La Xunta limita la información sobre listas de espera tras subirlas a niveles de hace una década
La Xunta recorta a la mitad la información de sus listas de espera hospitalarias. Lo hace, como ha informado este diario, en aplicación de la denominada ley de garantías de prestaciones sanitarias, la norma que le facilita al Servizo Galego de Saúde (Sergas) traspasar pacientes a la sanidad privada para, precisamente, ajustarse a un máximo de 60 días de espera. Esa norma, que habilita al Gobierno gallego para difundir los datos de espera solo dos veces al año y no cada trimestre, como hacía hasta ahora, está en vigor desde marzo de 2014 pero comienza a aplicarse ahora en lo referido a la limitación de la información. El Sergas toma esta decisión tras años de recortes y convulsión entre su personal en los que las listas de espera han vuelto a niveles semejantes a los de hace diez años, justo cuando estos datos comenzaron a ser públicos.
Cuando la Xunta inició la publicación trimestral de las listas de espera, justo en el final del fraguismo, la espera media para acceder a una operación quirúrgica en el Sergas superaba los 100 días. Ese fue escenario en el que en el verano de 2005 comenzó a gestionar la sanidad pública el Gobierno de coalición de PSdeG y BNG, que durante los años siguientes logró encaminar el sistema por una senda de descenso de la demora que culminó en los últimos trimestres que lo gestionó. Así, en el segundo trimestre de 2009, el último con socialistas y nacionalistas en la Xunta, se logró el valor más bajo de la serie histórica, con una espera quirúrgica media de 67 días.
Tras el retorno del PP al poder las listas de espera siguieron oscilando en función de los trimestres y aumentando especialmente durante el verano -con la nueva normativa el dato de los meses estivales no será público-. Si bien el dibujo de cada año no varió sí lo hizo la tendencia, que pasó de descendiente a ascendente hasta tocar techo en el final del tercer trimestre de 2012, con una espera media de casi 99 días, valor que hizo retroceder el sistema hasta la década pasada, cuando en 2007, con el bipartito en el poder, se alcanzaron los 106 días de espera media, máximo que fue inicio de la senda de descenso que terminó con los mencionados 67 días de comienzos de 2009.
Esto sucede en un contexto en el que la evolución de los últimos años tampoco ha sido la mejor de las posibles en otro de los valores fundamentales del sistema, aunque menos comentado que el tiempo de espera media: el número de personas que están esperando por una intervención quirúrgica. El dato más reciente disponible, el del cuarto trimestre de 2014, indica que estaban esperando 36.469 pacientes, unos 200 más que a finales de 2009 y 4.000 más que en el final de 2008, cuando se consiguió el menor valor de los registros con poco más de 32.000 personas esperando.
Si, en vez de observar este indicador de modo cronológico se ordenan los trimestres por el número de personas que esperaban en cada uno de ellos cabe concluir que, de los 39 trimestres de los que hay datos, el que presentó un mayor número de enfermos esperando para ser operados fue el tercero de 2005, justo cuando el bipartito cogió el relevo del gabinete Fraga. De los diez trimestres con más personas esperando dos corresponden a la gestión del bipartito, otros dos al Gobierno de Manuel Fraga y los seis restantes, al de Alberto Núñez Feijoo, que a comienzos de 2012 alcanzó el tercer valor más alto de la serie con 39.614 pacientes.
Por la banda baja, nueve de los diez trimestres con menos pacientes esperando se corresponden con la legislatura de la coalición de PSdeG y BNG y uno, con el Gobierno de Feijóo, que en el cuarto trimestre de 2010 consiguió su mejor resultado en este ámbito al situar la lista en el entorno de los 34.300 pacientes pendientes de una operación. No obstante, desde ese mínimo la lista de espera estructural siempre ha estado formada por más de 35.000 personas y la mayor parte del tiempo ha superado las 36.000, según datos del propio Sergas.
El empeoramiento de las listas de espera en los últimos años se produce en un contexto en el que el mensaje político del Gobierno gallego en materia sanitaria está centrado, precisamente, en asegurar que merma las listas de espera. De este modo, el Sergas suele presentar los datos no globalmente, sino centrándose la reducción de tiempos en las patologías graves. Además, la propia ley de garantías permite amortiguar las listas mediante el traspaso a la sanidad privada de todas las personas que superen los 60 días de espera, precepto que, al menos por el momento, no ha logrado que la espera global baje de los 80 días.