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Baterías verticales y más eficientes para vehículos eléctricos

Page-Roberts se ha descolgado con la patente de unas baterías que se colocan en posición vertical entre los asientos delanteros y los traseros.

Paula Ulloa

Las ideas rompedoras tienen la cualidad de maravillarnos al proponer, para un problema equis, una solución inesperada y que se antoja tan lógica que nos parece mentira que nadie haya dado con ella antes. En el caso de los coches eléctricos o electrificados, todo el mundo ha dado por sentado, puesto que nadie ha ofrecido una alternativa, que las baterías han de disponerse a lo largo del piso del vehículo.

Se nos han cantado las alabanzas de esta configuración en el sentido de que rebaja el centro de gravedad del coche, lo que mejora su comportamiento, y de que hace posible un interior más espacioso y con menos obstáculos, especialmente el que representa el túnel de transmisión habitual en los modelos tradicionales de combustión interna.

Pues bien, la firma Page-Roberts se ha descolgado con la patente de unas baterías que se colocan en posición vertical entre los asientos delanteros y los traseros, como puede apreciarse en las imágenes que acompañan a este texto. Su convicción, más allá de la novedad que supone el emplazamiento, es que de este modo se consigue una eficiencia superior del sistema de almacenamiento de energía y, concretamente, mayor autonomía del vehículo que lo instala.

La empresa británica está especializada en soluciones de eficiencia para vehículos eléctricos, que incluyen otras tecnologías innovadoras como materiales ligeros, paneles solares y sistema de propulsión optimizados, además de estas baterías verticales.

En contraposición con los chasis de tipo monopatín que emplea la mayoría de los fabricantes de automóviles para integrar la batería en sus vehículos eléctricos, Page-Roberts prefiere esta modalidad alternativa que sortea algunos de los inconvenientes asociados a aquella configuración, especialmente la pérdida de capacidad de carga en el maletero y, en algunos casos, también de espacio en el habitáculo.

Más problemas que se le atribuyen al modelo tradicional de coche eléctrico son la altura y el peso adicionales con que se carga al vehículo, así como las complejidades estructurales de que adolece la carrocería y una distancia entre ejes a menudo extendida.

Al colocar la batería entre las dos filas de asientos se evitan estas contrariedades y, de acuerdo con los cálculos de Page-Roberts, aquella tendría el potencial de incrementar la autonomía un 30%, o bien cabría usar una batería más pequeña -y, por tanto, más ligera y más barata- para mantener un alcance similar a los niveles comunes hoy en día. Los costes de producción, además, podrían reducirse hasta en un 36% de llegar esta propuesta a fabricarse en serie.

Las baterías de esta start-up británica, como puedes observar en las imágenes, ocuparían aproximadamente la mitad de la altura del vehículo, lo cual permitiría rebajar la altura de este y, por tanto, mejorar el diseño del coche, además de su aerodinámica y, en última instancia, su eficiencia. Como mínimo, los diseñadores dispondrían de más flexibilidad a la hora de conformar sus líneas.

Además, para evitar que la batería vertical interfiera en el espacio interior o pueda suponer una molestia, Page-Roberts ha decidido girar los asientos traseros para que queden orientados hacia atrás. Así, el paquete de baterías está inclinado para encajar mejor entre los asientos reclinados. Según explican, hacer que la batería encuentre acomodo dentro del propio habitáculo mejoraría tanto el diseño del coche como la experiencia del usuario.

Inconvenientes de la configuración

La idea de las baterías verticales, por mucho que la empresa inventora la publicite, no está exenta de desventajas. Como leemos de Jorge Majdalani en adslzone.net, esta disposición podría hacer que la practicidad del interior se vea limitada, ya que los acumuladores de energía se interponen como una barrera física entre los pasajeros de la filas delantera y trasera. Ello podía generar también una altura de los asientos menor y una distancia entre ejes más corta, por lo que solo sería viable en modelos más deportivos.

Otros aspectos que podrían jugar en contra de este nuevo concepto serían las dudas sobre la ubicación del sistema de refrigeración, que normalmente se coloca debajo de la batería, y de la célula de seguridad que debe proteger a esta. Una solución ingeniosa como la Page-Roberts obliga además a cambiar radicalmente el diseño de los interiores y parece condicionar de manera considerable la modularidad del habitáculo.

La compañía capitaneada por Freddy Page-Roberts, su fundador y CEO, y Mark Simon, director técnico, aduce a su favor que esta posición de la batería reduce la exposición a los impactos y ahorra entre 35 y 75 kilos de materiales de la estructura de choque. Este aligeramiento estructural se combina con el ahorro de peso y la mejora de la aerodinámica, todo lo cual se confabularía para mejorar la eficiencia general del vehículo, que es lo que se pretende con esta rompedora iniciativa.

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