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Ruido Madrid
Hastío en los vecinos de Ventilla con Dani García por la reapertura de sus cocinas fantasma clausuradas

Chimeneas de las cocinas

Luis de la Cruz

23 de septiembre de 2022 09:00 h

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Las cocinas industriales de la calle de Morando, en La Ventilla, retomaron su actividad el pasado 13 de septiembre después de haber estado cerradas desde finales de agosto, por orden de la Agencia de Actividades. El organismo municipal exigía el cese de la actividad y la “demolición de las obras abusivamente construidas que se relacionan a continuación” (y que incluían los extractores de humos, chimeneas, climatización y otras obras de acondicionamiento efectuadas en el local). Aunque la empresa siguió operando después de la orden, emitida en julio, según han mostrado en redes los vecinos organizados contra ellas, finalmente cesaron la actividad el 26 de agosto.

Aprovechando una visita a Tetuán, el delegado municipal de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, decía en clara alusión al caso un día antes: “Hemos modificado las normas urbanísticas para que estas cocinas industriales no se puedan implantar en zonas residenciales”. En el Pleno de Distrito del pasado 8 de septiembre, la Concejala Presidente de Tetuán explicó, a pregunta del Grupo Mixto, que desde el cierre la Agencia de Actividades había ido a inspeccionar el local en trece ocasiones, encontrándolo cerrado en todas ellas.

Sin embargo, poco duró la tranquilidad de los vecinos que se oponen a las cocinas industriales de La gran familia mediterránea. “El martes de la semana pasada, los vecinos que viven más cerca empezaron a notar de nuevo el funcionamiento de las chimeneas”, explican a Somos Tetuán. Poco después llegaron los camiones de Makro a descargar, corroborando que las cocinas estaban funcionando de nuevo. Llamaron entonces a la policía municipal que comprobó que, efectivamente, La gran familia mediterránea vuelve a tener papeles para operar.

El 31 de agosto, la empresa de Dani García pidió una licencia de funcionamiento que dos días después ya estaba lista. Lo que extraña a los vecinos es que, según cuentan, allí no se ha producido ninguna obra que varíe las condiciones de funcionamiento anteriores al cese.

Cómo empezó todo: un año de olores, ruido y lucha vecinal

En julio de 2021 los vecinos de la calle Morando, una pequeña vía de una sola dirección, repararon en que el local del número seis de la calle estaba en obras. Pronto se darán cuenta de que quien llega a sus vidas es el conocido chef Dani García con su proyecto de delivery La gran familia mediterránea, que empezaría a funcionar el mes de septiembre. Justo antes, había anunciado que se marchaba de las cocinas fantasmas de la calle José Calvo, también en Tetuán, donde los vecinos venían quejándose de las molestias continúas ocasionadas por las cocinas industriales donde el cocinero operaba hasta el momento.

Como sucedía en las cocinas de la calle José Calvo, y aunque en este caso solo cocina la empresa de García, hay mucho más tras las puertas del local de lo que se ve desde afuera: un patio de vecinos en el que la actividad de las cocinas molesta a los residentes de la calle de los Vizcainos, en la parte de atrás de Morando. Ruidos, olores continuos, partículas desprendidas de los extractores, ropa tendida que huele a comida, ruido –“las turbinas suenan como aviones”, cuentan los vecinos–, miedo a accidentes en los bajos de sus casas… “Abren a las once y al mediodía ya puedes saber si hoy hay pescado, fritanga o pescado para comer”, nos cuentan los afectados, que explican que el trajín dura “desde las doce  hasta las cuatro de la tarde, y desde las siete y media hasta las diez y media u once”.

Luego, como viene sucediendo con este tipo de cocinas industriales que coexisten con viviendas, se producen las molestias propias de una actividad intensa en una calle pequeña, en este caso en la propia calle de Morando y otras aledañas como la de Pinos Altas: carga y descarga, ocupación constante de la calle por parte de los repartidores, ruido, bloqueo de vados...

El local está situado en un antiguo taller de taxidermia y, en un principio, comenzó a operar con la licencia heredada para realizar maquetas en tres dimensiones, con una declaración responsable. Vecinas y vecinos afectados comenzaron pronto a organizarse de manera informal, con un grupo de WhatsApp como herramienta de comunicación, y a ponerse en contacto con otras personas en su misma situación, como los vecinos de José Calvo en Tetuán o de las cocinas del Paseo Imperial. La gran familia mediterránea sufrió un primer cierre en diciembre de 2021, pero pudo reanudar su actividad, ya con licencia para venta al por mayor de platos preparados, hacia abril de 2022. “En aquella primera ocasión también las reabrieron sin haber hecho ningún tipo de obra”, explican los vecinos.

Ahora, tras la reapertura, los vecinos movilizados piensan seguir presentando escritos a la Agencia de Actividades, a Medioambiente, a la Junta de Distrito y a la prensa, como han hecho hasta el momento. “Sabemos que han querido inspeccionarles justo la semana del 5 de septiembre, cuando estaban cerrados. Seguiremos insistiendo”.

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