Los comerciantes de Vive Malasaña recuerdan a Centro el compromiso incumplido de que las luces de Navidad vayan cambiando de calles

La iluminación navideña que instala el Ayuntamiento de Madrid supone un impulso del consumo. Una calle iluminada en este periodo festivo tiene mayor tirón que otra que no lo esté y los comerciantes lo saben. En el barrio de Universidad las luces que coloca el Consistorio repiten ubicación año tras año y es algo que la asociación de comerciantes Vive Malasaña no considera justo.

En este sentido, existe además un acuerdo olvidado de la Junta de Centro en el que la rotación de la iluminación que se instala en la calle del Pez se da por hecho. Según el mismo, aprobado en la anterior legislatura (2017), estas navidades debería ser Palma la vía que disfrute de alumbrado municipal. No será así. Pez logró hace tres años el alumbrado municipal gracias a la presión de sus vecinos y ahí se ha quedado.

Vive Malasaña ha remitido un escrito a la Junta Municipal recordando la existencia de ese compromiso de mover en paralelo y hacia el norte del barrio las luces que coloca en Pez.

Para Ricardo Sáez, miembro de la directiva de la citada asociación de comerciantes, el tema es importante y, más aún en los tiempos que vivimos, tan difíciles para el pequeño comercio: “El consumo ha bajado notoriamente, el horizonte de las navidades es una incógnita y, para muchos, la oportunidad de poder cerrar el año abiertos”.

En cualquier caso, y aunque este año no vaya a poder ser ya, Vive Malasaña no quiere que se olvide ese acuerdo de rotación que, sin embargo, no afecta a las luces que se ponen en otras calles del barrio como Fuencarral, Hortaleza, Ballesta, Loreto y Chicote, Desengaño, Corredera Baja de San Pablo, Gonzalo Jiménez de Quesada, Valverde, Barco, Pez, Muñoz Torrero, Colón, San Onofre y Puebla.

Mientras que buena parte de la zona sur de Universidad se beneficia del alumbrado municipal todas las calles que están más al norte carecen de él año tras año. Estando de acuerdo sobre el hecho de que no puede haber luces para todo el mundo, lo que se cuestiona es por qué son siempre las mismas vías las que se encienden y también, en general, por qué el plan municipal de alumbrado de Madrid siempre tiene en cuenta las grandes calles de la ciudad, que están llenas de franquicias, y deja a oscuras a las que acogen a los comercios de proximidad.