Barriomar: de zona residencial a “escombrera” de Murcia
Paco Ramírez es vecino de Barriomar desde hace diez años. A lo largo de este tiempo ha visto cómo su barrio ha ido empeorando: “El barrio tiene menos tejido comercial, no se ha hecho ninguna mejora urbanística desde hace años y tiene el mayor porcentaje de casas destruidas de toda la ciudad”, asegura. Los datos le avalan ya que, según el servicio municipal MurciaenCifras, en Barriomar se encuentra el mayor porcentaje de viviendas en mal estado y antiguas de toda la ciudad.
Barriomar se halla encerrado entre el barrio del Carmen y Rincón de Seca. Poco más de un kilómetro lo separa del Ayuntamiento de Murcia -el centro de la ciudad- y la A-30 divide la zona en dos partes, que encuentran en la avenida Ciudad de Almería uno de sus principales puntos de conexión. Al norte, un tramo del Río Segura sirve de frontera natural con el centro de la capital, mientras que en el sur del territorio se encuentra uno de sus principales focos de conflicto y esperanza: las vías.
Ante el abandono del barrio, Paco decidió crear la cuenta de The Barriomar Observer y así denunciar todas las arbitrariedades que los vecinos de esta zona de Murcia viven día a día. La idea, inspirada en el ejemplo de resistencia que presentó la plataforma Pro-Soterramiento de Murcia y que ha encontrado en esta una gran aliada, ha conseguido movilizar a gran parte del vecindario mediante la creación de una asociación de vecinos muy activa en redes sociales también.
El grave problema del servicio de limpieza- solo hay un barrendero para una zona con 4.000 vecinos y lo tienen que compartir con otros barrios-, un servicio de recogida de residuos deficiente - apenas hay papeleras y contenedores de reciclaje-, el tráfico desbordante que proviene de la salida de la autovía, el mal estado del pavimento o las aceras demasiado estrechas, son solo unos pocos ejemplos de la precariedad que reina ene este barrio, que según los vecinos no es ni barrio ni pedanía.
“Pedimos cosas básicas que otros barrios tiene”, asegura Mercedes Medina, vecina de Barriomar y vocal de la asociación de vecinos, y añade que “desde hace años que no se invierte en este barrio. Al revés, nos vienen a dejar los escombros de las obras de Murcia, como la del Palacio de San Esteban. Nos hemos convertido en la escombrera de la ciudad”.
Por otro lado, Twitter ha servido también a estos vecinos para conseguir que los políticos les tengan en cuenta, así Paco asegura que “casi todos los líderes políticos nos han tenido presentes en sus programas”. Sin embargo, destaca que “lo más importante de este proyecto es que la gente sea consciente de lo que está mal en sus barrios y refleje estas críticas para que se den soluciones”.
Este proyecto ha hecho que a Paco le surjan seguidores, y zonas aledañas a Barriomar han empezado a crearse perfiles en redes sociales para denunciar las necesidades que sufren sus barrios. No obstante, este innovador vecino se ha quitado méritos y ha asegurado que “las redes sociales son una parte importante, pero incompleta si no hay gente detrás”. En este aspecto, asegura que sus vecinos han sido los que se han unido para realizar todos los escritos y quejas necesarias para solventar los problemas del barrio.
“En Barriomar no se invierte”
Como si de la vida misma se tratase, Barriomar sigue el mismo patrón de otros muchos lugares en el mundo. Tras pasar su frontera norte -el río Segura- se encuentra la mejor zona de la ciudad y en la que más se ha invertido: el paseo fluvial de 'Murcia Río', el Malecón y la Glorieta de Murcia junto a la Gran Vía. En el lado opuesto, al sur del barrio, está la zona más marginal de la ciudad: las vías y las casas abandonadas, muchas de las cuales se han convertido en un punto clave para la ocupación y venta de drogas.
