El Ayuntamiento trata de cerrar desde hace un año gran parte del Gymage, el gimnasio-bar de Luna
La gran mayoría de las distintas propuestas y servicios que se desarrollan en el edificio del Gymage Lounge Resort, antiguos Cines Luna situados en la esquina de Corredera Baja de San Pablo con la plaza de Soledad Torres Acosta, no tienen licencia. Sobre ellas pesa una orden de cierre y cese de actividad desde hace algo más de un año, según documentación municipal a la que ha tenido acceso el periódico Somos Malasaña.
Durante todo este tiempo, desde que la Gerente de la Agencia de Actividades dictara la orden el 12 de enero de 2018, el Ayuntamiento ha tratado de “restablecer la legalidad urbanística” en el citado espacio, sin que por el momento haya podido lograrlo. Muchas de las actividades ofertadas en Gymage Lounge Resort se están desarrollando sin la correcta licencia, dentro de un inmueble que vive envuelto en cierta polémica desde que en 2014, aun estando catalogado como “espacio cultural”, comenzara a dar cabida a nuevos usos.
La actuación contra Gymage Lounge Resort se enmarca dentro de las acciones llevadas a cabo por el Consistorio en un oficioso plan de choque para el barrio de Malasaña que se ha visto revitalizado y convertido en oficial en las últimas fechas, tras al compromiso adquirido por la alcaldesa Manuela Carmena con representantes vecinales de hacer un barrio más habitable, y de cuyo seguimiento y aplicación se está ocupando desde hace unos días Mar Barberán, la recién nombrada comisariada de Malasaña.
Según fuentes de la Subdirección General de Inspección y Disciplina, el 16 de enero de 2018 se notificó al titular de Gymage “el cese y clausura de las actividades ejercidas en el segundo sótano (almacenes y cuartos técnicos), primer sótano (gimnasio para crossfit), planta baja (comercios, peluquería, instituto de belleza, bar y teatro) y planta torreón (bar) del local sito en calle Luna número 2”.
La explicación a por qué un año después de dictarse la orden aún no se habría aplicado el cierre de Gymage Lounge Resort tendríamos que buscarla en la complejidad del sistema ejecutor de la misma y en el derecho a recurrir de la parte afectada que, consultada por Somos Malasaña, afirma haber presentado al Ayuntamiento un plan para subsanar las deficiencias que avalarían la decisión municipal y sobre el que aún no habrían recibido respuesta; un plan, por otra parte, del que el Consistorio parece no tener constancia.
El posible cierre de Gymage Lounge Resort sería la pieza mayor -pero no la única- que se cobraría el Ayuntamiento en su empeño por acabar con las barras de degustación que ejercen en realidad como bares sin licencia en Malasaña, así como con los negocios que desarrollan una actividad no acorde con la licencia que poseen, o que operan con una mera declaración de inicio de actividad de la que se sirvieron en su día para abrir las puertas.
Si en fechas anteriores este periódico se hizo eco de tres cierres de locales hosteleros en Corredera de San Pablo, en próximas jornadas el periódico Somos Malasaña dará a conocer el nombre y número de otros establecimientos de restauración sobre los que pende una espada de Damocles legal que amenaza su continuidad, al menos tal y como la hemos conocido hasta el momento. Al parecer, el Ayuntamiento tendría también la intención de dar a conocer a los vecinos de Malasaña esa información en breve, recordando que, en buena parte, fueron los avisos de esos mismos vecinos los que pusieron a los inspectores municipales sobre la pista de presuntas infracciones.
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