Si juzgan a Laura Bugalho, nos juzgan a todas
Este miércoles 16 está llamada a declarar en los juzgados de Compostela Laura Bugalho, que en 2009 fue acusada de falsedad documental continuada en su labor de ayuda a personas migrantes. Sin embargo, para entender mejor todo el proceso quizás hay que ir un poco más atrás: a 2009 y la Operación Peregrino, muy bien explicada por Diagonal. Laura Bugalho ayudó a sacar a la luz esta trama, por la que 57 personas de origen marroquí habían sido traídas a España con la promesa de un empleo tras haber abonado diez mil euros. En principio su destino fue Andalucía, pero algunos de ellos llegaron a Galicia para trabajar en la industria del metal en condiciones de ilegalidad.
Laura sostiene que en este grupo de personas que se dedicaban a introducir personas en el Estado a cambio de dinero había algún miembro del Grupo de Extranjería de la comisaría de Compostela y que cuando ella misma fue detenida le llegaron a confesar que aquello era “una venganza”. De hecho, a partir de la Operación Peregrino la activista comenzó a sufrir un fuerte acoso policial y extrañas circunstancias que ella no cree que fueran “casuales”, como un asalto a su casa. En aquel momento cuatro inmigrantes denunciaron a Bugalho por facilitarles documentación falsa y fue detenida durante dos días, y el ordenador de su despacho en la sede del sindicato CIG, confiscado. De ese ordenador la policía obtuvo los datos de 15 personas migrantes que fueron citadas a declarar sin orden judicial y amenazadas con su expulsión si no la denunciaban, según explica la propia Laura Bugalho. Ahora, ocho de esas personas están imputadas en el caso.
“Lo peor es que en su persecución contra mí están atacando también a estas personas”, dice Laura, que afirma estar “tranquila” y “esperanzada” en que se haga justicia a pesar de “la ola de represión que estamos viviendo”. Laura repite que “mi detención fue debida a que colaboré con los compañeros estafados en la denuncia y eso incomodó a quien tiene posibilidades de complicar la vida de cualquiera. Su objetivo era paralizarme, pero mi compromiso es inquebrantable”. Y destaca la solidaridad recibida: “estoy recibiendo un apoyo muy importante por parte muchas personas y colectivos de Galicia, del resto del Estado y también de fuera, en especial desde países latinoamericanos: está habiendo una movilización importante de la izquierda en América alrededor de este caso”.
Efectivamente, un día sí y otro también, llegan nuevas muestras de solidaridad desde todos los puntos del mundo. Por supuesto desde los colectivos de apoyo a las personas migrantes y también desde colectivos feministas o de lucha por los derechos de las personas transexuales. Porque Laura lleva años estando en todas las luchas y defendiendo además que todas las luchas son la misma. Su activismo se multiplica en el sindicato CIG, en el Foro Galego de Inmigración, en las acampadas ligadas al movimiento 15M o en las luchas feministas y de las personas transexuales. En 2011 fue galardonada con el premio Nicolás Salmerón a la defensa de la libertad sexual. Hace unas semanas afirmaba a este respeto en una entrevista en la revista Pikara que “no puede ser que cada cual luche por su pequeña parcela si el campo es todo nuestro”.