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Si los políticos no cumplen sus promesas, internet les saca los colores

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consultando su ordenador (Foto: Wikipedia.org)

Laura Albor

Durante la campaña electoral chilena, la entonces candidata Michelle Bachelet presentó un documento con los 50 compromisos urgentes que asumiría durante sus primeros cien días de gobierno. Al contrario de lo que sucede en otros muchos casos, aquellas medidas no se quedaron en meras palabras que se lleva el viento y, una vez llegó a la presidencia, Bachelet quiso hacer un seguimiento de la formalización de su programa. Para ello creo la web cumplimiento.gob.cl.

En esta página, dividida por bloques temáticos, se muestran las diferentes acciones que se están llevando a cabo para alcanzar el objetivo establecido por la presidenta, pero ¿de qué manera percibe el público estas acciones?

“Todo lo que sea mejorar lo que se refiere al rendimiento de cuentas de la política en general va a influir en su imagen”, apunta el analista y consultor en social media David Álvarez. “No se puede decir con exactitud hasta qué punto estos proyectos repercuten de cara a la ciudadanía, pero evidentemente todo suma ya que un usuario de manera rápida puede ver el nivel de cumplimiento de las promesas de su Gobierno”.

La página creada por el Gobierno chileno es sólo un ejemplo de las muchas que circulan en la Red y que se encargan de examinar el nivel de compromiso de los políticos. Eso sí, la mayoría de ellas creadas por ciudadanos u organizaciones ajenas al gobierno.

Así, hace sólo unos días, un grupo de emprendedores venezolanos lanzaba la web www.solopromesas.com con la idea de registrar todas las medidas anunciadas, cumplidas o no, por medio de la participación espontánea de los lectores. En EEUU se lanzó una web en 2007 con el mismo objetivo y, en Australia, los internautas pueden ejercer ese control a través de PromiseLocker.

Para Álvarez, sería necesario analizar cada uno de los proyectos “de manera diferente, dependiendo de la repercusión que puedan tener en las redes sociales”. Sin embargo, señala que todos cuentan con un nexo común: “Lo que está claro es que este tipo de proyectos deberían hacerlos los mismos partidos o instituciones. Entiendo que la mayoría de ellos los crea la ciudadanía en parte por el déficit de que los propios partidos no los hagan directamente”.

Para ser justos, y antes de caer en alabanzas ante el Gobierno chileno (aunque los expertos admiten que es un país “modélico” dentro de los estándares latinoamericanos en temas de transparencia), hay que tener en cuenta que en el propio país latinoamericano nació en 2012 la web Del Dicho Al Hecho, creada por la Fundación Ciudadano Inteligente, que perseguía la transparencia del Gobierno.

“Desde luego, al gobierno de Bachelet le sale mejor la jugada si es él mismo el que juzga que si son otros los que lo hacen” señala el especialista en comunicación corporativa, política e institucional Luis Arroyo. “Pero lo que han hecho no me parece muy novedoso. Para mí, el uso de internet como herramienta de transparencia es una idea magnífica. Ahora bien, evaluar el grado de cumplimiento de un programa electoral es algo del todo subjetivo porque puedes decir que has creado una comisión sobre equis asunto, pero eso no quiere decir que se esté cumpliendo el programa”.

Por ello, para el especialista, la acción que ha puesto en marcha Bachelet resulta “etérea”, aunque admite que “puede mejorar su imagen”. No obstante, señala que serían más eficaces otras acciones: “Podemos, sin ir más lejos, publica todas sus cuentas en internet”.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Wikipedia.org, Cancillería del Ecuador y DelDichoAlHecho.cl

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