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The Guardian en español

Asesinado de un tiro un candidato mexicano cuando se hacía un selfie con un votante

Momento en que el asesino disparó en la cabeza a Fernando Purón.

David Agren

Ciudad de México —

Fernando Purón acababa de concluir un debate electoral con sus rivales en la ciudad fronteriza mexicana de Piedras Negras el pasado viernes cuando una persona le pidió hacerse un selfie con él.

Mientras posaba para la foto fuera del auditorio, un pistolero con barba se situó detrás de la pareja y disparó a Purón en la cabeza.

El asesinato a sangre fría –captado por una cámara de vigilancia– demuestra los increíbles niveles de violencia en México y el riesgo que asumen los que se presentan a las elecciones.

Purón es el 112º candidato asesinado en México desde septiembre de 2017, según la consultora de seguridad Etellekt. Era candidato por el PRI a diputado federal por el Estado de Coahuila.

Los motivos del asesinato no están claros, aunque Purón había recibido amenazas de muerte durante su mandato como alcalde de Piedras Negras, donde tenía diez guardaespaldas. Se decía que había molestado al prinicipal grupo criminal de la ciudad, los Zetas.

Durante el debate anterior a su muerte, Purón habían prometido que se enfrentaría al crimen organizado, según el periódico Vanguardia: “Hay que enfrentarse directamente a la delincuencia. Sin miedo. Desgraciadamente, no todos hacen su trabajo. Algunos están incluso aliados a los criminales”.

El hecho de que la violencia haya acabado con tantos candidatos y políticos en México suscita claras dudas sobre México, donde los altos cargos con buenos sueldos pueden protegerse de delitos como el secuestro, pero muestran una evidente falta de interés por limpiar las fuerzas policiales corruptas e incompetentes.

“Los políticos sólo pueden protegerse hasta cierto punto”, dice Esteban Illades, editor de la revista Nexos. “La violencia está tan extendida y es tan brutal que no importa cuántos guardaespaldas te protejan”.

A principios de este mes, tres candidatas fueron asesinadas en sólo 24 horas. Pamela Terán, candidata del PRI en el Estado de Oaxaca, fue asesinada junto a un fotógrafo y su chófer al salir de un restaurante el 2 de junio. Según medios mexicanos, el padre de Terán estaba relacionado con el crimen organizado.

Ese mismo día, Iraís Maldonado, candidata del Partido Verde en Puebla, y la concejala Erika Cazares, fueron encontradas muertas en su coche después de un mitin. Las autoridades descartaron el robo como motivo del crimen.

Los analistas ofrecen varias teorías que explican el creciente número de ataques contra políticos, como el interés del crimen organizado en infiltrarse en las instituciones locales y la mayor cantidad de dinero en efectivo con el que cuentan los gobiernos locales.

Federico Estévez, profesor de Ciencia Política de Instituto Tecnológico Autónomo de México, dice que estos ataques reflejan la incapacidad del país de garantizar la ley y la seguridad. Los asesinatos “crean una enorme inseguridad que repercute en la opinión pública, y que sirve para reprochar a los políticos por su incapacidad para hacer algo al respecto”.

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