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‘Demokino’, cine político anti-entretenimiento que se desarrolla según lo que votes

My Name Is Janez Jansa

Laura Albor

Al joven Kolja, mientras está sentado en la taza del váter, le hacen una llamada que le lleva a cuestionarse si está a favor o en contra del aborto; mientras navega por internet, le asaltan pensamientos sobre el copyright; después de que dos mormones llamen a su puerta, le invaden dudas sobre las sectas, la clonación... No es que Kojla sea un intelectualoide de los que se pasan el día en casa cavilando ideas. Simplemente el personaje es la excusa elegida por el proyecto artístico Demokino para invitar a reflexionar a la sociedad sobre ocho aspectos controvertidos.

La obra es fruto del artista italiano anteriormente conocido como Davide Grassi y que en 2007 se cambió el nombre por el del primer ministro de Eslovenia, donde reside, Janez Janša. Lo hizo junto a otros dos artistas del país y el acto poético dio hasta para un documental…

My Name Is Janez Jansa from aksioma on Vimeo.

Pero volvamos de ‘Demokino’ y a sus inicios. Todo surgió en 2004 cuando Janša leyó un artículo sobre el fenómeno de “los pianistas” en el Parlamento Italiano, es decir, políticos que votan no sólo por ellos, sino también por sus compañeros de partido que no han podido, o no han querido, acudir a la sesión.

“Si la votación fuese a mano alzada, los pianistas tendrían que levantar las dos y no sé cómo lo hubiesen hecho algunos para emitir hasta tres votos”, explica Janša en un correo electrónico a HojadeRouter.com. “La noticia me hizo reflexionar sobre toda una serie de cuestiones que son síntomas de la falta de fiabilidad de la democracia representativa”.

Acababa de nacer la semilla para uno de los proyectos que ahora mismo y hasta el 9 de marzo se encuentra en la Feria Internacional Ciudad Creativa de Madrid en el centro cultural Palacio de Cibeles.

“El concepto de democracia, histórica y filosóficamente cargado de significado, parece que hoy está vacío, una caricatura de sí mismo, y lejos de esa idea que persigue un pueblo soberano”, reflexiona Janša y lamenta: “Tendría más sentido acuñar neologismos como ‘econocracia’ o ‘mercadocracia’”.

Cine para cambiar el mundo

Dziga Vertov fue un director soviético que revolucionó el cine documental con su ‘kino-glaz’ (cine-ojo). Él estaba convencido de que se podía hacer un uso político del cine, transformándolo en un medio de ‘decodificación comunista del mundo’. Jugando con las tres ideas de “cine - ojo - política”, DemoKino se presenta como un evento vía streming “anti-entretenimiento”.

De hecho, los distintos capítulos que componen el total de la obra no pretenden entretener al público sino convertirlos en votantes, sujetos activos del parlamento virtual en el que pasa a convertirse la sala de proyección. Así, a través de cine-parábolas temáticas, el público tiene la oportunidad de posicionarse en temas como el aborto, la clonación, el 'copyleft', la eutanasia, los organismos modificados genéticamente, el matrimonio entre homosexuales, la clonación terapéutica y la privatización del agua.

Con su narrativa reducida, la historia se construye con los diálogos internos sobre los “pros y contras” del protagonista que es dirigido por su casa de manera parlamentaria por los “votantes” según las decisiones que tomen la mayoría de estos. Así, al final de cada tema, el público vota a favor o en contra de cada argumento para decidir en qué puerta del apartamento el protagonista debe entrar después, por lo que eligen además el siguiente dilema. Aún así, Janša reconoce que “las decisiones del cyber-electorado influyen en el orden cronológico de los argumentos que se proponen al protagonista y no en sus acciones”.

Aquí puedes ver el primer tema que se exhibe en la sala:

La reflexión

Para escribir todas esos pensamientos que se le pasan al joven Kolja por la cabeza, Janša pidió ayuda al matemático y guionista Antonio Caronia fallecido el pasado año. Éste aseguraba en una entrevista que el trabajo había resultado muy “estimulante e intenso”, aunque no exento de dificultad. “Se trata de dar forma a los pensamientos de un personaje que reflexiona sobre dilemas crudos, angustiosos. Quería hacerlo de manera que éstos surgieran de episodios concretos y no abstractos y sin que se notara cuál era mi opinión en cada uno de los temas. Ha sido un gran desafío”.

Ahora es el turno de que tú afrontes ese desafío: ¿Estás seguro de tus opiniones?

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