Ana Olea, la física que le ha dado un sello madrileño al Perseverance
El equipo dirigido por Ana Olea ha estado dos años trabajando en la antena de alta ganancia que está instalada en el Perseverance, la nave de la NASA que se posó el pasado 18 de febrero en Marte para buscar pruebas de antigua vida microbiana. Este grupo de profesionales desarrolló su labor en la sede que la empresa Airbus tiene al lado del aeropuerto de Barajas (Madrid). Entregaron el proyecto en marzo de 2019 a la agencia estadounidense y desde entonces han estado atentos a la evolución de las pruebas que se realizaban para comprobar si se integraba bien en el robot.
“La experiencia ha sido buenísima porque te hacen sentir muy parte del equipo de la misión en la que estás involucrado. Aunque son muy exhaustivos a la hora de buscar los requisitos y de cumplir las especificaciones. Luego, el sentimiento de equipo es muy grande y te hace sentir muy parte de un todo”, explica Olea sobre su colaboración laboral con el Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL). No es la primera vez que trabaja para ellos, también formó parte del equipo que se volcó en la elaboración de la antena del Curiosity, otra nave elaborada por la agencia estadounidense y que llegó a Marte en 2012.
A pesar de que desde que entregaron la antena para el Perseverance ha estado trabajando en otros proyectos, el amartizaje satisfactorio del robot hace unas semanas fue muy seguido en casa de Olea. “Lo viví en directo, con mis hijas y mi pareja. Lo estuvimos viendo en el ordenador”, cuenta, y añade que para sus hijas la experiencia ha sido “muy emocionante”, no solo por el carácter histórico de la retransmisión, también por la implicación de su madre en la elaboración de la nave. Olea vivió el evento con “con nervios”. La tensión comenzó a rebajar a la mañana siguiente, cuando ya tenía una confirmación “de que se había desplegado bien la antena y que las primeras pruebas habían salido bien”.
El apéndice del Perseverance en el que ha estado trabajando el equipo de Olea se denomina antena de alta ganancia (HGAS por sus siglas en inglés, High-Gain Antenna System) y permite que la nave “transmita y reciba datos directamente a la Tierra, sin pasar por un orbitador”, explica esta mujer natural de Cantabria, afincada en Madrid desde hace 20 años y con una formación de Física electrónica. “Además permite que gran parte de los datos científicos que recoge el rover [la nave] sean transmitidos de manera muy rápida por esta antena. Y luego, gracias a que es apuntable, no gasta casi combustible porque se orienta para enviar y recibir la información de manera óptima”, añade.
Este viernes el Ministerio de Ciencia e Innovación ha informado de que la antena estaba funcionando “a pleno rendimiento en Marte”. “Su operación permitió establecer, el mismo día del aterrizaje, la comunicación inicial con las estaciones en la Tierra y el envío de los primeros datos”, han añadido en una nota de prensa. Este proyecto ha sido financiado por este departamento y elaborado por Airbus Defence and Space junto a Sener-Aeroespacial, explican desde la cartera dirigida por el astronauta Pedro Duque.
Con la experiencia adquirida en el Curiosity, el equipo de Olea tenía claro al enfrentarse a este proyecto que debían tener en cuenta las particularidades de Marte, para ello tuvieron que “validar el sistema” de la antena del Perseverance “a temperaturas que varían de -135ºC a + 90ºC con exhaustivos ensayos de fatiga térmica”, apunta Airbus en una nota de prensa. Con el proyecto ya validado, pasa por unos test para comprobar que “sigue cumpliendo con las prestaciones” — explica Olea— que la empresa pedía. En ese momento “se representa lo que va a vivir la antena”, “tanto durante su vida útil como en el momento del lanzamiento, porque está expuesta a una vibración muy fuerte”, añade la física electrónica.
Si las pruebas marchan bien, el proyecto se entrega al cliente. A partir de ahí, continúan conociendo la evolución conforme se desarrollan los avances de la Nasa y la antena se integra en el robot. “Nosotros siempre estamos de soporte, por si surge algo en lo que podamos ser útiles como conocedores de la antena de alta ganancia, pero no participamos activamente en su desarrollo ni en sus ensayos”, explica Olea.
Haciendo balance de la experiencia, la entrevistada considera que “es muy gratificante” trabajar para una misión en Marte. “Te sientes muy orgulloso”, incide. Y considera que gran parte del éxito de su proyecto se debe a los profesionales que le han acompañado durante los dos años en los que han estado desarrollando este proyecto. “El gran éxito de esto es el equipo que teníamos, gente excepcional y maravillosa”, incide.
El equipo español de Airbus que ha elaborado uno de los apéndices de la nave de la Nasa era paritario. Olea considera que “cada vez es menos noticia que una mujer esté trabajando en este tipo de disciplina”. “Es una muestra de que vamos evolucionando en el buen camino y cada vez es menos llamativo si es una mujer o un hombre el que participa en un programa”, reseña.
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