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La lista electoral de Almeida hunde al número 33 a Javier Ramírez, su concejal de distrito más polémico

El concejal Javier Ramírez, entre diferentes miembros de la lista de Almeida el pasado domingo en un acto del PP

Diego Casado

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La carrera municipal de Javier Ramírez, el concejal del PP que se ha encargado de los distritos de Chamberí y Fuencarral-El Pardo durante esta legislatura, parece abocada a su fin, al menos en la próxima legislatura. El edil ha bajado hasta el puesto 33 en la lista que acaba de hacer pública su partido, un puesto que salvo mayoría muy absoluta de Almeida le dejará lejos de Cibeles a partir de junio.

El concejal partía en la anterior legislatura desde el puesto 15 en la lista del PP para el año 2019 y entró como último concejal de su partido después de un mal resultado electoral. Pero las exitosas negociaciones con Vox y Ciudadanos propiciaron la llegada de Almeida a Cibeles, quien acabó nombrando a Ramírez responsable de los distritos de Chamberí y Fuencarral-El Pardo.

Desde sus primeros plenos el concejal se vio acompañado de la polémica. Primero con numerosos incidentes en los plenos de distrito, con expulsión de público crítico con su gestión y una petición de reprobación en el pleno de Cibeles, que consiguió salvar. Luego con gestos como retirar pancartas contra la violencia de géneros de la Junta de Chamberí o gastando más de 90.000 euros de dinero publico en banderas de España.

El concejal se estrenó en Chamberí desmantelando la zona peatonal de Despacio Galileo. Después intentó tomar el control del Foro Local sin conseguirlo, en su primer gran encontronazo con los vecinos. También arrebató a 17 asociaciones la Casa de Cultura de Chamberí para abrir en su lugar un centro tecnológico. E intentó expulsar a tres organizaciones vecinales de las casetas de fiestas previstas para el verano, una decisión que tuvo que revertir ante la posibilidad de quedarse sin las propias celebraciones, al boicotear el resto de partidos su propuesta de recinto ferial.

Los continuos enfrentamientos con el tejido vecinal han convertido a Ramírez en uno de los concejales más discutidos del gobierno de José Luis Martínez-Almeida, que iba sumando polémicas como la retirada a martillazos de la placa de Largo Caballero, o la de la pista polideportiva que apostó por convertir en un gimnasio ante la oposición de familias, escolares y clubes del distrito. También vetó los espacios municipales para el homenaje chamberilero a la escritora Almudena Grandes por su fallecimiento.

En una entrevista publicada en Somos Chamberí al inicio de su legislatura ya apuntaba a que no tenía previsto contar con las asociaciones en la política diaria de su distrito. “Para nosotros lo importante son las personas, no los colectivos”, decía sobre su partido antes de iniciar muchas de las polémicas que acabaron marcando su mandato.

La penúltima polémica de Ramírez ha sido la reforma de la calle Ponzano, donde ha ampliado las aceras para favorecer el tránsito peatonal y también permitir a la hostelería el despliegue de más terrazas legalmente. La última tuvo lugar hace un mes, con una trifulca que acabó con la expulsión de un concejal de Vox por llamar por su antiguo nombre masculino a la portavoz trans de Más Madrid. Por ello, el partido de ultraderecha pedirá su cese en el último pleno de distrito, que se celebra este miércoles.

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