Diez años ya sin Julián Infante en nuestras calles
Hace diez años ya que las calles de Malasaña y el mundo de la música se quedaron sin Julián Infante, Julián Tequila (como se le conoció al princio), Julián el de Los Rodríguez a partir de los noventa . Vivió intensamente los años de “La Movida” y acompañó con su magistral guitarra a una nómina de músicos de lo más diversa: de Glutamato Ye Ye a Martirio, pasando por Los Pistones.
Miembro fundador de Tequila (ya tocaba en Spoonfull Blues Band, el germen de la banda), con ellos fue el pionero del rock de masas en España antes de que llegaran los músicos de La Movida. Tequila era sinónimo de fans y juerga, para algunos un producto demasiado comercial, aunque eso era de cara a los medios, como el propio Julián comentaba en compañía de su inseparable Manolo de La UVI en Sólo se vive una vez: explendor y ruina de la Movida madrileña. Durante las noches todos eran amigos, todos eran igualmente músicos, todos eran fauna de aquel Madrid desenfrenado. A Los Rodríguez llegó también incluso antes que Calamaro, con Vilella y su inseparable socio argentino Ariel Rot. Andaban por el Al' Laboratorio de la calle Colón y se presentaron en Siroco. De todos ellos era el que tenía más “pinta de rockero”, un Keith Richards de Ciudad Real cincelado en las calles de esta ciudad.
El 4 de Diciembre de 2000 se lo llevó el SIDA. Ya años antes había pasado por dos operaciones de corazón y se había convertido en “el tuerto” gracias al hongo de Cándido.
Infante era un superviviente de la música y de la vida. Paseaba por las calles de Malasaña. Aquí, en el que fue su barrio, muchos vecinos lloraron su pérdida. Aquí había preparado un puñado de canciones que tendría que haber sido su primer disco en solitario y aquí, en su piso, pasó encerrado sus últimos momentos.
Alguien se despedía así de él en un libro de visitas: “Me impresionó verte en Malasaña tan delgadito. Me di cuenta que estabas mal.. pero ibas como un pincel y pensé ”qué bien le están cuidando“.
Para Los Rodríguez compuso e interpretó Extraño, canción autobiográfica sobre la relación con su padre con la que nos despedimos otra vez de él diez años después:
Si tú me extrañas a mí, yo no me olvido de tí.¿Por qué, mi amor, separarnos?Si tú me lloras a mí, hago lo mismo por tí...¿Como enjuagarlo?Y no es verdad que aquí nadie apuesta un duro más.
Maldita apuesta feroz, y de por medio el amor...Cuando faltas te extraño.
No es una canción de amor, eso al menos pienso yo;es algo más sano.Con la opinión de Dio, quizás uno de los doslo vea más claro.
¿Quién rezará, quién ganará este estúpido duelo?
Maldita apuesta de amos, que uno de los dos perdió.Cuando faltas me muero...
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