El coche particular como refugio provisional en la era post-Covid 19
Nadie duda a estas alturas de que la pandemia del Covid-19 y la consiguiente crisis económica van a cambiar de forma determinante nuestros hábitos de movilidad, entre otras muchas cosas. Numerosos estudios apuntan que el vehículo particular operará -más bien está operando ya- como refugio provisional mientras superamos la emergencia sanitaria, y ello en detrimento del transporte público y de los servicios de coche compartido.
En este contexto, el 43% de los españoles se plantea la compra de un vehículo en el corto o medio plazo, según se extrae del informe Deconstruyendo al consumidor, que ha elaborado EY-Parthenon, la división de consultoría estratégica de EY (antes Ernst & Young).
Este estado de cosas sería positivo, en principio, para la industria del automóvil, pues el mismo documento señala que un 27% de los encuestados tiene intención de usar su vehículo particular “más o mucho más” que antes de la pandemia, aunque en esta categoría se incluyen también motos, bicicletas -cuya popularidad se ha disparado en las últimas semanas- y patinetes. Una de las curiosidades que se pone de manifiesto es que los más jóvenes son quienes más recurrirán a él como refugio temporal hasta que pase la crisis sanitaria.
Aunque transitorios -de acuerdo con el estudio-, afrontamos malos tiempos para las plataformas de carsharing, los vehículos de transporte con conductor (VTC) y el transporte público, para los que EY-Parthenon calcula caídas de usuarios del 55%, 46% y 37%, respectivamente, en los tiempos inmediatamente posteriores a la actual crisis sanitaria.
Para David Samu, socio responsable de la consultora, “estos datos revelan los cambios de hábitos que viene reflejando el estudio, hasta tal punto que, en las comunidades autónomas donde hay margen a la movilidad en coche privado, los consumidores se plantean la compra de un vehículo, lo que podría ser una excelente noticia para la industria de la automoción, una de las más afectadas por esta pandemia”.
Como apunta Samu, en Andalucía y Valencia casi la mitad de los entrevistados querría adquirir un vehículo propio (49% y 48%, respectivamente) y en Galicia el porcentaje alcanza el 44%, mientras que en las comunidades con mayores problemas para moverse en coche la proporción de los dispuestos a realizar esa inversión se reduce considerablemente: Cataluña (41%), Castilla-La Mancha (40%), Madrid (38%), Castilla y León (36%) y País Vasco (34%).
Por tipología de familia, aquellos que tienen niños son los más predispuestos a comprar un coche nuevo, en tanto que los jóvenes se decantan de forma mayoritariamente por uno de segunda mano.
Por comunidades autónomas, Cataluña junto con Andalucía -con nueve de cada 10 usuarios cada una- serán las que más se refugiarán en el vehículo privado durante esta primera etapa. El taxi y los VTC seguirán siendo una opción mayoritaria para los ciudadanos de Madrid: un 66% hará un uso igual o mayor al del inicio de la crisis. De la misma manera, el transporte público se impondrá en la Comunidad de Madrid (74%), el País Vasco (69%) y Castilla-La Mancha y Cataluña, ambas con el 65%.
Vuelta a los hábitos anteriores tras la pandemia
Como suele ocurrir con las situaciones excepcionales, las aguas volverán a su cauce habitual cuando la pandemia esté superada o controlada de manera suficiente, hasta que el punto de que -según la consultora- los españoles recuperarán por completo sus hábitos de movilidad, en particular en los trayectos para acudir al trabajo y regresar de él.
Si antes del coronavirus un 46% se desplazaba en coche, superada esta situación el 45% volverá a elegir como prioritario el uso del vehículo privado. Un 15% utilizará el transporte público, frente al 18% que lo hacía antes, un 23% irá andando -un punto por encima que antes de la crisis- y un 14% elegirá otro método de transporte, frente al 11% anterior a la pandemia.
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