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Peleas y desconfianza mutua en la Comunidad de Madrid: los “dos gobiernos en uno” de Díaz Ayuso

Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado.

Fátima Caballero

“Somos un único equipo”, pronunció la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la toma de posesión de sus consejeros el pasado 20 de agosto. “Somos dos gobiernos en uno”, ha asegurado Ayuso este lunes en una entrevista en la Cadena Ser para definir al Ejecutivo que ella preside con Ciudadanos. Entre una y otra afirmación han pasado apenas cuarenta días. El primer gobierno de coalición en la región entre PP y Ciudadanos comenzó ya con mal pie y las tensiones y la desconfianza entre los socios de gobierno lejos de suavizarse se agravan cada día.

Que se trata de un equipo poco cohesionado es algo que ya reconocen dirigentes del Ejecutivo autonómico en privado desde hace semanas. Pero además sus propias declaraciones públicas evidencian las desconfianza mutua en el gabinete de Díaz Ayuso y la pugna de dos partidos que rivalizan por liderar la derecha en España. Madrid es un episodio más de esa batalla.

Las cosas ya no empezaron bien en la coalición. El PP negoció a dos bandas -con Ciudadanos y Vox- mientras la formación de Rivera trataba de evitar la foto con la extrema derecha. Y una vez en el poder, en medio del escándalo de las ayudas de Avalmadrid a la familia de Díaz Ayuso, Ciudadanos decidió apoyar la comisión de investigación a la empresa semipública solicitada por los grupos de la oposición. El plan era hacer desfilar por la asamblea regional a testigos que se extendiesen sobre el uso que familiares, dirigentes y empresarios cercanos al PP de Madrid hicieron de una entidad financiera semipública que tenía en el centro del foco a la propia Díaz Ayuso.

La decisión de Ciudadanos provocó la primera grieta en el gobierno regional. Y las heridas todavía no han cicatrizado. La comisión, que molesta al PP porque desgasta la imagen de su nueva líder en Madrid, provocó que la propia presidenta recriminara personalmente a su socio de gobierno lo que considera un juego a dos bandas: no se puede ser gobierno y oposición al mismo tiempo, le dijo Ayuso a Ciudadanos.

Que la decisión de Ciudadanos ha caído mal en la presidencia lo evidenció el principal asesor de la campaña de Ayuso y gran poder en la sombra del nuevo Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez –exsecretario de Comunicación de José María Aznar–, que pidió investigar también un contrato público de 102.000 euros que según él se llevó el padre del vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio Aguado, “por la cara” de la Asamblea Regional.

La desconfianza desde entonces no ha hecho más que agravarse y podría ir a peor. El nombre de Díaz Ayuso volvió a aflorar en la Audiencia Nacional que investiga el caso Púnica. El exconsejero de la Comunidad de Madrid Borja Sarasola confirmó este martes en su declaración como imputado que fue la actual presidenta de la Comunidad de Madrid quien le presentó al conseguidor de la Púnica Alejandro de Pedro en 2012.

En Ciudadanos reconocen que estas noticias le alejan de su socio de gobierno y agravan la inestabilidad. La comunicación entre ambos socios de gobierno es ya prácticamente nula como admiten a eldiario.es fuentes de ambas formaciones: “Ciudadanos se presenta a los consejos de gobierno con propuestas que afectan también a nuestras consejerías sin habernos informado previamente”, aseguran fuentes del PP. Cuando uno de los dos partidos anuncia a la prensa una medida nueva del Gobierno, el otro ala de la coalición se entera por los medios de comunicación.

Las declaraciones y entrevistas en la prensa de miembros del gobierno, de Ayuso y de Ignacio Aguado, el vicepresidente del Gobierno, están sirviendo también para desmentirse y reprobarse públicamente. El último ejemplo se produjo este mismo lunes. El consejero de Políticas Sociales, Familia y Natalidad, Alberto Reyero (Ciudadanos), anunció que las familias con dos hijos pasarían a ser numerosas y, por lo tanto, tendrían los beneficios de las mismas. Además de las declaraciones del propio Reyero, la cuenta de Twitter de Ciudadanos Madrid lo publicitó a bombo y platillo y afirmó: “¡Somos el partido de las familias!”, vendiendo la medida de forma partidista y no como un logro conjunto. Sin embargo, Ayuso rebajaba el triunfalismo de su socio de gobierno horas después recordando públicamente que no dependía del Ejecutivo “catalogar a las familias como numerosas o no” porque no es de su competencia.

En la misma entrevista en la Cadena Ser, Ayuso reprochaba la reunión de Aguado con la Asociación de Víctimas del Terrorismo y le recordaba a su vicepresidente que ya existe un consejero que cubre esas competencias: el de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, y que al tratarse de un gobierno de coalición debía haber representantes de ambas formaciones en este tipo de cuestiones.

La polémica transcendió hasta el punto que la AVT recordó al PP que no obedecen consignas partidistas: “La AVT tiene una agenda institucional propia y no permitirá ser utilizada para ataques entre formaciones políticas”, advertía la asociación en un comunicado en respuesta a una información de ABC en la que se aseguraba que había un “gran malestar en el PP y las víctimas del 11-M con Ciudadanos”. En el mismo comunicado, la asociación asegura que “fue necesario que la consejería de Justicia, Interior y Víctimas se enterase de nuestra reunión con el vicepresidente para que contestase a nuestra petición de reunión con el consejero y cerrar una reunión con todos los colectivos de víctimas del terrorismo”.

Estos solo son algunos ejemplo de la descoordinación del Gobierno y las desautorizaciones públicas entre una y ambas formaciones. Pero hay más. Telemadrid se ha convertido también en motivo de discrepancias dentro del Gobierno de coalición que forman PP y Ciudadanos. El vicepresidente del Gobierno, Ignacio Aguado, lanzó mensajes contrarios a los de Ayuso desde que la presidenta regional decidiera atacar a la cadena: “No es prioridad del Gobierno tomar decisiones sobre Telemadrid”, dijo Aguado respondiendo a Ayuso cuando aseguró que el ente ya no era “un servicio público esencial” y amenazaba con cerrarlo. El dirigente de Ciudadanos respondía a la amenaza de clausurar el medio autonómico, afirmando que “en ningún punto del orden del día” estaba cerrar Radio Televisión Madrid (RTVM) y remarcando que “lo que funciona no hay que tocarlo”.

Sobre qué hacer con el medio público madrileño están a día de hoy lejos de ponerse de acuerdo. Y tampoco parece que lo vayan a estar en una propuesta que Ciudadanos ha anunciado que llevará al consejo de gobierno las próximas semanas: la de acabar con los aforamientos. Una medida anunciada en los medios que tampoco ha sentado muy bien a sus socios de gobierno.

Pero que la coalición entre PP y Ciudadanos estaba lejos de dar un gobierno cohesionado ya se dejó entrever durante la primera semana en la que los consejeros tomaron posesión del cargo. Solo cuatro días después, Ciudadanos en Madrid irrumpía en las redes sociales con una campaña con la etiqueta “equipo Aguado” que promocionaba solo a los consejeros designados por el partido de Rivera. Ni rastro había de la presidenta regional.

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