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The Guardian en español

El desafío de India: vacunar contra el coronavirus en un país extenso y con 1.300 millones de habitantes

Un médico extrae una muestra de sangre a uno de los voluntarios antes de administrarles la primera vacuna Covid-19 de India, desarrollada localmente por Bharat Biotech en colaboración con el Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR), durante el ensayo de fase 3 en el Colegio Médico Popular de Bhopal (India), el 7 de diciembre de 2020.

Amrit Dhillon

Delhi —

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India aspira a ser famosa por la asombrosa escala de sus elecciones generales, con 900 millones de electores, un millón de colegios electorales, 8.000 candidatos entre los que elegir en un territorio que supera los 3.000 kilómetros de distancia entre el norte y el sur; al igual que entre el este y el oeste del país.

Pero ahora, el país tiene que ir más allá. India tiene que vacunar a 1.300 millones de personas contra la COVID-19, dos veces y el doble de rápido. Con más de nueve millones de casos confirmados de coronavirus y una economía devastada, ¿cómo enfrentará este reto?

El primer ministro Narendra Modi se muestra confiado. “Tenemos una red de vacunación amplia y con experiencia y el país sabrá aprovechar sus puntos fuertes”, ha declarado recientemente.

India ya tiene la particularidad de contar con el sistema de vacunación más extenso del planeta: el programa de inmunización universal. Cada año, administra vacunas para la difteria, la poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades infantiles a unos 26 millones de niños y niñas. También inmuniza a cerca de 30 millones de mujeres embarazadas.

El reto del almacenamiento y transporte

El país tiene 27.000 puntos de mantenimiento de la cadena de frío (ultracongeladores y frigoríficos con hielo) para mantener las vacunas a la temperatura adecuada, así como 700 camiones refrigerados, cerca de 50.000 técnicos de cadena de frío y alrededor de 2,5 millones empleados del sector sanitario que administran las dosis.

Pero en muchos lugares, el sistema de cadena de frío no está en buenas condiciones. Los medidores de temperatura de las neveras no funcionan, no se almacenan las vacunas correctamente o no se les da seguimiento como debería y los cortes de electricidad pueden durar horas, lo que deja las vacunas inutilizables.

El calendario de distribución de las vacunas ya existentes y las de la COVID-19 difiere de manera importante. Las vacunas para menores y mujeres embarazadas se escalonan a lo largo de todo el año. Sin embargo, se espera que la vacunación contra el coronavirus comience pronto y el Gobierno quiere que se vacune a 300 millones de personas (600 millones de dosis) antes de que acabe agosto. Entre ellas figurarán los sanitarios, los auxiliares, trabajadores de saneamiento, la policía y las personas vulnerables.

El del transporte por un país extenso, donde el verano comienza en marzo, será otro de los grandes desafíos. Ante el calor veraniego, es poco probable que el gobierno opte por la vacuna Pfizer/BioNTech porque necesita almacenamiento a 70 grados bajo cero, algo casi imposible de muy difícil de conseguir.

Incluso los requisitos de refrigeración normales de entre 2 y 8 grados bajo cero de las vacunas de Moderna y Oxford-AstraZeneca exigirán que India organice una ampliación inmensa de su capacidad actual de cadena de frío para que cuando la vacuna esté disponible, los camiones refrigerados puedan comenzar los largos viajes para distribuir las dosis a todos los rincones del país.

La vacuna será transportada en trenes y camiones desde las fábricas a centros de almacenamiento de temperatura controlada en cada capital estatal, equipados con refrigeradores y congeladores.

Desde esos almacenes, las vacunas será trasladada en camiones, trenes y en algunos casos aviones, hasta las sedes de los distritos, hospitales, centros de salud, clínicas y farmacias donde, una vez más, deberán almacenarse en congeladores hasta su administración.

