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La cumbre de Ginebra: Putin rompe su estricto aislamiento en pandemia para reunirse con Biden

El presidente Joe Biden conversa con el primer ministro Vladimir Putin.

Andrew Roth

Ginebra (Suiza) —

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Dos semanas de cuarentena en hoteles y sanatorios rusos. Durante más de un año y con el fin de proteger del coronavirus al presidente ruso de 68 años, ese ha sido el protocolo para todo el que quisiera acercarse a Vladimir Putin a una distancia en la que las respiraciones podían cruzarse.

Desde marzo de 2020, para encontrarse con el líder del Kremlin, o simplemente para estar cerca de él, se han encerrado poderosos empresarios, gobernadores regionales, voluntarios de una conferencia económica, pilotos, miembros del personal médico y hasta unos veteranos de la segunda guerra mundial.

El encuentro entre Putin y el presidente Joe Biden en Ginebra es una excepción. Antes de viajar a Suiza, el presidente de Estados Unidos ha participado de la cumbre del G7 en Cornualles y ha volado a Bruselas para reunirse con los líderes de la Unión Europea y de la OTAN.

El primer viaje

Putin no ha viajado públicamente al extranjero desde que a principios de 2020 se desató el brote de coronavirus. A los líderes extranjeros los ha recibido en Moscú o en Sochi, y la mayoría de sus reuniones con gobernadores y ministros han sido por videoconferencia.

Sus críticos lo han atacado por refugiarse en un “búnker” durante la pandemia de coronavirus. Se ha publicado que está protegido por unos túneles sanitarios, de dudosa eficacia, en los que se rocía con una nube de desinfectante a los visitantes.

Según el sitio web de investigación periodística Proek, el Kremlin construyó en la ciudad turística de Sochi, a orillas del Mar Negro, una oficina sin ventanas idéntica a la de Moscú. Supuestamente Putin tuvo allí reuniones por videoconferencia haciendo pensar a todo el mundo que estaba en Moscú.

Se esperaba que todo esto terminaría cuando a Putin le pusieran la vacuna Sputnik en marzo. La vacunación no fue grabada por las cámaras. El Kremlin dijo a los medios de comunicación: “Tendrán que fiarse de nuestra palabra”.

Pero las dos semanas de cuarentena se mantuvieron para muchos visitantes. También para el equipo de televisión estadounidense que estuvo con Putin para entrevistarlo antes de la cumbre. “Agradezco el tiempo extra, señor presidente”, dijo Keir Simmons, corresponsal de la cadena NBC. “El equipo ha estado en cuarentena casi dos semanas, así que esta entrevista es muy importante para nosotros”.

Los periodistas de la televisión estatal rusa han tenido que respetar medidas de cuarentena similares.

Desconexión

Con Estados Unidos y Rusia tratando de regular su tensa y conflictiva relación, lo más probable es que en los debates de este miércoles la respuesta internacional al coronavirus pase a un segundo plano frente a cuestiones urgentes de estabilidad estratégica. Pero estos temas coinciden con un momento de interrupción en el flujo normal de viajeros por turismo o por negocios entre Rusia y Estados Unidos debido a las restricciones a la entrada de visitantes impuestas por Moscú para evitar brotes y a la reducción forzosa de personal en las embajadas estadounidenses que expiden los visados necesarios para entrar al país.

Para hacerlo más difícil, las vacunas administradas en Rusia y en Estados Unidos siguen sin ser reconocidas por las autoridades médicas del otro país, lo que hace pensar en una batalla política para conseguir su aprobación.

Según el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, la lentitud con que avanza la campaña de vacunación en Rusia ha provocado un “crecimiento explosivo de los casos”, por lo que su ayuntamiento ha declarado una semana de vacaciones comerciales.

El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, dijo a los periodistas antes de viajar a la cumbre en Ginebra que él no se había vacunado porque el año pasado tuvo coronavirus y aún mantenía un nivel elevado de anticuerpos.

Según Yuri Ushakov, un asesor de Putin, “se han tomado con extrema seriedad todas las precauciones de seguridad”. “Desde el punto de vista de la salud de los presidentes, tanto los estadounidenses como nosotros hemos adoptado un enfoque muy serio al respecto”, dijo. “Últimamente no ha habido muchos encuentros en persona, por lo que es natural que se preste especial atención a estas cuestiones”.

Traducido por Francisco de Zárate.

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