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Corredera Baja de San Pablo 20, el otro centro social prometido que nunca llegó al barrio

Acceso principal a Corredera 20, con el blasón adornando su puerta | SOMOS MALASAÑA

Antonio Pérez

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Después de que en el pleno del Ayuntamiento de Madrid se rechazara este lunes la propuesta de continuar con la idea de habilitar un centro sociocultural en las plantas superiores del edificio situado en San Bernardo 68, proyecto aprobado por el anterior Ejecutivo y cuyas obras ya habían comenzado, se ahonda en la deuda que distintos gobiernos municipales han ido acumulando con el barrio de Universidad, el cual presenta serias carencias en cuanto a espacios dotacionales y ha visto cómo sucesivos mandatarios han ido vendiendo patrimonio en el que podrían haberse instalado servicios públicos necesarios para la zona.

El nuevo concejal de Centro, José Fernández, ha reconocido lo necesario que es para el barrio un nuevo centro social y cultural y ha prometido que lo construirá dentro del cuartel de Conde Duque en lugar de en San Bernardo 68, una solución a futuros para la que no ha dado fecha concreta de puesta en marcha y que no convence a las asociaciones vecinales de la zona, que le han exigido que vuelva al plan inicial. En el mejor de los casos ese centro en Conde Duque no estaría listo antes de dos años.

Ante este tipo de promesas el vecindario tiene razones para andar con la mosca detrás de la oreja. El asunto de un nuevo centro sociocultural para Universidad es un viejo compromiso incumplido. La construcción de uno de ellos era algo que el PP asumió, incluso, como promesa electoral hace 15 años. Por aquel entonces, el lugar que eligió para su construcción fue el edificio situado en Corredera Baja de San Pablo 20, donde planeó instalar espacios multifuncionales, una escuela infantil y viviendas tuteladas. De aquel plan, gobernando Ruiz Gallardón, se pasó a idear vivienda social para jóvenes en esa misma ubicación, llegándose a presupuestar en 2006 cinco millones de euros para ello.

Al final el PP decidió olvidarse de todo y pensó que lo mejor sería vender el edificio, propiedad de la EMV, al mejor postor. No hubo alternativa entonces para ubicar los espacios dotacionales prometidos y ante tan radical giro, Corredera Baja de San Pablo 20 fue okupado durante un tiempo por el Patio Maravillas, que junto a otros colectivos ciudadanos y asociaciones de Madrid elaboraron un proyecto para retornar a la idea de que el inmueble se dedicara a centro social, manteniendo reuniones y obteniendo, en principio, el apoyo a su proyecto de José Enrique Núñez, por aquel entonces concejal popular del distrito.

Sin embargo, la negociación se cortó por lo sano y acabó con el desalojo del espacio y la venta del mismo, algo que se consumó en 2014 por sólo dos millones de euros, cuando inicialmente el ayuntamiento pensaba haber sacado 11 millones de euros por su venta y, en el peor de los casos, nunca menos de cinco millones.

Desde que la parcela de Corredera Baja de San Pablo 20, que también incluye Barco 39, fue adquirida por el ayuntamiento, a finales de 1991, con el objetivo declarado de convertirlo en equipamiento social, hasta su venta se calcula que el erario público gastó cerca de un milllón de euros en su mantenimiento sin sacarle provecho alguno y sin llegar a materializar los planes sociales elaborados por el mismo Consistorio para el lugar.

Con el cambio de planes en San Bernardo 68, el nuevo y ansiado centro social y cultural que necesita Malasaña queda en el limbo de lo futuro. En Malasaña llueve sobre mojado y las asociaciones vecinales de Universidad no están dispuestas a que el nuevo gobierno municipal continúe acumulando deuda con una zona que presenta serias carencias dotacionales. No es la primera vez que ven desaparecer promesas.

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