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Rusia quema grandes cantidades de gas que antes exportaba a Alemania

Imagen tomada desde una torre de vigilancia aérea de Virolahti, al este de Finlandia, que muestra a Rusia quemando grandes cantidades de gas natural, el 26 de julio.

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Rusia está quemando grandes cantidades de gas natural en una planta cerca de la frontera con Finlandia mientras se disparan las facturas en Europa, según ha informado este viernes la BBC citando un análisis de Rystad Energy.

La cadena británica señala que Moscú está quemando alrededor de 10 millones de dólares de gas al día que anteriormente habría sido exportado a Alemania, según los expertos.

El embajador alemán en Reino Unido ha confirmado la información y ha declarado a la BBC que Rusia está quemando el gas porque “no lo pueden vender en ninguna parte”, señalando que los esfuerzos de Europa por reducir la dependencia del gas ruso estaban “teniendo un fuerte efecto en la economía rusa”.

Los expertos citados explican que la quema de gas natural es algo común en diversas plantas por razones técnicas y de seguridad, pero la escala de esta operación es mucho mayor. “Nunca he visto que una planta de gas natural licuado eche tantas llamas”, dijo Jessica McCarty, experta en datos de satélites de la Universidad de Miami, a la BBC.

El análisis de Rystad Energy, una consultora energética con sede en Noruega, indica que cada día se queman unos 4,34 millones de metros cúbicos de gas y este procede de una nueva planta de gas natural licuado en Portovaya, al noroeste de San Petersburgo. Según la BBC, fueron los ciudadanos finlandeses los primeros en avisar de que algo iba mal cuando vieron una gran llama en el horizonte a principios del verano.

Portovaya está situada cerca de una estación de compresión en el inicio del gasoducto Nord Stream 1, que transporta el gas bajo el mar hasta Alemania. Desde mediados de julio, Rusia ha reducido el flujo del combustible a través del gasoducto Nord Stream a Alemania al 20% de su capacidad, hasta 33 millones de metros cúbicos diarios por “motivos técnicos”.

El jefe de investigación del mercado de gas en Rystad Energy, Sindre Knutsson, dijo a la BBC que esto es “un recordatorio visible del dominio de Rusia en los mercados energéticos de Europa”. “No puede haber una señal más clara: Rusia puede hacer bajar los precios de la energía mañana. Se trata de gas que, de otro modo, se habría exportado a través de Nord Stream 1 o de otras alternativas”, añadió.

Rusia eleva sus ingresos

Mientras, los precios de la energía en Europa se han disparado desde la invasión de Rusia sobre Ucrania el 24 de febrero, provocando que Moscú ingrese ahora un 89% más dinero que hace un año por exportar hidrocarburos en la Unión Europea, pese a venderle un 15% menos de combustible.

El presidente ruso, Vladímir Putin, presumió este jueves del aumento de los ingresos por las ventas de petróleo y gas en el presupuesto de Rusia, pese a las sanciones occidentales por la intervención bélica rusa en Ucrania.

“A pesar de los problemas que nuestros detractores y envidiosos intentan crearnos, aún así, el presupuesto avanza a un ritmo adecuado, crecen los ingresos del petróleo y el gas, y lo más satisfactorio es que también los no petrolíferos y gasísticos suben últimamente, que yo sepa, en un 24%”, dijo Putin en una reunión con el jefe del Servicio Federal de Impuestos, Daniíl Yegórov.

Todo ello cuando aún no ha entrado en vigor el embargo parcial al petróleo ruso -con ciertas excepciones- en la Unión Europea, que afectará a un 90% del crudo que llega desde Rusia y que será efectivo a partir de enero de 2023.

En opinión de Putin, todo ello significa una “estabilización de los indicadores económicos” de Rusia. Yegórov explicó que el presupuesto consolidado de Rusia ha crecido un 32% en la primera mitad del año, algo en lo que “sin duda juegan un papel importante los ingresos por gas y petróleo, y las condiciones del mercado” con precios elevados de los hidrocarburos.

“No es una buena noticia”

La situación es así pese a que Putin ha cortado el gas total o parcialmente a doce Estados comunitarios. Según datos de Eurostat, el bloque comunitario gasta actualmente unos 13.916 millones de euros al mes en comprar carbón, petróleo y gas a Moscú, frente a los 7.330 millones de media mensual que pagaba hace un año, cuando los precios empezaban ya a dispararse por el aumento de la demanda con la recuperación económica tras la pandemia.

En España, el precio de la electricidad encadenó este martes su segundo día consecutivo en máximos desde el mes de marzo pese a la denominada excepción ibérica, que ha permitido a España y Portugal contener las subidas de su mercado mayorista eléctrico este verano.

El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, reconoció este miércoles en una entrevista a EFE que “no es una buena noticia” que Rusia esté ingresando más dinero por el incremento del precio del gas, pero señaló que “las divisas que saca” por la venta de este combustible “le sirven de poco”.

“Toda la tecnología que necesita para reponer sus pérdidas materiales, para hacer volar sus aviones, por mucho dinero que tenga, no la puede comprar porque no la queremos vender”, dijo el político español en Santander. 

Impacto medioambiental

Los expertos también se muestran preocupados por el impacto medioambiental que puede tener esta quema de gas. Los analistas de Rystad lo calificaron de “desastre medioambiental” y calcularon que la cantidad de gas que se quemaba en la atmósfera equivalía a un 0,5% de las necesidades diarias de la UE.

“La quema de gas es un desastre medioambiental, ya que se emiten unas 9.000 toneladas de CO2 al día”, dijo Rystad, según recoge Reuters.

El profesor Matthew Johnson, de la Universidad de Carleton (Canadá), dijo a la BBC que lo más preocupante era el transporte hacia el norte de las partículas de hollín que se producen por la combustión incompleta del gas natural, conocidas como carbono negro, ya que se depositan en la nieve y el hielo y “acelera considerablemente el deshielo”.

“Algunas estimaciones muy prestigiosas ya sitúan la quema como la fuente dominante de deposición de carbono negro en el Ártico y cualquier aumento de la quema de gas en esta región es especialmente inoportuno”, dijo Johnson.

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