Así vivió la Iglesia de San Antón su primer San Valentín
La Iglesia de San Antón, que tiene el honor de albergar las que dicen son las reliquias de San Valentín, ha celebrado su primera festividad de los enamorados con una iniciativa de lo más original: facilitando cintas (amarillas y celestes, como los colores de Mensajeros de la Paz) para que los enamorados pudieran sellar su amor atándolas en la verja que resguarda la vitrina en la que descansan sus restos.
Hasta el lugar se han trasladado parejas que en la actualidad comparten su vida para hacerse una foto dejar constancia de lo mucho que se aman, pero también otras personas que han perdido a su ser amado, que no son correspondidos o que ansían que aparezca en su vida esa persona especial que les toque el corazón.
Y a juzgar por el número de ellas que estaban atadas a última hora de esta mañana, las rosas y los globos depositados, en el aire hay muchísimo amor, amor que no entiende de géneros, posición social, gustos sexuales ni edades... a veces tan intenso que quienes colocaban la cinta no podían evitar emocionarse.
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