio como ciudad refugio”. Al llegar a la ciudad los menores serían sometidos a las “pruebas que sean necesarias” en el hospital y “si es preciso, serían derivados para su tratamiento”. Tras la primera “actuación urgente”, entraría en juego el Programa de Refugio“ del Gobierno central.
“Lo que hay que hacer es sacarlos de allí, visibilizar lo que está sucediendo para que podamos construir una ciudad acogedora”, resume Fraga en compañía de médicos del hospital coruñés y de representantes de AIRE, colectivo que también está recogiendo firmas a través de la plataforma Change.org para que permita el traslado de estos niños. Una iniciativa semejante que llegó a reunir más de 150.000 apoyos, recuerdan, consiguió hace escasas semanas la intervención directa de García-Margallo para la concesión de asilo humanitario a otro niño refugiado con problemas de salud y a su familia, que ya son acogidos en Valencia.