Pocos detalles y temor a la interrupción de otras vacunas

Aunque el gobierno de Modi quiere actuar rápido, y los ministros hablan con tranquilidad de gestionar la pesadilla logística, el Ejecutivo ha dado pocos detalles más allá de vagas afirmaciones. No está claro cuándo estarán todos los camiones frigoríficos, centros de almacenamiento, congeladores, neveras, jeringas, hisopos de alcohol y ampollas de vidrio que se necesitan. O cómo se plantea formar al ejército de sanitarios que administrarán las vacunas.

“¿Alguien ha hecho una evaluación de lo que necesitamos?”, dice el doctor Satyajit Rath, investigador del Instituto Nacional de Inmunología. “No estamos consiguiendo ninguna cifra específica. Nos dicen que se utilizará el sistema de inmunización existente, pero eso es una gota en el océano. La magnitud de la tarea va más allá de la capacidad con la que contamos, así que, ¿cuál es el plan?”.

Los gobiernos de los estados han creado grupos de trabajo específicos. Algunos estados como Bihar, Karnataka o Maharashtra han comunicado a Delhi cuántos refrigeradores con hielo, congeladores y frigoríficos necesitan. También confeccionan listas de los trabajadores prioritarios a la hora de ser vacunados.

Algunos expertos temen que la vacunación de menores y mujeres embarazadas se quede por el camino, ya que la distribución de la vacuna contra el coronavirus se hace a cargo del programa de inmunización. No creen que el sistema sea capaz de hacer frente a ambas demandas.

La inmunización infantil ya se ha visto interrumpida por la pandemia. Las cifras del Ministerio de Sanidad muestran que entre enero y agosto fueron vacunados 12 millones de niños, casi seis millones menos de lo esperado.

T. Sundararaman, coordinador del Movimiento para la Salud de los Pueblos, ubicado en Delhi, advierte de que la capacidad de la cadena de frío es insuficiente incluso para los programas de vacunación existentes. “El gobierno tiene que aumentar la infraestructura como cinco o diez veces en relación con lo que ya tenemos. Veo principalmente un problema de infraestructura. ¿Cómo va a conseguir las cámaras frigoríficas, los refrigeradores con hielo, las furgonetas de vacunas y las neveras portátiles? Incluso si logran apoyo del sector privado… las cadenas de frío se limitan a los núcleos urbanos. Apenas existen en las zonas rurales o remotas”.

Muchas empresas privadas que se dedican a la cadena de frío en India han dicho que pueden llenar el vacío y aumentar su capacidad para hacer frente a la pandemia. Empleados de la empresa luxemburguesa B Medical Systems viajaron a Delhi el pasado fin de semana para hablar sobre el suministro de cajas refrigeradas especiales para el transporte de vacunas y congeladores.

El suministro de jeringas también parece estar en marcha. Hindustan Syringes, el mayor fabricante del país, ha dicho que aumentará su producción de 700 millones a 1.000 millones de jeringas al año para satisfacer la demanda prevista tanto en el país como en el extranjero.

Pero también está la cuestión de quién administrará la vacuna. Se necesitarán millones de personas. La Organización de Químicos y Farmacéuticos de India ha dicho al gobierno que puede formar a la mitad de sus 800.000 miembros para ayudar a administrar las dosis.

“La formación para inyectar, desechar la jeringa y detectar efectos secundarios tiene que estar organizado, supervisado y controlado. No sabemos cómo se hará esto. Aunque los químicos estén formados, no será suficiente”, dice Rath. “Necesitamos más personal sanitario. Y mientras los que tenemos se despliegan día y noche para inyectar, ¿qué pasa con la atención habitual a los pacientes?”.

Rath teme que el despliegue se convierta en un caos si hay escasez y no se atienden las largas colas que se formarán fuera de las clínicas. Considera que el nepotismo hará su aparición entonces y “la gente influyente y con contactos podría tratar de abrirse paso en la fila”.

Traducido por Alberto Arce

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