UTOPIAS (21). El idiota, Gaza y la confianza
La confianza es fundamental en las relaciones humanas. Me atrevería a decir que si no hay confianza, no hay relación posible. Cuando la confianza se rompe, la relación desaparece. Si sospecho de un/a amigo/a, si pienso que no es sincera/o conmigo, se establece un alejamiento que acaba con la amistad. Si mi pareja no me es leal, si no está conmigo cuando la necesito, y a la inversa. Si se crea un distanciamiento oceánico entre dos personas... adiós a los afectos, querencias e intereses entre esas personas, sean del mismo sexo o del opuesto, haya o no haya relación sexual, sea un vínculo familiar o del tipo que sea. La confianza es siempre, la piedra angular.
Es mi opinión. Habrá quienes la compartan y quienes no. Como todo en esta vida.
Esta reflexión viene a cuento de que en los últimos días hemos sabido que al Fiscal General del Estado le falta “medio telediario” para sentarse en el banquillo. Vale. Una parte de los ciudadanos de este País lo sabemos. Estamos informados.
Mi duda empieza con esta pregunta: ¿cómo es posible que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le defienda a “capa y espada”, confíe en su inocencia y abogue porque Álvaro García Ortiz permanezca en el cargo, después de los desengaños que ha tenido?
Todavía está muy fresco el “olor a podrido” de los dos últimos secretarios de organización del PSOE. El último en prisión preventiva, el anterior inculpado por no unos cuantos “presuntos” delitos y además sospechoso de ser un “asqueroso machista empedernido”, con todos los “presuntos” que haya que poner, hasta que no se demuestre lo contrario, que yo ni soy jueza, ni he aspirado a ello, ni he falseado mi curriculum.
Pienso en mí y llego a la conclusión de que si en tan corto período de tiempo, dos personas de mi entera confianza me engañan, o lo que es lo mismo pierden mi confianza, (de Koldo ahora no quiero escribir), automáticamente la parte de mi cerebro encargada de estos asuntos me diría: “Ezquerro, no hay dos sin tres. No pongas la mano en el fuego por nadie y no confíes tanto”.
En cambio, el cerebro de Pedro Sánchez funciona de otra manera. Le han fallado ,“presuntamente”, dos y ahí está, “tan pancho” dispuesto a que le fallen tres, porque a Álvaro García Ortiz, los jueces le pueden sentenciar culpable. ¿Y entonces?… ¿en qué situación se encontrarían instituciones como la Presidencia del Gobierno y la Fiscalía General del Estado?
Es una duda, la que acabo de expresar, que a mí me parece razonable, en cambio, mi razón no entiende como el cerebro del Presidente del Gobierno y el mío pueden funcionar de formas tan diferentes.
Neurocientíficos de España, por favor, explicádmelo.!!!
Esta Utopía número veintiuno, la he empezado divagando sobre el término “confianza” y he llegado hasta aquí sin que yo sepa muy bien cómo. Pero si yo no creo que Pedro Sánchez sea ingenuo y tampoco creo que se arriesgue a caer tres veces “en la misma piedra”, ¿cómo se explica que haga lo que hace, sin que nadie en su entorno le explique qué es la confianza y qué pasa cuándo esta se pierde?.
En estas dos semanas, entre Utopía y Utopía, hemos conocido también unos cuantos casos de “curriculums vitae” falseados. Estos personajes son “palmeros/as” que han crecido “haciendo la pelota”, al líder de su partido. Al falsear los títulos universitarios no solo ofenden a los que se han esforzado por obtener ese reconocimiento académico, sino que se ríen de las miles de familias que en este País, se han sacrificado para que sus hijos estudiasen en la Universidad. Y con esa falsedad, mentira o engaño, lo que consiguen es que los españoles perdamos la confianza, no solo en los que mienten, sino en sus jefes que se dejan engañar y en las instituciones que no piden las acreditaciones que a los demás nos exigen para acceder a cualquier trabajo.
También en estos días he decidido llamar “idiota” al que se pasa el día subiendo y bajando el porcentaje de los aranceles. Hasta ahora para referirme a él, lo hacía como el “innombrable”. “Idiota”, le define mejor porque los griegos utilizaban esta palabra para referirse a “quienes no se ocupaban de los asuntos públicos, sino solo de sus intereses privados”, y este “idiota” tiene que mantener sus campos de golf en Escocia, (que se prepare Ursula von der Leyen, que otro día iré a por ella), sus hoteles de lujo, empresas de construcción, casinos y otras más dedicadas a las redes sociales y la tecnología.
Esa es una de las principales razones, por las que quiere convertir la franja de Gaza en una zona para el turismo de lujo. Bueno, pues cuando Europa despierte de esta larga siesta, Gaza, lo que quede de ella, será un País libre, mientras eso ocurre, habrá que firmar, protestar, quejarse, manifestarse… Todo sea por una Gaza libre, por un Estado Palestino soberano.
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