Europa pierde (también) contra China la batalla de las patentes
El último informe de la Fundación Pons pone de manifiesto que, entre otras muchas batallas, Europa tiene perdida frente a China la de generación y protección de patentes relacionadas con el automóvil. Así, mientras que el Viejo Continente lidera la inversión en I+D con 62,6 miles de millones de euros, por encima de Japón (33,2), Estados Unidos (27,6) y China (18), suspende en la aplicación de una eficaz política de propiedad industrial, en un sector donde, por cierto, es obligado un alto nivel de innovación para atender a los retos de la movilidad del futuro.
Esta es una de las conclusiones principales del Mapa Tecnológico de la Movilidad 2023: la carrera global por la soberanía tecnológica y la propiedad industrial, elaborado por Madrid IPR HelpDesk dentro de un proyecto comandado por la Fundación Pons con el apoyo de la Comunidad de Madrid y que ha contado con la colaboración de expertos de las consultoras Pons Mobility y Pons IP.
Las causas que explican el dominio chino en cuestión de patentes son, según el estudio, el desconocimiento de los beneficios asociados a la protección mediante esta fórmula, el recurso a medidas alternativas como el secreto industrial y la innovación generada por empresas en las que la gestión de la propiedad industrial no es una prioridad a corto plazo.
Ana Gómez Arche, CEO de Pons Mobility, ha instado a acabar con las trabas que, en su opinión, plantea la regulación al avance tecnológico en materia de movilidad. Esta, afirma, “debe buscar soluciones innovadoras en la norma que permita a las administraciones europeas y nacionales avanzar eliminando barreras administrativas y burocráticas que frenan el avance de la innovación, y analizando en profundidad el impacto en la sociedad”.
El estudio subraya la presencia de empresas de automoción en el top 10 de la innovación, que concentraron el 6,5% del total de las nuevas soluciones aplicadas en el sector durante el año 2021. Entre ellas se encuentran holdings como Toyota, Honda, Robert Bosch, Hyundai o BMW, así como los chinos Great Wall y Geely.
En el trabajo se destaca que, al centrarse en las tecnologías dirigidas a frenar el cambio climático, la mitad del volumen total de las innovaciones publicadas a través de documentos de patente lo ha hecho en los últimos tres años. Esto denota el interés exponencial que despierta este subsector, que geoestratégicamente presenta el mismo perfil que el panorama global, con China, Japón y Estados Unidos a la cabeza.
Por lo que respecta a España, en 2021 registró 177 solicitudes de patentes frente a las 126.000 realizadas a nivel global, lo que supone un 0,14% del volumen total. Estados Unidos presentó 5.840 solicitudes de protección, por 9.487 de Japón, y China lideró de largo la clasificación con nada menos que 87.047 patentes registradas -el 68,97% del total-, según datos propios.
Poco uso del sistema de patentes
La radiografía para España es diferente si la comparativa se establece con países europeos que económicamente son más similares al nuestro. Nos superan claramente Alemania, con 8.654 patentes, y Francia, con 1.750; Reino Unido e Italia presentaron 408 y 306, respectivamente. Por debajo se sitúan Portugal, con 13 solicitudes, y Grecia, con 10.
El informe dictamina que, a pesar de ser España un país innovador, las empresas del sector no hacen excesivo uso del sistema de patentes como herramienta de protección. “Y es que la carrera de la soberanía tecnológica se pierde porque no se protege”, leemos en él.
Cambiar esta tendencia “es labor conjunta de los gobiernos a través de incentivos, así como de una mayor educación y formación en la protección de los activos intangibles que muestren los beneficios de considerarlos como parte esencial en la estrategia de desarrollo de negocio y crecimiento de las compañías, especialmente en aquellas con base tecnológica”, asevera también el estudio.
A este respecto, Luis Ignacio Vicente, consejero estratégico de Pons IP, ha indicado que se abre ante nosotros “un cambio de paradigma en el que los proyectos de innovación, impulsados por la I+D+i, tienen una enorme oportunidad y la gran responsabilidad de liderar esa transformación urgente como país hacia una movilidad más sostenible”.
Dicha transición supone además “una oportunidad estratégica como país desde el punto de vista de soberanía tecnológica y de cambio de modelo productivo. La creación de una industria de la movilidad es una gran oportunidad que España no debe desaprovechar, y la propiedad industrial es un indicador clave de cómo estamos y dónde deberíamos estar”, ha concluido Vicente.