Pese a este panorama desesperanzador, los vecinos ven en ambos lados una oportunidad. En el norte, con el Parque Metropolitano Oeste anunciado como parte del proyecto Murcia Río II por el alcalde José Ballesta y, en el sur, con el soterramiento que acabará con las viviendas en estado ruinoso u ocupadas y creará zonas verdes. Sin embargo, los vecinos miran desconfiados los dos proyectos y temen que nunca se materialicen. “No sería la primera vez que un proyecto se presupuesta y no se realiza. El Parque Oeste ya se presupuestó hace más de diez años y nunca se realizó”, afirma Paco.
A lo que se refiere el vecino de Barriomar es al diseño del Parque Oeste que realizó en 2007 el arquitecto Tonyo Ito y que se presupuestó bajo el mandato del exalcalde del Partido Popular Ángel Cámara. Con el Parque Oeste se pretendía unir Barriomar y el Malecón a través de una pasarela llena de espacios verdes, con un carril-bici, auditorio, invernadero…; “es el mismo plan que ha presentado Ballesta”, afirma Paco y agrega que “hemos preguntado cuándo veremos el parque. Si esto es cosa de una legislatura o tendremos que esperar otra década. De momento, solo hemos obtenido el silencio”.
En las vías, el soterramiento pondría fin al paisaje desolador de la zona, compuesto por casas ruinosas o tapiadas, ocupas, calles estrechas y pasos a nivel donde transitan tanto usuarios como vehículos. Además, los vecinos confían que el soterramiento ponga fin a una zona en la que “todos los días hay un altercado”, como asegura Susana López, una vecina de las vías.
Susana arremete contra la falta de seguridad y el abandono policial como el origen de la mala situación que viven los vecinos de las vías. “El problema es que al lado de las vías se ha formado un ghetto. La mayoría de las casas están abandonadas y los ocupas se han metido”, asevera Susana y añade que “cuando no hay conflictos lo sobrellevas. El problema es que hay conflictos todos los días”. “La mayoría de los ocupas son menores y, aunque la policía intervenga, a los cinco minutos ya están en la calle y tienes que tener cuidado porque toman represalias contra ti”, agrega.
Susana ha vivido junto a su familia los problemas de seguridad ya característicos de esta zona. Nos cuenta que hace quince días, mientras paseaba a su perro, uno de estos jóvenes empezó a perseguirla intentando acorralarla sin éxito. Además, a una de sus hijas la arrinconaron entre varios jóvenes mientras iba al colegio, aunque no ha sido la única joven que ha sufrido esta situación. “Si llevas falda, sabes que pueden faltarte perfectamente el respeto. Te hacen un cerco y tú quedas adentro acorralada”, recalca.
A esto se suma el problema de los tres parking disuasorios de Barriomar: un foco de basura, peleas, e inseguridad para los vecinos. Algunos de estos parking, además, mantienen coches en mal estado o abandonados desde hace años, que son utilizados como coches-vivienda por parte de las personas sin hogar. El mal estado de estos vehículos pone en peligro tanto la vida de los vecinos como de las personas que se refugian en ellos.
Por si no fuera suficiente, el colegio es otra preocupación de los habitantes del barrio. El Colegio Público de Barriomar es uno de los 36 colegios públicos de la Región en los que todavía hay amianto. El pasado mayo, desde la concejalía de Educación del Ayuntamiento de Murcia, se aseguró que se procedería a la retirada de este material a lo largo del 2022-2023, pero los vecinos insisten en que “esto es muy peligroso para la salud y se debe priorizar” ya que de momento, lo único que se está haciendo es intentar no dar clases en la primera planta, que es donde más contacto hay con este material.
La sensación de todos los vecinos es que en Barriomar no se invierte, y con la pandemia el deterioro se ha agudizado. “El único servicio que teníamos era un consultorio médico que se ha cerrado por falta de personal destinado a la pandemia”, afirma Paco. Ahora, los vecinos tienen que recorrer casi un kilómetro de calles estrechas en las que es imposible guardar la distancia de seguridad hasta llegar al nuevo centro de salud en el barrio del Carmen.
Una situación que cada vez se deteriora más y que Mercedes dice que está ligada con el hecho de que el Partido Popular lleva décadas siendo la lista más votada del barrio: “Para qué se van a esforzar si aquí tienen el voto asegurado”.
0