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El nuevo Volvo EX90 podrá intervenir si detecta que el conductor está nervioso o distraído

El EX90 se inspirará en términos de diseño en el Volvo Concept Recharge.

Paula Ulloa

Si una marca de automóviles puede hacer bandera de su compromiso con la seguridad, sin duda se trata de Volvo. Cuando otros fabricantes estaban entretenidos en las prestaciones y otras facetas del llamado placer de conducir, el de Gotemburgo destacó desde sus inicios por su preocupación por las vidas humanas y, en fecha tan lejana ya como 1959, realizó una aportación clave para la seguridad de los viajeros: el cinturón de tres puntos de anclaje.

Ahora, más de 60 años después, sigue a la vanguardia de la innovación en este campo y prepara, para su nuevo modelo EX90, varios de sus últimos hallazgos, algunos de ellos casi de ciencia ficción. Por ejemplo, el vehículo será capaz de “tomar medidas” -nos dice Volvo- cuando interprete que el usuario “no está en condiciones óptimas para conducir”. Esta última expresión incluye “estar nerviosos, medio dormidos o en cualquier otro estado que afecte a la conducción”.

¿Cómo funciona esta tecnología? Para empezar, dos cámaras se dedican a captar las señales que puedan indican que el conductor “no está en su mejor momento”, observando sobre todo sus patrones ojo-mirada. Al medir cuánto tiempo mira la carretera -permitiendo las variaciones naturales-, el sistema entiende si sus ojos están centrados quizá en algo que no es la conducción.

¿El usuario mira muy poco la carretera? Puede ser una señal de que experimenta alguna distracción visual, muy frecuentemente que está mirando el móvil. ¿La mira demasiado? Esto puede denotar una distracción cognitiva, esto es, que tiene la mente ocupada en sus pensamientos hasta el punto de que ya no registra lo que está viendo.

El volante del vehículo también aporta información muy valiosa acerca del estado del conductor al monitorizar en todo momento si éste suelta el volante y pierde, por tanto, el control de la dirección.

Emma Tivesten, técnica especializada del Centro de Seguridad de Volvo Cars, explica al respecto que “con solo observar adónde mira el conductor y cuánto tiempo tiene los ojos cerrados” puede saberse mucho sobre su aptitud para estar al volante en ese momento. “Basando sus cálculos en los resultados de los estudios, el sistema de detección permite que nuestros vehículos identifiquen si la capacidad del conductor ha disminuido, quizá por somnolencia, distracción o cualquier otra causa, y ofrecer así ayuda adicional de la forma idónea para cada situación”.

Con base en la tecnología para la detección en tiempo real de los patrones de mirada y movimientos del volante, el nuevo modelo podrá adoptar las medidas adecuadas para ayudar al conductor cuando sea necesario. La asistencia puede comenzar con una simple señal de advertencia que va incrementando su volumen dependiendo de la gravedad de la situación. Si la persona no responde a los avisos, cada vez más claros, el vehículo podrá llegar a detenerse de forma segura en el arcén y enviar señales de advertencia a otros usuarios de la vía con las luces de emergencia.

Un escudo de seguridad invisible

El EX90, que se presentará oficialmente el 9 de noviembre, cuenta con un auténtico despliegue de tecnología de seguridad, compuesto por ocho cámaras, cinco radares, 16 sensores ultrasónicos y un sensor LiDAR puntero. Se trata, según explica el director ejecutivo de Volvo, Jim Rowan, en un vídeo en YouTube, de que el coche comprenda hasta donde es posible el estado mental del conductor y las condiciones del entorno. 

Con el LiDAR, siglas de Light Detection and Ranging, la marca sueca incorpora un método de teledetección que emplea la luz en forma de láser pulsado para medir rangos con gran precisión y fidelidad. Estudios recientes establecen que, cuando este dispositivo se embarca en un vehículo ya de por sí seguro, los accidentes graves pueden reducirse hasta en un 20% y la prevención de colisiones mejorar hasta un 9%.

La tecnología LiDAR, integrada en la línea de techo del nuevo EX90 y que será estándar con el tiempo, puede detectar peatones a 250 metros de distancia y algo tan pequeño y oscuro como un neumático en una carretera sin iluminación a 120 metros, todo ello a velocidad de autopista. Puesto que no depende de la luz, como sucede con una cámara, este sistema trabaja con toda garantía en cualquier condición.

Con todos estos mimbres, el fabricante escandinavo -parte ahora del grupo chino Geely- aspira a poner en el mercado “el Volvo más seguro que haya circulado nunca”, en palabras de Joachim de Verdier, responsable de automatización segura de vehículos de la compañía.

Un mejor conocimiento del entorno, por un lado, y la capacidad para entender mejor la atención del conductor, por otro, son parte fundamental precisamente de la conducción autónoma en la que trabaja De Verdier. La marca ha comunicado que se halla a la espera de aplicar sus propias verificaciones de seguridad y de obtener todas las autorizaciones pertinentes antes de incorporar estos avances al EX90, que estarán disponibles -aclara- mediante suscripción.

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