Manifestación, okupación, euforia, desalojo y rabia en el Palacio Maravillas
El Patio vive, la luche sigue; 1, 100, 1000 Centros Sociales; un desalojo otra okupación... Entre consignas y aplausos salían, al filo de las diez de la noche, las cerca de cien personas que estaban en el interior del Centro Social Okupado llamado Palacio Maravillas, de corta vida, en la calle Hermanos Álvarez Quintero. La okupación del edificio se había hecho público al final de la manifestación convocada ayer, 5 de enero, en apoyo del Patio Maravillas.
La jornada fue un tobogán de emociones y acontecimientos. Tras una animada manifestación por las calles de Malasaña, el grupo fue pastoreado hacia la zona de Alonso Martínez, donde esperaba gente dentro del número 3 de la calle Hermanos Álvarez Quintero.
Durante un tiempo los acontecimientos fueron un revival de la manifestación que se dio el 5 de enero de hace cinco años cuando, después de una concentración en repulsa por el desalojo del primer Patio el mismo día, se concretó, con el apoyo de los cientos de manifestantes asistentes, la okupacion de Pez 21.
Los gritos de júbilo, la actuación de la Solfónica a las puertas del edificio, las pancartas en las ventanas y el ambiente de euforia fueron dando paso a la tensión con la aparición de un número cada vez mayor de efectivos policiales. A medida que los miembros de la UIP fueron cortando accesos, luciendo bocachas y, finalmente, cizallas y mazas, fue quedando clara la determinación de entrar al edificio incluso sin orden judicial, lo que precipitó que las personas que estaban en el interior decidieran salir por su propia voluntad, consiguiendo, al menos, no ser identificados.
El edificio del número 3 de la calle Hermanos Álvarez Quintero lleva ocho años vacío. El último uso que tuvo fue el de centro de especialidades médicas. En 2005 se le cambió el uso a equipamiento cultural para albergar el Museo Postal y Telegráfico.
Con esta okupación el Patio Maravillas pretendía evidenciar que existen espacios públicos susceptibles de albergar su proyecto, tal y como vienen reivindicando desde que su actual sede se encuentra amenazada de desalojo. El edificio de la calle Hermanos Álvarez Quintero podría ser reflejo de diversas crisis en marcha: es un edificio público desaprovechado, un cascarón vacío de la sanidad madrileña...y un reflejo de la megalomanía del Consistorio personalizado en su anterior alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, que vive muy cerca de la calle.
En el empeño de Gallardón por hacer del Palacio de las Telecomunicaciones, antigua sede de Correos, el cascarón de proa del Ayuntamiento, el alcalde tuvo que hacer un millonario cambio de cromos con la administración central para conseguir el edificio, y en la permuta entró el inmueble okupado, donde debían haber acabado los fondos del Museo Postal, provenientes del edificio de Cibeles, según se publicó en prensa.
El accidentado episodio del día 5 no será, ni mucho menos, el último del forcejeo del Patio Maravillas con el Ayuntamiento por su supervivencia. Está por ver si los próximos serán demostraciones de fuerza o acercamientos al diálogo.
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