Beneite sostiene que el policía le confesó que había destruido los documentos
El entonces comisario jefe, Fernando Fernández Beneite, ha mantenido hoy, en la Audiencia Provincial y ante el jurado popular, que el propio policía acusado le confesó que destruyó los documentos como favor a un amigo.
Hoy se celebra la tercera jornada del juicio por el que el fiscal pide a tres policías locales dos años de cárcel, a uno, y año y medio a los otros dos por, presuntamente, eliminar parte del atestado tras un accidente de tráfico con positivo en alcoholemia.
Contradiciendo a lo manifestado por otro agente presente en la conversación con el principal acusado, J.M.C, Beneite ha asegurado que éste le relató cómo, por hacer un favor a un amigo con una situación económica delicada, había intentado manipular la prueba de alcoholemia y, al no ser posible, la había destruido.
Así, el comisario jefe ha relatado cómo, en un inicio, él pensó que estaba ante la desaparición de unos documentos. Sin embargo, una noche, le llamó el acusado a su teléfono particular, cuando estaba en su casa, y confesó.
En ese momento, Beneite le replicó que no quería hablar de algo tan grave por teléfono y, al día siguiente, lo citó en su despacho y tomó a otro agente como testigo. Ahí, según Beneite, lo confesó todo y dio sentido, para el comisario jefe, a las imágenes en las que se le ve destruyendo las pruebas.
Beneite, además, ha rechazado tanto que J.C.M dijera que lo hizo sin querer como que el error surgiera al ir a destruir unas tiras de alcoholemia de unos jóvenes que pidieron, voluntariamente, una alcoholemia para saber si podían coger el coche para volver a Pamplona, porque se ve que estaban grapadas a una denuncia.
“La realidad se intentó alterar, es incuestionable”, ha dicho al tiempo que cree que se pagó la multa porque los hechos salieron a la luz, y para intentar taparlos.
“Si no llega a salir a la luz, con independencia de que una persona no hubiera pagado multa ni perdido puntos, hubiera afectado a las compañías de seguro”, ha añadido, dado que un conductor dio positivo y otro no.
En este sentido, el padre de la otra conductora, también policía, ha contado su preocupación por encontrar las pruebas de alcoholemia porque podrían contar a favor de su hija frente al seguro, dado que ella dio negativo.
Beneite, por otro lado, también ha defendido que “los armarios están abiertos” en la comisaría “y en la historia de la policía local nunca ha desaparecido nada”.
No obstante, más adelante, a preguntas de una defensa, ha reconocido que en la policía pasan cosas “raras” que han salido en prensa con su foto, y que no le “extraña” que puedan desaparecer cosas.
Beneite ha negado “animadversión” hacia ningún policía. “La misión que yo tenía era que se cumpliese la legalidad”, ha afirmado y, por eso, trasladó el caso es a la Fiscalía.
Preguntado por el hecho de que el jefe de servicio, presente en la conversación entre el acusado y Beneite, haya negado que J.M.C hubiera confesado haber sido el autor por un favor ha indicado que le llamó porque necesitaba un testigo, pero, ha añdido: “me da igual lo que diga la otra persona”.
El abogado del acusado ha levantado la duda sobre el procedimiento desarrollado por Beneite, llegando a preguntar si se lo saltó a la torera, dado que Recursos Humanos, por ejemplo, no estaba al tanto de la investigación y el interrogatorio del acusado no se hizo delante del responsable de Atestados. También ha dudado de por qué se desarrolló la investigación si el conductor que dio positivo pagó la multa.
Más adelante, uno de los agentes presentes en Comisaría cuando J.M.C entró de servicio, y aún estaban presentes los otros dos acusados (tras realizar el atestado después parcialmente destruido, presuntamente, por J.M.C), oficial de Atestados, ha relatado cómo J.M.C “introdujo la posibilidad” de haber destruido las pruebas de forma accidental. “Y yo le creo”, ha añadido.
Su experiencia también ha servido para que la Defensa pudiera contrarrestar la declaración de Beneite extrayendo que en una prueba voluntaria también se pueden sacar tiras de papel (como argumenta J.M.C que hizo ese día y, al ir a destruirlas, destruyó por error las pruebas de este caso).
Por otro lado, el agente redactor del informe aclaratorio interno ha relatado cómo Beneite le hizo “ceñirse” a los hechos que había dado ya por “probados”. Ha aclarado que no es una “investigación” sino tenerlo “por escrito para que le coste al jefe”.
Preguntado acerca de si sintió presión, ha afirmado: “yo tengo que ir a lo que me encomienda”. Las conclusiones, ha dicho, son “a tenor de lo que el jefe dice que le han declarado” y siguen su “línea argumental”.
Sí tuvo plena libertad, ha relatado, al concluir que el tipo delictivo que le estaba “encomendando” el comisario jefe “parece que no se ve con contundencia”. Algo ante lo que Beneite dijo: “Esto no me lo trago”. “Mi opinión es que lo derives a la asesoría jurídica del Ayuntamiento”, le contestó.
En la sesión de hoy, además, ha salido a la luz que el informe policial señaló como “evidente que faltó a la verdad” la mujer del conductor que dio positivo, dado que es un “hecho objetivo” que el teléfono desde el que se llamó al policía que, presuntamente, destruyó pruebas del atestado estaba a su nombre y tuvo que ser usado por ella o por alguien de su entorno. No se ha dilucidado la duración de la llamada.
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