Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La cuarentena de los libros: 14 días entre préstamo y préstamo y salas de lectura cerradas en las bibliotecas de Madrid

Exterior de la biblioteca Pedro Salinas, en la Puerta de Toledo

Cristina Armunia Berges

2

Casi tres meses después, las bibliotecas de Madrid vuelven a estar abiertas. La semana pasada se pusieron en marcha las que dependen de la Comunidad y, desde este lunes, funcionan las municipales. En un primer vistazo todo parece en su sitio –los libros, las estanterías, los bibliotecarios–, pero la pandemia también ha dejado su rastro en estas instalaciones con normas nuevas: los libros tienen que pasar una cuarentena de 14 días una vez que se han devuelto, siempre hay que llevar mascarilla y no se puede acceder sin una cita previa.

A la entrada, todo son dudas.

- ¿Esto es con cita previa? –pregunta una mujer de unos sesenta años a un joven cargado de libros con fechas de devolución caducadas.

- Sí, es con cita previa.

- Pues yo quería darme de alta, así que nada.

Por ahora, solo se puede entrar en las bibliotecas con cita previa para devolver o coger libros. No es posible acceder físicamente a las colecciones o a la sala de lectura, y tampoco se pueden utilizar los baños. Si quieres hacerte usuario, lo tienes que hacer de manera online.

En la puerta, los vigilantes de seguridad sostienen folios con cuadrículas y repasan cada nombre para comprobar que aparece en el listado del día. Si es así, exigen al que entra que se limpie los zapatos y las manos y siga las indicaciones de un circuito que lleva directamente a los mostradores de préstamos, custodiados ahora por mamparas. El resto de zonas son terreno prohibido.

“Tenemos un circuito. Cada día sacamos un listado de horarios y peticiones que se tienen en la puerta. El usuario pasa por la alfombra, se limpia los pies y desinfecta las manos. La idea es que el usuario no llegue a tocar nada, más que el libro que se lleva. No puede tocar ni un boli”, explica María Jesús Pérez Agudo, directora de la biblioteca Pedro Salinas, ubicada en la Puerta de Toledo. “Llevar mascarilla es completamente obligatorio”, apunta.

La cita previa puede solicitarse por teléfono o a través de las páginas web de las bibliotecas. Muchos vecinos, comentan en la puerta, tienen libros prestados en casa desde hace más de tres meses y no tienen claro si para hacer devoluciones también es necesario tener cita. Es el caso de Manuel: “Me he acercado a la biblioteca al ver que estaba abierta porque tengo tres libros para devolver desde marzo, desde la semana del 10. Justo de antes de que empezara todo esto”.

Lucía, por su parte, se ha acercado a la biblioteca para sacar unos libros porque está terminando una investigación. Como no sabía que debía tener una cita, intenta hacerlo a través del móvil sobre la marcha. Por teléfono no le contestan y la web parece algo colapsada. “Acabo de entrar en el link que pone aquí [en los carteles de la puerta] y ahora investigaré un poco qué tengo que hacer para sacar los libros. No sé si será ahora inmediatamente o en unos días”.

Aunque lo ideal es acudir con cita previa, también es posible hacer las devoluciones en la misma puerta, sin tener que poner un pie en la biblioteca. “Hay gente del barrio que viene cargada de libros y no les vamos a hacer volver. En este barrio hay personas muy mayores que no saben hacer la gestión por Internet”, admite la directora. “También se apunta si la persona ha acudido o no a la cita. En todo momento sabemos quién es el usuario con el que estamos tratando”, aclara.

Los libros que se recogen cada día quedan depositados en cajas que se cierran y que no se abrirán hasta 14 días después. Pasada la cuarentena, volverán a ser colocados en los estantes. Además, hay un servicio de limpieza constante para el circuito de entrada y salida, baños y puestos de trabajo, que se desinfectan incluso en el descanso para la comida.

El siguiente paso, abrir las salas de estudio

La delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, señaló este martes que están “preparados ahora para cumplir las mismas medidas de protección y restricciones de aforo para las salas de estudio” y ha solicitado al Ministerio de Cultura que se permita su apertura cuanto antes para los estudiantes que lo necesiten. El estudio en salas no está previsto hasta la Fase 3, según la orden ministerial.

“El acceso a la sala de lectura también va a ser con cita previa. Hay gente que ya pensaba que se podía entrar a estudiar, y no es así. Estamos preparando las salas de lectura para un aforo del 30%”, comenta Pérez Agudo, sin embargo, todavía se desconoce cuándo sucederá.

En la biblioteca Iván de Vargas también se trabaja para tener la sala de estudios lista. “Durante todo el confinamiento nos han preguntado constantemente cuándo íbamos a abrir la sala. Lo que pasa es que limitando el aforo a 30%, no va a ser una gestión fácil”, reconoce su director Pablo Quintanilla.

Esta biblioteca, ubicada en una paralela de la calle de Segovia, ha preparado un plan b para que los usuarios no se vuelvan a casa sin libro en el caso, muy probable, de que el título que quieren siga estando prestado o, a partir de ahora, en cajas. “Como muchas veces el libro que van a querer no estará, hemos puesto en el mostrador las últimas novedades que teníamos para que también el usuario pueda llevarse cualquier libro. Incluso en el momento se le puede atender y buscarle otro libro si el que había pedido no está”, añade Quintanilla.

Este lunes, durante sus primeras horas de apertura, esta biblioteca del centro recibió a más de 50 personas y su sistema le permite llegar a atender a 100 lectores por la mañana y a otros 100 por la tarde. Aunque el funcionamiento informático pueda parecer un engorro, los bibliotecarios esperan que los madrileños sigan leyendo y solicitando muchos libros después del confinamiento.

Etiquetas
stats