Descubren cámaras ocultas para vigilar al personal de cafetería en dos hospitales públicos gallegos
Hace ya dos semanas, personal de una de las cafeterías del Hospital Clínico de Santiago encontró una cámara de vídeo y audio oculta en el techo de una sala destinada al descanso de estos trabajadores y frecuentada también por sanitarios. La Confederación Intersindical Galega (CIG) denunció días después la situación públicamente y puso el caso en manos de sus servicios jurídicos, además de advertir a la gerencia del área sanitaria de Compostela. La Consellería de Sanidade, a través de ésta, abrió una investigación y está a la espera de que la empresa concesionaria de la cafetería remita el informe requerido. Aramark, firma concesionaria de los establecimientos , ya ha reconocido que la videocámara -retirada al poco de ser descubierta- había sido instalada por un investigador privado y debido a un “descuadre en la caja”. Con la polémica aún vigente, el pasado martes otro circuito de grabación oculto fue descubierto en las dependencias de una cafetería de otro hospital público gallego, en esta ocasión en el del Barbanza (Ribeira), donde trabaja la misma firma concesionaria.
Según denuncia la CIG, Aramark desmanteló en la noche del pasado martes el circuito de cámaras de vídeovigilancia, también escondido en el techo, y del que “los trabajadores no tenían constancia”. La retirada se llevó a cabo en el mismo día en el que la delegada de personal se dirigió por escrito al gerente de la empresa solicitando la certificación de los dispositivos instalados, de su localización, así como de la presencia o no de algún elemento de grabación de audio.
Aramark, según el sindicato, había comunicado en el mes de diciembre pasado su intención de poner en funcionamiento cámaras de seguridad en el centro de trabajo y, según la certificación de la empresa encargada de instalar el sistema, en la cafetería del hospital hay tres cámaras de vídeo visibles, que cumplen la normativa vigente y que no tienen “ningún elemento técnico que permita la grabación de audio”.
Tal y como aclara la legislación, este tipo de cámaras están permitidas siempre que estén a la vista, debidamente anunciadas para conocimiento de todos los trabajadores y nunca con sistemas de grabación de voz. Por eso, la CIG ya había advertido de un posible “delito por vulneración del derecho fundamental a la intimidad” y había solicitado una investigación por si había más cámaras en otros centros sanitarios e incluso abordar la rescisión del contrato de la firma. Aramark tiene la concesión de los establecimientos de restauración del Hospital Clínico, del Gil Casares, del Provincial -los tres en Santiago- y del de Barbanza, todos ellos en el área sanitaria compostelana.
Para la central nacionalista, el hallazgo de otra cámara más “refuerza el proceder ilegal de Aramark, que no duda en vulnerar derechos fundamentales para espiar a sus trabajadores”. Y añade que, “de ser legales las videocámaras encontradas en el hospital de Barbanza, la empresa no correría a desmantelar el sistema el mismo día en el que la delegada de personal pregunta por su existencia y por la colocación exacta de las cámaras”.
Consultada por este diario, la Consellería de Sanidade recuerda que “ya se han tomado cartas en el asunto” y que se ha abierto una “investigación” sobre el caso del Hospital Clínico. Ahora, y tras haber conocido este mismo miércoles la denuncia por otro caso semejante, pedirán a la empresa concesionaria que dé explicaciones sobre esta nueva denuncia. Con todo, y contactada por la propia Administración, Aramark niega rotundamente las acusaciones vertidas por la CIG sobre la colocación de cámaras en el centro sanitario del Barbanza.
Además, la Consellería espera recibir en esta misma semana el informe requerido a Aramark sobre la colocación de cámaras presuntamente ilegales en las dependencias del personal de la cafetería del Hospital Clínico para tomar así una decisión.